"La econom¨ªa no es una ciencia: no predijo el colapso"
Cuando traen el vino, un Rioja de 2007 m¨¢s que bebible, Woodrow Clark suelta la bomba: "Espero que no le averg¨¹ence si pido hielo". ?Hielo para el vino? El camarero alza las cejas y accede. Este estadounidense experto en energ¨ªas renovables y sostenibilidad echa un cubito a la copa y defiende que as¨ª lo toman en Francia. Hay charlas que empiezan torcidas.
Clark (Ohio, 1945) ha visitado Espa?a invitado por la Embajada de EE UU en Madrid para dar una serie de conferencias sobre la tercera revoluci¨®n industrial, necesaria para combatir el cambio clim¨¢tico: "Hubo un tiempo para hablar del problema, como hizo Al Gore en Una verdad inc¨®moda, pero ahora es el momento de hablar de las soluciones, de c¨®mo integramos las renovables en las comunidades para hacerlas sostenibles. Se trata de hacer la secuela de esa pel¨ªcula", cuenta en el restaurante elegido por la embajada, un lugar de estilo andaluz del centro de Madrid.
El experto en cambio clim¨¢tico reclama otra revoluci¨®n industrial
Clark afirma que le gusta comer de todo y que en China prob¨® serpiente. Dice que le gusta el pescado pero a ser posible sin espinas. Sin embargo, cuando ve los calamares a la romana y descubre por la textura de lo que se trata ya no vuelve a tocarlos.
Con el arroz, la impresi¨®n se compensa -ya s¨ª lo puede comer-, y m¨¢s cuando recuerda sus tiempos de asistente en temas de energ¨ªa para el exgobernador de California Gray Davis. Fue hace una d¨¦cada, con la gran crisis energ¨¦tica del Estado en la que la el¨¦ctrica Enron tuvo un papel destacado antes de protagonizar la mayor quiebra de EE UU. "Las el¨¦ctricas cuentan a los Gobiernos que uno m¨¢s uno son siete. Sus n¨²meros son imposibles, una forma de justificar un bonus. En California, simulaban aver¨ªas durante semanas en algunas plantas para subir artificialmente el precio de la luz". El documental Enron, los tipos que estafaron a Am¨¦rica lo cuenta con crudeza y en algunas cosas no es tan lejano a Espa?a.
Exproductor de documentales, justifica su traje elegante en que no quiere que la primera impresi¨®n que quede de ¨¦l sea la de un idealista izquierdoso. As¨ª, bien vestido, carga contra el Tea Party y la energ¨ªa nuclear y defiende a Obama. "Mi hijo mayor, de 35 a?os, tuvo un c¨¢ncer de tiroides y el tratamiento cost¨® 250.000 d¨®lares. En EE UU ya no podr¨ªa contratar un seguro m¨¦dico por tener una enfermedad previa, pero gracias a la reforma sanitaria ahora vuelve a estar asegurado. ?l apoyaba a McCain, pero ahora se define como un republicano de Obama. Hay mucha gente as¨ª y los efectos de la reforma empiezan a verse".
Economista, mezcla el cambio clim¨¢tico (fue uno de los muchos colaboradores del Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico en los noventa) con la crisis econ¨®mica: "La econom¨ªa no es una ciencia, porque fue incapaz de predecir el colapso financiero, que es lo que hace una ciencia con la materia que le compete. Por eso la teor¨ªa de la econom¨ªa moderna se est¨¢ fundiendo".
Clark se muestra preocupado por el lento avance de la negociaci¨®n internacional contra el cambio clim¨¢tico y cuenta que le gusta viajar a Europa -vivi¨® un a?o en Dinamarca- porque la encuentra m¨¢s avanzada que EE UU en energ¨ªa: "All¨ª el Gobierno subvenciona las petroleras. ?Incluso cubrieron las v¨ªas de tren por autopistas!".
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