Paradojas de una mayor¨ªa absoluta
Gallard¨®n gobernar¨¢ en solitario la capital pese a perder tres concejales y 120.000 votos - El alcalde sufre mayor ca¨ªda que Aguirre en todos los distritos- El alcalde ha visto reducido su apoyo en los barrios m¨¢s beneficiados por Madrid R¨ªo
Cuando Alberto Ruiz-Gallard¨®n sali¨® de su despacho en el Palacio de Cibeles para dar las gracias a su electorado, ya sab¨ªa que el resultado era el peor de los esperados. Despu¨¦s de 20 a?os liquidando a sus adversarios en las urnas, hab¨ªa vuelto a ganar con claridad. Era su quinta mayor¨ªa absoluta, una enorme haza?a que se apresur¨® en resaltar y que lament¨® no poder compartir con su difunto padre. Pero tambi¨¦n supo enseguida que la irrupci¨®n de UPyD le hab¨ªa costado muy cara a su formaci¨®n.
Mientras el PP arrasaba en Espa?a (sube 550.000 votos), en Madrid, pese a ganar, bajaba. Lo hizo en la Comunidad, pero especialmente en el Ayuntamiento de la capital, donde 120.000 personas que votaron a Gallard¨®n en 2007 han confiado ahora en otra opci¨®n. Tres concejales del PP se quedar¨¢n en su casa los pr¨®ximos cuatro a?os. Los mismos, por cierto, que se ha dejado en la cuneta el PSM de Lissavetzky en su cataclismo. Con la diferencia, claro, de que el socialista ha sido capaz de empeorar el peor resultado de la historia del PSM.
La irrupci¨®n de UPyD resta sufragios al PP por la derecha y por la izquierda
Aguirre incrementa su influencia entre los concejales del Gobierno municipal
Cerrado el recuento municipal, el equipo del alcalde buscaba otro dato en la web del Ministerio del Interior. Un n¨²mero que no da concejales, pero s¨ª poder interno. Y la noticia tampoco era la mejor: Esperanza Aguirre le superaba en 42.459 votos en la capital.
El alcalde ha logrado alcanzar su quinta mayor¨ªa absoluta, y esa es la primera reflexi¨®n que piden los miembros de su equipo. Adem¨¢s, ha conseguido m¨¢s del doble de concejales que Jaime Lissavetzky, que casi sit¨²a su horizonte de gobierno a ocho a?os. Pero lo ha hecho con un porcentaje de voto del 49,7% (en 2007 obtuvo el 55,5% de los sufragios), el peor desde que presidi¨® por primera vez la Comunidad de Madrid en 1995.
Adem¨¢s, Gallard¨®n ha bajado notablemente en todos los distritos de la capital menos en Villa de Vallecas. Ah¨ª el PP ha ganado por primera vez en su historia. Con un concejal al frente, por cierto, que pidi¨® la cabeza del vicealcalde Manuel Cobo hace dos a?os.Especialmente dolorosa es la sangr¨ªa de votos en importantes feudos de la ciudad como Retiro, Salamanca, Centro o los casi 8.000 fieles evaporados de Latina (¨²nico territorio del PP controlado por gallardonistas). Ni siquiera el gran proyecto de ajardinamiento de la superficie de la M-30 (Madrid R¨ªo), que ha mejorado radicalmente la vida de unos 200.000 vecinos de Moncloa, Arganzuela y Usera ha tenido influencia electoral en esos distritos. ?Ya no se recogen votos con los grandes proyectos? ?A qu¨¦ viene un descenso tan generalizado?
En el equipo de Gallard¨®n se hablaba ayer del desgaste de tantos a?os de Gobierno, de la implantaci¨®n de medidas necesarias pero impopulares como la tasa de basura o la insistente zancadilla del Gobierno al no dejar refinanciar la deuda. Tampoco ayuda, creen algunos, la campa?a organizada desde ciertos medios de ultraderecha que han pedido el voto en la capital para UPyD y para Aguirre, en cambio, en la Comunidad de Madrid.
Y a todo esto, nadie es capaz todav¨ªa de definir con claridad el perfil de votante de UPyD, la nueva fuerza que ha irrumpido en el Ayuntamiento con cinco concejales y ha terminado con la estructura tripartita de los ¨²ltimos 20 a?os. Tiene un aire neutro y ha utilizado la opci¨®n del partido de Rosa D¨ªez como castigo, opina una diputada regional. Pero a Gallard¨®n la llegada de esta formaci¨®n le ha desangrado por la izquierda y por la derecha.
Muchos de los 120.000 votantes evaporados s¨ª han votado a Aguirre en la Comunidad. Ya sea por las instrucciones de algunas emisoras o por el desencanto de lo que algunos perciben como una cierta tibieza de Gallard¨®n en cuestiones como la ilegalizaci¨®n de Bildu y el nacionalismo. "UPyD ha recogido el voto de gente m¨¢s a la derecha, de gente que votaba a Esperanza y lo hac¨ªa a rega?adientes con Gallard¨®n. Siempre se dec¨ªa que pod¨ªa suceder, pero no pasaba hasta ahora. Es un voto m¨¢s de partido", opina un concejal del Ayuntamiento pr¨®ximo a Aguirre.
Por el otro lado, y alimentado por la fuerza del movimiento del 15-M, un sector m¨¢s centrado de su electorado puede haber buscado refugio en el partido de Rosa D¨ªez, decepcionado por la asimilaci¨®n del discurso del aparato y de Mariano Rajoy que ha desarrollado el alcalde de Madrid en los ¨²ltimos tiempos. Porque el regidor ha dejado de ser aquel autoproclamado "verso suelto" que tan buenos resultados le dio siempre. Gallard¨®n, en resumen, ha renunciado ¨²ltimamente a interpretar al m¨¢s aut¨¦ntico Gallard¨®n. Y hoy, aquella estrofa aislada del resto del tedioso texto del PP define m¨¢s a Esperanza Aguirre.
"Esto le deja en posici¨®n muy d¨¦bil. La gente de Alberto siempre ha utilizado el arma de que ten¨ªan m¨¢s votos. Pero eso ya no funciona. En estas elecciones Esperanza ha sacado muchos m¨¢s votos que ¨¦l en Madrid capital. No es un tema personal, es pol¨ªtico. Siempre se dec¨ªa que Aguirre era muy de derechas, que la pol¨ªtica que nos dar¨ªa votos es la de Alberto... y se ha demostrado que no es as¨ª", opina una diputada del PP en la Asamblea.
En el equipo de Gallard¨®n nadie esperaba quedarse con 31 concejales. Las ¨²ltimas encuestas, las m¨¢s pesimistas, hablaban de 32. Pero los inesperados resultados de ayer asomaron al borde del precipicio a Quique N¨²?ez (el 31 en la lista), actual concejal del distrito de Centro y hombre importante para el alcalde.
Y otro problema derivado de eso: Aguirre gana peso en el reparto de concejales del Ayuntamiento. Cuando hace un a?o se vot¨® la destituci¨®n del vicealcalde Manuel Cobo, los leales a Aguirre eran 13 de 34 ediles. Todos ellos pidieron la cabeza de Cobo por ofender a la presidenta del PP en una entrevista publicada por EL PA?S. Hoy ya ser¨ªan 14 de 31 con uno de ellos navegando entre dos aguas. Y seguro que no se lo pondr¨¢n f¨¢cil.
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