La gigantesca sombra del pigmeo
Cinco asociaciones se querellan contra medio Tribunal Constitucional
"Cuando veas un gigante, examina antes la posici¨®n del sol, no vaya a ser la sombra de un pigmeo", dec¨ªa ya Novalis en el siglo XVIII. Y m¨¢s de 200 a?os despu¨¦s, la afirmaci¨®n del poeta y fil¨®sofo alem¨¢n sigue siendo v¨¢lida.
Porque, con sombra de gigante pero altura de pigmeo, cinco asociaciones que representan a la derecha abertzale (patriota) espa?ola m¨¢s recalcitrante, alguna de las cuales acostumbra a hacer pol¨ªtica desde los tribunales, han presentado una querella criminal contra los magistrados del Tribunal Constitucional Pascual Sala, Eugeni Gay, Elisa P¨¦rez Vera, Pablo P¨¦rez Tremps, Adela As¨²a y Luis Ortega, nada menos que por prevaricaci¨®n judicial (dictar a sabiendas resoluci¨®n injusta).
El grave y doloso delito lo habr¨ªan cometido cuando con su voto autorizaron que la coalici¨®n Bildu, en la que se integraban la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna (EA) y Alternatiba (una escisi¨®n de Ezker Batua-Izquierda Unida), pudiera concurrir a las elecciones del 22 de mayo. Juan Carlos Rodr¨ªguez Segura, uno de los abogados querellantes, ha calificado de "infames" y "traidores" a los jueces del Constitucional.
Estos hab¨ªan estimado por un solo voto de diferencia -seis frente a cinco- el recurso de amparo presentado por Bildu y, por tanto, anulaban la sentencia del Tribunal Supremo que, por nueve votos a favor y siete en contra, hab¨ªa declarado ilegales las 254 listas de la coalici¨®n impugnadas por la fiscal¨ªa y la Abogac¨ªa del Estado. El Supremo dec¨ªa que Bildu se hab¨ªa erigido "como un cauce simulado y fraudulento para soslayar la ilegalizaci¨®n judicial" de Batasuna y as¨ª permitir a ETA volver a las instituciones. Y a?ad¨ªa que EA y Alternatiba, a pesar de tratarse de partidos democr¨¢ticos no ilegalizados, deb¨ªan "cargar con las consecuencias" de haber adoptado una estrategia equivocada.
Pero seis de los magistrados del Supremo que quedaron en minor¨ªa ya se?alaron que el veto a Bildu era "insostenible en t¨¦rminos constitucionales y legales".
De modo que el Constitucional, de acuerdo con ese criterio, estim¨® lo contrario que el Supremo: que se hab¨ªa vulnerado el derecho de Bildu a acceder a los cargos p¨²blicos con los requisitos que se?alan las leyes, tal y como establece el art¨ªculo 23 de la Constituci¨®n. Seg¨²n la sentencia, los indicios manejados por el Supremo eran "insuficientes" para poder justificar "el sacrificio de los derechos fundamentales de participaci¨®n pol¨ªtica en t¨¦rminos de igualdad y libre defensa y promoci¨®n de la propia ideolog¨ªa". Es decir, que "la simple sospecha no puede constituirse en argumento jur¨ªdicamente aceptable para excluir a nadie del pleno ejercicio de su derecho fundamental de participaci¨®n pol¨ªtica".
Sin embargo, los cinco magistrados del Constitucional que hab¨ªan perdido, se?alaron que sus compa?eros se excedieron en sus competencias al valorar de nuevo los indicios, lo que ha dado pie a estas asociaciones de dem¨®cratas de toda la vida -contrarias a permitir la libertad de voto a 313.231 personas, que son las que han votado a Bildu- a querellarse contra los seis jueces del Constitucional que s¨ª lo han permitido.
Alegan que Pascual Sala y sus colegas, a sabiendas de lo injusto de su resoluci¨®n, se extralimitaron en el ejercicio de sus funciones, conculcaron la jurisprudencia constitucional, vulneraron los l¨ªmites de su ley org¨¢nica y violaron las competencias del Supremo sobre la valoraci¨®n de la prueba al actuar como una segunda casaci¨®n. Casi nada.
Adem¨¢s, una de las asociaciones querellantes, Defensa de la Naci¨®n Espa?ola (Denaes), tiene como patrono de honor al magistrado Adolfo Prego, que pertenece a la Sala del Supremo que tiene que decidir sobre la querella.
Lo curioso es que esta no es la primera vez que el Constitucional anulaba una decisi¨®n del Supremo sobre estos temas, puesto que en 2009 autoriz¨® a concurrir a las elecciones europeas a una lista de Iniciativa Internacionalista, encabezada por el autor teatral Alfonso Sastre. Y el procedimiento y la argumentaci¨®n fueron similares. La conclusi¨®n: que las pruebas manejadas por el Supremo no eran suficientes para achacarle ser testaferro de ETA e ilegalizar a una formaci¨®n que hab¨ªa condenado expresamente la violencia.
?Saben cu¨¢l es la diferencia entre 2009 y ahora? Que en aquella ocasi¨®n la decisi¨®n del Constitucional de revocar la sentencia del Supremo se adopt¨® por unanimidad, en lugar de por seis votos a cinco.
Esperemos que se imponga el buen juicio y que la querella ni siquiera se admita a tr¨¢mite, porque ya se sabe que, como dijo La Rochefoucauld, "los esp¨ªritus mediocres suelen condenar todo aquello que est¨¢ fuera de su alcance". Pigmeos con sombras enormes.
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