La xenofobia echa ra¨ªces
Plataforma per Catalunya logra 66.000 votos con el rechazo a la inmigraci¨®n como reclamo. Siguiendo el modelo del Frente Nacional de Le Pen, la formaci¨®n liderada por Anglada roba apoyos a la izquierda y se expande por toda Catalu?a con el lema 'primero los de casa'
Felicidades por el resultado, Anglada! ?ya tienes a punto la guillotina?" El pol¨ªtico responde a su interlocutor con una carcajada c¨®mplice. "!No me digas estas cosas, que voy con periodistas!". Es una conversaci¨®n de caf¨¦ pero muy reveladora del ambiente que rodea estos d¨ªas a Josep Anglada, presidente del partido xen¨®fobo Plataforma per Catalunya (PxC). La escena se produce en Vic (Barcelona), una acomodada ciudad de 40.000 habitantes. Feudo nacionalista conservador en la Catalu?a que fue carlista, la ciudad tiene tambi¨¦n el dudoso honor de ser la base de la formaci¨®n xen¨®foba m¨¢s importante que ha tenido Espa?a en democracia.
Anglada est¨¢ que se sale. Este hombre de 51 a?os, excamisa azul de Fuerza Nueva, pero que ahora se declara "100% dem¨®crata", ha conseguido el 19% de los votos. El rechazo a la inmigraci¨®n es su ¨²nico argumento electoral. "Con Anglada como alcalde, los moros se marchar¨ªan de Vic; ya no les interesar¨ªa vivir aqu¨ª", repite.
Inmigrantes asentados en Catalu?a desde hace d¨¦cadas temen ahora la competencia de los de origen extranjero
Anglada est¨¢ financiado por ultras europeos y vende la marca de su partido como si fuera una franquicia
El lema "primero los de casa" coloc¨® a la Plataforma como segunda fuerza por detr¨¢s de Converg¨¨ncia i Uni¨® y hundi¨® a los socialistas. Anglada demostr¨® que se crece en la adversidad. De nada ha servido el cord¨®n sanitario que los partidos de tradici¨®n democr¨¢tica de la ciudad forjaron hace cuatro a?os cuando la Plataforma irrumpi¨® en el panorama pol¨ªtico. El cord¨®n se les ha indigestado a los partidos de la izquierda que optaron por ignorar las salidas de tono de Anglada y fueron incapaces de generar un discurso integrador de la inmigraci¨®n que convenciera a los m¨¢s perjudicados por la crisis. Anglada ha subido. Hasta el punto de lograr que el alcalde nacionalista se plantee la dimisi¨®n y de forzar la marcha del l¨ªder del PSC de la ciudad, Josep Burgaya, quien admite su fracaso. "Gente bien honorable vota a la PxC. Falta contundencia contra el fascismo".
Pero el gran ¨¦xito de Anglada esta vez no ha sido hacerse fuerte en su poblaci¨®n natal, sino exportar el modelo de partido xen¨®fobo y populista. En las anteriores elecciones municipales, PxC ya obtuvo buenos resultados en otras localidades del interior de Catalu?a como El Vendrell (Tarragona) y Manresa (Barcelona). Ahora lo ha logrado tambi¨¦n en la explosiva Salt (Girona) y, en el avance de mayor calado, en varios de los municipios m¨¢s poblados de la periferia de Barcelona, tradicional granero de votos socialistas.
Con un discurso calcado del Frente Nacional franc¨¦s, Plataforma ha conseguido lo que nunca lograron Converg¨¨ncia i Uni¨® y el Partido Popular: romper la mayor¨ªa absoluta de Ayuntamientos como L'Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad catalana (260.000 habitantes y un 23% de poblaci¨®n inmigrante). "Nos hemos comido al PSC, ahora vamos a por CiU", presume Anglada. "Hablamos del problema de la inmigraci¨®n sin miedo. Es un tema que est¨¢ en los bares y en las calles. Los otros partidos no lo abordan, de ah¨ª nuestro ¨¦xito", dice Daniel Ord¨®?ez, el responsable del PxC en L'Hospitalet. "La inseguridad y la falta de civismo est¨¢n relacionadas directamente con la inmigraci¨®n. Cualquiera que pase por L'Hospitalet lo ve. A las ocho de la tarde hay batallas campales en los bares. Navajas, sillas volando... Y a la ma?ana siguiente ves charcos de sangre", sostiene. Su discurso cuaja y amenaza con extenderse por toda el ¨¢rea metropolitana. PxC ha conseguido tres concejales en Santa Coloma de Gramanet y Sant Boi, uno en Sant Adri¨¤ del Besos y Viladecans...
