Nueva Edad Media
El 15-M, la acampada de Sol y todo el movimiento de los indignados me pill¨® en un avi¨®n rumbo a La Habana. Curiosamente, un levantamiento popular en Espa?a coincidi¨® con mi primer viaje a Cuba, el reducto revolucionario, donde pas¨¦ una de las semanas m¨¢s burguesas de mi vida. Una de las pocas im¨¢genes que vi de la concentraci¨®n de Sol a trav¨¦s del canal internacional de TVE fue la de un perroflauta haciendo malabares con una bola de cristal. Mal asunto si la imagen de la #spanishrevolution es un doble de Melendi de aficiones circenses. Me tranquilic¨¦ cuando desde Madrid me contaban que en las concentraciones hab¨ªa gente de todo tipo, de todas las edades, de colectivos que no incluyen entre sus aficiones tocar los bongos.
Cuando volv¨ª a Madrid, un periodista me mand¨® un e-mail pidi¨¦ndome mi opini¨®n sobre el 15-M. Le contest¨¦ que acababa de llegar de viaje y no me hab¨ªa enterado de casi nada, por lo que no ten¨ªa una opini¨®n formada sobre el asunto. Tambi¨¦n (esta vez mis amigos) me preguntaron sobre Cuba y m¨¢s o menos vine a responder lo mismo. No creo que una semana en un festival de cine de La Habana sirva para formular un an¨¢lisis de la situaci¨®n del pa¨ªs y sus habitantes. S¨®lo contest¨¦ lo que vi: que todos aprovechan la m¨ªnima ocasi¨®n para quejarse del r¨¦gimen, que algunos parecen obsesionados con la ropa de marca (exhibicionismo Dolce & Gabbana) y que el ketchup de mi hotel estaba fabricado en Galdakao. Menudo an¨¢lisis, ?eh? Profundo, lleno de datos y de argumentos. Vamos, que me parece muy temerario ponerse a opinar sin ton ni son de temas que conoces con una superficialidad manifiesta. L¨®gicamente uno tiene sus ideas y no le parece bien que en Cuba no haya una democracia, como tampoco me gusta que en Espa?a vivamos a merced de los bancos, por ejemplo. Pero de ah¨ª a que hagas colar impresiones inconexas por reflexiones cr¨ªticas existe un tremendo trecho.
En lo que mi amigo Sergio Barrej¨®n llamaba en un blog La edad del melodrama, hay que opinar de todo y hay que posicionarse a un lado o a otro. Por lo tanto, mezclamos ignorancia y frentismo, ligereza en la opini¨®n y radicalizaci¨®n de posturas. Bonita combinaci¨®n que suele conducir a nuevos anuncios del Apocalipsis si "los otros" ganan la batalla. ?Cu¨¢ntas veces m¨¢s habr¨¢ que o¨ªr cosas como "si el PP llega al poder, tendremos que emigrar" o "con Bildu en las instituciones regresamos a la Edad de Piedra"? No creo que volvamos a la Edad de Piedra ya que estamos instalados en un remedo de Edad Media, de esa que sale en las pel¨ªculas, muy oscura y plagada de mensajes sobre los terrores del a?o 1000.
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