Poderes terrenales
Desde hace meses, si se pregunta en cualquier sondeo a los ciudadanos europeos qui¨¦n manda m¨¢s, si su Gobierno o los mercados, contestan de modo mayoritario que estos ¨²ltimos. Y sin embargo, parad¨®jicamente, castigan en las urnas a los Ejecutivos, sean del signo que sean, por la gesti¨®n de la crisis. Veremos si este aserto se consolida hoy en las elecciones municipales y auton¨®micas en las 13 comunidades en las que est¨¢n convocadas. Emerge con mucha fuerza un poder f¨¢ctico: el del poder econ¨®mico, que est¨¢ echando un pulso al poder pol¨ªtico.
Este poder econ¨®mico es el que ha estado m¨¢s presente en las movilizaciones que desde hace una semana se han multiplicado en la geograf¨ªa del pa¨ªs. En el manifiesto redactado en la Puerta del Sol en la madrugada del mi¨¦rcoles se dice que la democracia que quieren "se opone al descr¨¦dito paulatino de las instituciones que dicen representarla, convertidas en meros agentes de administraci¨®n y gesti¨®n, al servicio de las fuerzas del poder financiero internacional". M¨¢s all¨¢ del tono panfletario del manifiesto, los redactores del mismo coinciden con las tesis -nada panfletarias- que defiende el prestigioso jurista italiano Luigi Ferrajoli en uno de sus ¨²ltimos libros, titulado Poderes salvajes. La crisis de la democracia constitucional (editorial Trotta). Esos poderes, "libres de l¨ªmites y controles, tienden a concentrarse y a acumularse en formas absolutas: a convertirse, a falta de reglas, en poderes salvajes". El Movimiento 15-M ha tenido el m¨¦rito de contribuir a desvelar algunos de estos resortes que debilitan la democracia y poner el foco de atenci¨®n sobre ellos.
Practicar dos l¨®gicas distintas, la de los mercados y la de los agentes sociales, genera esquizofrenia
El 9 de mayo de 2010, el Gobierno espa?ol entr¨® en una reuni¨®n de ministros europeos de Econom¨ªa con una pol¨ªtica econ¨®mica y sali¨® con otra. El Ejecutivo y su presidente no supieron explic¨¢rselo a la ciudadan¨ªa, que a partir de ese momento les dio la espalda en los sondeos (es cuando se ampl¨ªa la horquilla entre el PSOE y el PP, hasta ese momento contenida pese a la profundidad de la crisis) y manifest¨® la falta de confianza en la gesti¨®n de las dificultades por parte de quienes las administraban. El Gobierno entra en una esquizofrenia al tener que aplicar al tiempo dos l¨®gicas distintas: por una parte, responder a las urgencias de los mercados, que le exig¨ªan una pol¨ªtica de fuerte ajuste, y por la otra, a la necesaria negociaci¨®n con los partidos, dado que no dispon¨ªa de mayor¨ªa absoluta, y con los agentes sociales, que muchas veces demandaban soluciones antag¨®nicas a las de los mercados.
Ser¨¢ muy sugerente observar el desarrollo de esas movilizaciones imprevistas. Casi terminada la II Guerra Mundial, se fund¨® en Roma un movimiento -que luego fue partido- denominado L' homo qualunque (el hombre cualquiera), compuesto por ciudadanos sin expectativas que sufr¨ªan las consecuencias de situaciones adversas generadas por otros. L' homo qualunque fue un grito de desesperaci¨®n que se extingui¨® pronto, ingresando sus miembros en la extrema derecha antisistema. Para que no ocurra lo mismo ahora.
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