Sir Xavi
El medio, a quien en 1992 sus padres no dejaron ir a Wembley, fue ayer el l¨ªder con el bal¨®n
Hubo uno que pidi¨® una palanca para mover el mundo; a Xavi Hern¨¢ndez (25 de enero de 1980; Terrassa) nadie le escuch¨® pedir la pelota, pero siempre la tuvo, como si en sus botas hubiera un im¨¢n que le acercara al cuero. Puestos a ser m¨¢s fieles que nunca a una idea, la de organizarse a trav¨¦s del bal¨®n, era partido para que apareciera Xavi y lo sentenciara el talento de Messi, el instinto de Villa, o la picard¨ªa de Pedro. As¨ª ocurri¨®: marcaron Pedro, Messi y Villa. Y Xavi le puso el sell¨® a la cuarta Copa de Europa del Barcelona. Por lo que al de Terrassa respecta, ha ganado tres: no jug¨® en Par¨ªs, por lesi¨®n; contra el Arsenal, en Roma, incluso remat¨® al palo; y ayer, dio un recital.
Con un 91% de acierto en el pase, fue el que m¨¢s kil¨®metros, 11,9, recorri¨®
Cuando Xavi tiene la pelota siempre pasan cosas buenas para el Barcelona. Hay veces, como ayer, que le basta con dejarla pasar. As¨ª ocurri¨® al filo de la media hora, cuando amag¨® el control, dej¨® correr el bal¨®n, se fue a por los centrales y esper¨® a que por alg¨²n sitio alguno de sus amigos le ofreciera el pase. Giggs lo vio perfectamente, pero ya era tarde para llegar a cerrar la asistencia. Solo fue un pase m¨¢s de los muchos que dio ayer (124 pases buenos de un total de 136; el que m¨¢s pases dio en el Manchester fue Ferdinand: 51), pero ese termin¨® en gol. El primero, el que empez¨® a dejar claro qui¨¦n es el mejor equipo en Europa.
Hace ahora casi un a?o, pase a pase, llev¨® Xavi a la selecci¨®n espa?ola a conseguir el Campeonato del Mundo. Durante el curso, pase a pase, ha colaborado en la consecuci¨®n del tercer t¨ªtulo de Liga consecutivo, en obtener plaza en la final de la Copa del Rey contra el Madrid, y a alcanzar la final de ayer en Wembley. Llegados a este punto, apareci¨® para ganarle al Manchester el partido. Se trataba de ganar siendo fieles a un estilo o morder el polvo y Xavi, que repite insistentemente que no sabe jugar a otra cosa, lo tuvo claro desde el principio. Fue el jugador del partido con el mayor n¨²mero de kil¨®metros recorrido: 11,9 (el rival que m¨¢s corri¨® fue Giggs, con 11,1); y hasta se atrevi¨® con lanzamientos a puerta, lejanos, propios de su posici¨®n: de los tres que intent¨®, uno fue entre los tres palos y exigi¨® la estirada de Van der Sar. Suyo es un porcentaje escandaloso: 91% de pases bien dados. Xavi cogi¨® la pelota y gan¨® el Bar?a.
Suele decir el seis del Barcelona que no puede jugar al f¨²tbol solo, que necesita amigos con los que pasarse el bal¨®n. De ni?o, en la plaza, se ali¨® no pocas veces con los ¨¢rboles y los bancos para tirar paredes. Ahora suele hacerlo con Busquets, Iniesta y Messi, con la intenci¨®n, b¨¢sica, de no perder la pelota. A partir de ah¨ª su radar le avisa antes que a nadie d¨®nde est¨¢ el camino al gol, y esa autopista se llama Messi. Seguramente el gol del argentino, el de Pedrito o el del Guaje quedar¨¢n en la retina del barcelonismo, pero el partido del volante es para que se lo pasen en La Masia a quien quiera jugar de centrocampista en el Bar?a.
Xavi lleva el gen del f¨²tbol del equipo azulgrana, y en el manual est¨¢ escrito que tan importante es tener la pelota como saber donde te toca jugar. Por eso, se filtr¨® a veces como media punta a la espalda de Carrick o se dej¨® caer cerca de Busquets. A sus ¨®rdenes, cuando orden¨® zafarrancho, se tir¨® a deg¨¹ello el equipo, cuando mand¨® levantar el pie, la guard¨® y el rondo volvi¨® a empezar. Capit¨¢n al quedarse en el banquillo Puyol, Xavi lider¨® al equipo en lo an¨ªmico y en la idea, y se coron¨® en Wembley con otra de sus habituales exhibiciones. Porque sabe jugar al f¨²tbol de verdad y lo volvi¨® a demostrar. Se activ¨® y se fren¨® cuando fue necesario y con ¨¦l todo el equipo, el equipo de su infancia, el equipo de su vida.
Hace diecinueve a?os sus padres le prohibieron viajar a Londres y estar en el estadio de Wembley con sus dos hermanos mayores, as¨ª que vio por la tele la final de 1992 contra el Sampdoria. Ayer no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de ser otra vez espectador, as¨ª que obedeci¨® a Guardiola: cogi¨® la pelota y detr¨¢s de ¨¦l se llev¨® al equipo a buscar a Van der Sar. Despu¨¦s del espectacular partido de anoche, ya se le puede llamar Sir.
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