"No se puede vivir tranquilamente. No est¨¢s seguro en ning¨²n sitio", repite Gabriel Olea, vecino de 52 a?os de L'Hospitalet, que ha votado en blanco. Como ¨¦l, la mayor parte de las personas consultadas al azar en los tres barrios en los que Plataforma ha tenido m¨¢s ¨¦xito (La Florida, Pubilla Cases y Santa Eul¨¤lia), coinciden en que la inmigraci¨®n y la inseguridad les preocupan. Aunque nadie reconoce haber votado a PxC. Su l¨ªder en la ciudad lleg¨® al partido despu¨¦s de formar parte de la organizaci¨®n ultraderechista Alianza por la Unidad Nacional, capitaneada por Ricardo Sa¨¦nz de Ynestrillas, hijo del militar asesinado por ETA en 1986 y condenado a siete a?os de c¨¢rcel por intento de homicidio y tenencia il¨ªcita de armas. "Ten¨ªa 18 a?os. Todo el mundo evoluciona. A esa edad buscas sentir sensaciones fuertes. Me equivoqu¨¦ al estar ah¨ª", dice. PxC le admiti¨® sin remilgos.
Plataforma no es un partido al uso, pero lleva camino de serlo. Anglada lo fund¨® en 2002 y, pese a m¨²ltiples escisiones y vodeviles internos ha ido arraigando hasta presentar 110 candidaturas en las municipales, que se han traducido en 67 concejales y 66.000 votos, cinco veces m¨¢s que en 2007. El a?o pasado se qued¨® a las puertas del Parlamento de Catalu?a. "Todo llegar¨¢", asegura Anglada. Le da la raz¨®n el polit¨®logo de la Universidad de Barcelona Xavier Casals: "Plataforma sigue el modelo alem¨¢n, donde partidos de este tipo echan ra¨ªces en el poder local antes que en el parlamento, pero no hay duda de que se est¨¢ consolidando". Y seguir¨¢ subiendo: "Mientras estos partidos est¨¢n en la oposici¨®n no paran de crecer, m¨¢s ahora cuando los Ayuntamientos no tienen dinero para hacer pol¨ªticas sociales". O sea, que la xenofobia ha llegado a los salones de plenos para quedarse.
La alcaldesa de L'Hospitalet, la socialista N¨²ria Mar¨ªn, asegura que la crisis les ha llevado "a situaciones no deseables", aunque no quiere pronunciarse directamente sobre el ascenso de Plataforma, que asegura que su votante tiene 30 a?os y vive en barrios obreros. Iolanda Pineda, alcaldesa socialista de Salt, es m¨¢s concreta y admite que los tres concejales y los votos que ha perdido en estos comicios han ido directamente a PxC. El mismo argumento defiende Llu¨ªs Orriols, polit¨®logo de la Universidad de Girona, que encuadra el ascenso de PxC en la lucha por unos recursos que con la crisis se han hecho m¨¢s escasos. "La crisis les ha ayudado mucho, creando un colectivo de disgustados dentro de los votantes tradicionales de la izquierda", abunda el investigador. El trasvase de votos en Salt ha beneficiado a CiU, que ha sido la lista m¨¢s votada. Su candidato, Jaume Torramad¨¦, se prepara para ser alcalde.
El partido xen¨®fobo, que se estrenaba estas elecciones en Salt, ha pasado a ser la tercera fuerza, con el 13% de los votos. "Mal", "fatal", "un desastre". Entre el enfado, el hartazgo o el des¨¢nimo se sit¨²an muchos de sus ciudadanos. En esta ciudad la inmigraci¨®n ha pasado de representar el 10% a ser el 40%. La competencia por los servicios sociales se ha disparado. "Cuando nosotros llegamos hace 30 a?os nadie nos dio nada, no como ahora a ellos. Vivimos mucho tiempo sin luz ni agua corriente", opina Carmen L¨®pez, andaluza de 54 a?os. "Ha venido tanta gente de fuera que ahora no hay colegios para nosotros. Nos mandan al otro lado del pueblo", se queja L¨®pez, que ha acudido a recoger a su nieta a la guarder¨ªa.
