El socialismo alav¨¦s cierra una etapa
La magnitud de su derrota deja a Txarli Prieto sin margen para negarse otra vez a apoyar al PP - El l¨ªder alav¨¦s no hab¨ªa convocado ayer a¨²n a su ejecutiva
La primera consecuencia de los resultados electorales del PSE en ?lava y Vitoria ser¨¢ un mayor sometimiento de su organizaci¨®n provincial a las directrices de la ejecutiva nacional, que incluir¨¢n el apoyo al PP para la Diputaci¨®n alavesa. Se pondr¨¢ remedio as¨ª a una queja bastante generalizada hacia su secretario general alav¨¦s, Txarli Prieto, aunque hay otras mucho m¨¢s agrias que incluyen la pregunta de cu¨¢ntas veces necesita perder para poner el cargo a disposici¨®n del partido.
Los m¨¢s templados creen que ahora no es momento de entrar en ?lava en un proceso de relevo forzado de la direcci¨®n fuera de los plazos congresuales, sino de abrir una reflexi¨®n profunda y hacer una autocr¨ªtica sin pa?os calientes, cuya conclusi¨®n debe ser la citada.
Cu¨¢nto tiempo seguir¨¢ Prieto en la direcci¨®n es ahora una cuesti¨®n tab¨²
Prieto no ocult¨® en la noche electoral el efecto demoledor que le causaron los resultados. Ahora puede ver llegado el momento de abonar las facturas que le pase una andadura con perfiles muy propios y, a juicio de algunos miembros del partido, demasiado distanciada de la ejecutiva vasca de su partido. En todo caso, la generalizada ca¨ªda de los socialistas en los tres territorios matiza el nivel de las exigencias que se le podr¨ªan hacer, aunque ni en Vizcaya ni en Guip¨²zcoa el partido ha descendido hasta la cuarta plaza, solo por encima de Ezker Batua.
Entre esas exigencias, figura una que se abrir¨¢ paso muy claramente: un funcionamiento m¨¢s integrado y a disposici¨®n de los intereses del partido en su conjunto, es decir, en el conjunto de Euskadi. Ahora se reprocha a Prieto que hab¨ªa llevado demasiado lejos y hecho demasiada bandera dentro del partido de la especificidad alavesa.
El l¨ªder alav¨¦s, que ha amoldado por completo los ¨®rganos de direcci¨®n territorial a su imagen y semejanza, no podr¨¢ actuar en adelante con la autonom¨ªa que tuvo en la negociaci¨®n de hace cuatro a?os, que termin¨® con el extra?o resultado de aupar al liderazgo del Gobierno foral al tercer partido, el PNV.
La necesidad prioritaria de cimentar la gobernabilidad de Vitoria le blind¨® entonces. Ahora ya no existe ese condicionante. Prieto no podr¨¢ ir por libre no solo en las conversaciones que se abrir¨¢n ahora, sino tampoco en el funcionamiento ordinario del partido mientras permanezca al frente de ¨¦l. Cu¨¢nto ser¨¢ ese tiempo es una de las cuestiones tab¨² en este momento. Hay incluso quien piensa que ¨¦l mismo podr¨ªa renunciar antes que pasar por el aro de otorgar su apoyo al PP en la Diputaci¨®n tras su negativa en 2007. "Fue una decisi¨®n muy mal tomada y peor gestionada despu¨¦s, que nos ha hecho a veces parecer que ¨¦ramos m¨¢s del PNV que el propio PNV", reprocha un destacado dirigente socialista. Si entonces nadie sac¨® los cuchillos, afirma otro, fue por evitar el efecto colateral que habr¨ªa tenido una gresca interna en la gesti¨®n municipal.
M¨¢s all¨¢ de esa eventual decisi¨®n personal de renuncia que algunas fuentes apuntan, Prieto sabe que desde hace alg¨²n tiempo no cuenta ya con el apoyo completo de los integrantes de los ¨®rganos de direcci¨®n del partido. El malestar que relevantes miembros del PSE, tambi¨¦n de la propia organizaci¨®n alavesa, acumulaban desde que empez¨® a gobernar la organizaci¨®n, tras la marcha de Javier Rojo a la presidencia del Senado en 2004, cristaliz¨® del todo hace unos meses. Fue cuando dinamit¨® el principio de acuerdo que Gregorio Rojo, entonces presidente de la Vital, hab¨ªa alcanzado con el PP sobre la situaci¨®n de la caja.
Por si alguna duda albergaba a¨²n, su nominaci¨®n como cabeza de lista a las Juntas Generales no se someti¨® a votaci¨®n: fue el modo de evitar que el pronunciamiento de la ejecutiva revelara ya la falta de consenso interno en torno a su figura.
Prieto no hab¨ªa convocado a¨²n ayer la reuni¨®n de la ejecutiva provincial, a la que citar¨¢ esta semana. En buena l¨®gica, de ella debe salir la convocatoria del comit¨¦ provincial, el m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos, que no se celebrar¨¢ ya antes de la semana pr¨®xima.
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