Frente al espejo
Desde su arresto domiciliario, el iran¨ª Jafar Panahi ha hecho una pel¨ªcula peculiar, Esto no es una pel¨ªcula, presentada en el ¨²ltimo Festival de Cannes ante una gran expectaci¨®n. "Tengo prohibido rodar, escribir un guion, dar entrevistas y salir del pa¨ªs, pero nada me han dicho sobre contarle a una c¨¢mara la pel¨ªcula que no me dejaron hacer", explica en el filme, y este hombre, que se est¨¢ jugando una condena de seis a?os de c¨¢rcel y 20 de inhabilitaci¨®n, escenificando con un amigo el guion que le han prohibido, hasta que, finalmente abatido, tira la toalla: "Si pudiera contarse no har¨ªa falta rodarla". La situaci¨®n pol¨ªtica de Panahi ha convocado, no en vano, la solidaridad internacional, a la que ¨¦l mismo se refiere en conversaci¨®n telef¨®nica con su abogada, que le da pocas esperanzas. El documento alterna el buen humor con la tragedia, se simpatiza con Panahi mientras el horror de su calvario provoca indignaci¨®n.
Otro director, el coreano Kim Ki-duk, que ha obtenido mucho ¨¦xito tanto en festivales como fuera de ellos, tambi¨¦n se desnuda an¨ªmicamente ante una c¨¢mara en el autorretrato Arirang, t¨ªtulo de una canci¨®n popular coreana. Vive solo, enfermo, deprimido, desconcertado por su propio triunfo y sin saber por d¨®nde orientar su trabajo y su vida. Reflexiona sobre su carrera, sobre el mundo de hoy en d¨ªa y la condici¨®n humana, a ratos con lucidez y en otras iluminado por el alcohol, rozando lo pat¨¦tico, aunque con la suficiente fuerza expresiva como para que el jurado de la secci¨®n Una Cierta Mirada del Festival de Cannes le concediera hace una semana su m¨¢ximo galard¨®n. Pocas veces se ha visto en la pantalla un ejercicio de sinceridad semejante. Dos causas distintas, las de Panahi y Kim Ki-duk, pero coincidentes en hacer del cine la v¨ªa para escapar de sus infiernos, uno buscando la libertad, otro como exorcismo de sus fantasmas. Dos crisis, dos angustias, dos espejos.
Babelia
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