El pasado mandato no fue f¨¢cil para Pineda. El 27 de febrero de 2010, un grupo de ciudadanos irrumpi¨® en el Consistorio para exigir m¨¢s seguridad en Salt y forz¨® la suspensi¨®n del pleno. Fue la primera piedra del triunfo del discurso antiinmigra-ci¨®n, seg¨²n Pineda. Ese d¨ªa, lamenta, marc¨® un hito: "El pudor para mostrarse abiertamente racista ya hab¨ªa desaparecido. Ya no era algo de lo que avergonzarse". La inseguridad aparec¨ªa en los discursos como un subproducto de la inmigraci¨®n. La muerte de un joven magreb¨ª mientras hu¨ªa de la polic¨ªa en enero pasado gener¨® disturbios en las calles. Y el precario equilibrio de Salt se tambale¨® cuando lo que deb¨ªa ser un minuto de silencio en memoria de un joven de la localidad asesinado, desemboc¨® en gritos, amenazas e insultos contra la alcaldesa.
Uno de los votantes que ha pasado del PSC a PxC es Antonio Castro, extreme?o de 69 a?os que lleg¨® a Salt cuando era casi un adolescente. "Yo tampoco soy de aqu¨ª, pero nosotros vinimos a trabajar, y ellos vienen solo a comer. Los ves en la calle sin dar golpe, con zapatos mejores que los tuyos. ?Eso c¨®mo puede ser?", se pregunta Castro, a punto de enfilar hacia su huerto para ver c¨®mo van los tomates. El hombre, con dificultades para leer y escribir, decidi¨® votar al partido xen¨®fobo tras recibir una carta con el lema de PxC: "Primero, los de casa". La campa?a en Salt ha sido sucia: PxC ha llegado a recoger firmas contra un inexistente proyecto de construcci¨®n de una mezquita.
Entre los ciudadanos la preocupaci¨®n por las prestaciones sociales es una espina que azuza los radicalismos. "Los inmigrantes tienen todas las ayudas, mientras que a nosotros ni siquiera nos dan dinero para las guarder¨ªas de nuestros nietos", se queja C¨¢ndida Matute, de 65 a?os, votante tradicional de los socialistas. En las municipales ha votado en blanco.
El polit¨®logo de la Universidad de Barcelona Josep Maria Reniu est¨¢ convencido de que donde los partidos tradicionales tienen un discurso duro sobre inmigraci¨®n o tienen al menos unas l¨ªneas rojas bien delimitadas no hay espacio para la Plataforma. Pone como ejemplo Badalona y Lleida. En la primera ciudad el PP est¨¢ a un paso de la alcald¨ªa copiando casi literalmente la estrategia de Anglada. Lleida es otro caso. El socialista ?ngel Ros ha incrementado su mayor¨ªa absoluta con un mensaje que combina lo social y el discurso de deberes y derechos para los inmigrantes. Ha hecho algo m¨¢s que enviar a la polic¨ªa a precintar una mezquita por exceso de aforo. "Detr¨¢s de la Guardia Urbana tiene que haber un relato pol¨ªtico, y Ros lo ha tenido", dice Reniu.
Si Vic encarna la esencia de la Catalu?a Vieja situada al norte de Barcelona, El Vendrell (Tarragona) es un buen ejemplo de ciudad del sur castigada por el paro y los problemas de convivencia, agravados por el trapicheo de drogas en algunos barrios. PxC logr¨® aqu¨ª cuatro concejales en 2007. El pasado domingo, tras un mandato sin otro mensaje que el de la antiinmigraci¨®n, subi¨® a cinco ediles y el 18% de los sufragios. August Armengol, cabeza de lista del PxC, sostiene que el consistorio "no hace cumplir las leyes a los inmigrantes", y pone por ejemplo el uso del burka, los locutorios y la venta ilegal en el top manta.
Plataforma per Catalunya podr¨ªa ser decisiva para formar gobierno en la ciudad, ya que el PSC obtuvo 7 regidores, CIU 6 y el PP 2. Tanto es as¨ª que el alcalcable convergente, Benet Jan¨¦, se niega a hacer ninguna valoraci¨®n sobre el partido xen¨®fobo hasta que no terminen las negociaciones. Cabe destacar que PxC ha ofrecido un cheque en blanco a CIU para pactar. En cambio, el candidato socialista, Mart¨ª Carnicer, sostiene que PxC "fomenta la segregaci¨®n". Para Carnicer hay tres factores que contribuyen al auge de Plataforma: "El miedo y el odio que infundan y la crisis econ¨®mica". Los simpatizantes de PxC provienen de todas las clases sociales. La n¨²mero dos de la lista es tambi¨¦n vicepresidenta del Casal Familiar del municipio y secretaria de una asociaci¨®n de sardanas. La propuesta estrella del partido es ofrecer facilidades a los inmigrantes para que se marchen de El Vendrell.
