Invitados a una decapitaci¨®n
Lo peor no ha sido la debacle electoral de los socialistas, sino el espect¨¢culo que han tenido el buen gusto de ofrecernos a continuaci¨®n. As¨ª las cosas, se entiende perfectamente que hayan perdido de esa manera atroz. Y entonces empiezan a sucederse los manejos incomprensibles. Sin ir m¨¢s lejos, ?no se apresur¨® un pel¨ªn Carme Chac¨®n a preparar equipo, programa e instalaciones para presentar una candidatura que nadie le hab¨ªa solicitado? Y en cuanto a su comparecencia de despedida, basta cambiar el "quer¨ªa" por el "quiero" para comprender que su muy estudiado mensaje estaba pensado para un escenario muy distinto, donde la protagonista se ofrece al mismo tiempo como la luminaria que va a cambiar de una vez por todas nuestro destino para terminar como una Juana de Arco que entona una letan¨ªa situada entre la autoinmolaci¨®n templada y el recurso lastimero. Por lo dem¨¢s, flota todav¨ªa una pregunta insidiosa: ?quer¨ªa pero ya no quiere o quer¨ªa pero no se lo permitieron? Las fotos de estos d¨ªas en las que se ve juntos a Rubalcaba y a Chac¨®n no es que lo expliquen todo, pero casi todo sugiere que, antes de largarse, Rodr¨ªguez Zapatero quiere dejarlo todo atado y bien atado en manos de su lugarteniente de hierro, quien muy probablemente perder¨¢ las elecciones generales y tendr¨¢, al fin, que tomarse un descansito bien ganado. Y otra cosa sobre esto: si Carme Chac¨®n reconoce sobre todo los m¨¦ritos de Rubalcaba en la lucha contra el terrorismo, ?no equivale eso a manifestar el deseo -subliminal o calculado- de que se quede quietecito en Interior?
M¨¢s cerca de nosotros, Jorge Alarte lo tiene todo desatado, y esta es la hora en la que no se sabe bien si se dedicar¨¢ a reforzar el poder en las comarcas, a apuntalar a lo queda de su equipo, o a una barretxa intermedia que de poco servir¨¢n cara a las pr¨®ximas elecciones generales y de casi nada en los no tan pr¨®ximos comicios locales y auton¨®micos. Con el candidato socialista a la alcald¨ªa de Valencia desaparecido en combate, como tantos otros y otras que le precedieron, y con Mata en el limbo de los santos ninguneados, poco margen de juego queda para desalojar a Rita de la alcald¨ªa y a Camps de la Generalitat.
Si a todo eso se a?ade que los expertos en econom¨ªa, si los hay, auguran que la recuperaci¨®n econ¨®mica no se producir¨¢ as¨ª que pasen quince a?os, y dada las dificultades socialistas para encarar seriamente las crisis, las que sean, solo nos queda que maduren los del 15 de Mayo (aun sin tener ni idea de c¨®mo diablos van a hacerlo) y que durante ese largo tiempo la izquierda reci¨¦n llegada a las instituciones sirva al menos para introducir variaciones en un discurso de solipsistas cuya idoneidad est¨¢ algo m¨¢s que en entredicho.
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