Mensajes sencillos, f¨¢ciles de comprender y m¨¢s de propagar incluso entre votantes de otras formaciones. Y aunque no siempre se ajusten a la realidad. "Los de Plataforma son realistas, se atreven a decir las cosas sin cog¨¦rsela con papel de fumar", opina Pilar Rodr¨ªguez, de 41 a?os. Ella, que ha votado a Ciutadans per Catalunya, considera que los partidos en el poder no act¨²an debidamente. "Est¨¢n quitando crucifijos de las escuelas, que no hacen da?o a nadie, y ponen mezquitas. Al final, te sientes extranjero en tu propio pa¨ªs", sentencia.
Uno de los grandes secretos de Anglada son los fondos econ¨®micos que nutren su formaci¨®n. Para extender su mensaje, el l¨ªder del partido se ha movido en busca de financiaci¨®n porque dedica todo su tiempo a la pol¨ªtica y asegura no tener otra fuente de ingresos que los apenas 800 euros al mes que cobra del Ayuntamiento en dietas por asistencia a reuniones. El a?o pasado logr¨® apoyo del FP? austr¨ªaco, que lider¨® el fallecido J?rg Haider. Anglada afirma que ha recibido dinero de all¨ª. ?Cu¨¢nto? No lo quiere decir. "Algunos han hablado de 200.000 o 300.000 euros. No es tanto, y todo dentro de la ley", asegura. Fuentes del FP? han confirmado a EL PA?S que el partido ha ayudado a Plataforma per Catalunya en aspectos "log¨ªsticos". Se han pagado viajes y se les ha ayudado en la organizaci¨®n del congreso del partido y de la campa?a, explican. Estas fuentes tampoco concretan la cifra
Anglada tambi¨¦n pidi¨® ayuda al multimillonario sueco Patrick Brinkmann conocido por sus aportaciones a partidos de ultraderecha en Alemania. Otra v¨ªa de financiaci¨®n es el dinero que le entregan quienes quieren montar una delegaci¨®n local del partido en su ciudad, explica. Anglada tiene una marca de ¨¦xito y la vende como si de una franquicia se tratara, aunque no aclara muy bien como funciona el cambalache. "A veces ellos ponen 2.500 euros y despu¨¦s el partido apoya la campa?a local, digamos que con 500 euros". Pero insiste "todo legal", "nada que no hagan otros partidos".
El l¨ªder tambi¨¦n ha ido perfeccionando su personaje. Amable, con un saludo siempre a punto a quien le mira por la calle, bronceado y bien vestido. Tiene madera de l¨ªder. Y habla sobre ¨¦l en tercera persona. "Anglada quiere, Anglada dice...". Tiene tambi¨¦n una cara oculta. Ha sido condenado por agresiones (siempre por atacar a personas que le increpan en la calle por sus posiciones xen¨®fobas) y tiene un pronto d¨¦spota con sus colaboradores que conocen bien sus allegados.
El desasosiego se instala en los municipios donde la Plataforma tiene buenos resultados. ?Qu¨¦ hacer ahora? En CiU hay voces que opinan que quiz¨¢s la soluci¨®n es dejar gobernar a los xen¨®fobos. "Se estrellar¨¢n cuando vean que su programa es inaplicable, chocar¨¢n contra la ley y su electorado les abandonar¨¢". Es lo que ocurri¨® con muchos alcaldes del Frente Nacional franc¨¦s en los a?os noventa. Otros siguen defendiendo el cord¨®n sanitario."Esto no basta", defiende el jefe de estudios de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Barcelona, Josep M. Reniu. "No basta la uni¨®n para frenarles, hay que actuar en contra, las muestras de populismo demag¨®gico deben tener una respuesta contundente y con datos". No se ha hecho ni en Vic ni en el Vendrell, las dos primeras ciudades donde arraig¨® PxC. Y el resultado ha sido el hundimiento de los partidos que han pactado contra los xen¨®fobos. Anglada lo tiene claro. "Que vayan pactando, al final me har¨¢n alcalde". -
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