La sombra del arzobispo Morcillo
Chozas de la Sierra, un nombre deprimente para algunos de sus vecinos, pas¨® a llamarse Soto del Real a finales de los cincuenta. ?Cu¨¢l fue el papel del prelado?
En Miraflores de la Sierra se constru¨ªan chal¨¦s con piscinas en forma de ri?¨®n. Los jardineros se ocupaban de los matorrales y los bonitos geranios que florec¨ªan entonces. Hablamos de los a?os cincuenta. La gente del pueblo de al lado, Chozas de la Sierra, observaba asombrada c¨®mo sus vecinos iban sumando habitantes mientras ellos segu¨ªan siendo los mismos de toda la vida. ?Por qu¨¦ los se?oritos de la capital eleg¨ªan Miraflores como segunda residencia? ?No ser¨ªa por su nombre?
El historiador Juan Sobrino ha encontrado un documento municipal, fechado en octubre de 1956, donde se explica las razones por las que el Chozas pidi¨® un cambio de nombre: "...con relativa frecuencia se presta a la iron¨ªa tosca y grosera, desmereciendo y ofendiendo con ello a los habitantes de esta localidad (...) evitando as¨ª bromas y adjetivos m¨¢s o menos mortificantes para el municipio". Lo que no se especifica ah¨ª es qui¨¦n tuvo la idea.
"Mi t¨ªo abuelo estaba orgullos¨ªsimo de ser de este pueblo", asegura una nieta
Juan Sobrino hall¨® un documento de 1956 explicando las razones del cambio
Tres a?os despu¨¦s, el Consejo de Ministros aprob¨® el cambio de nombre, a pesar de contar con un informe desfavorable de la Real Academia de la Historia. As¨ª, este pueblo en donde es f¨¢cil ver remontar el vuelo a una cig¨¹e?a, pas¨® a llamarse Soto del Real, lo que dotaba a sus vecinos de una pomposa carga nobiliaria. O es que quiz¨¢ se adelantaron a los tiempos y adivinaron que en la ¨¦poca que estaba por venir era cuesti¨®n de elegir si uno quer¨ªa ser un marqu¨¦s o un paria.
A¨²n hoy contin¨²a siendo un misterio la mediaci¨®n en este asunto de Casimiro Morcillo (1904-1971), nacido en Chozas y primer arzobispo de Madrid. Sobrino no ha encontrado ning¨²n documento que acredite que Morcillo, personalidad que ten¨ªa hilo directo con el dictador Francisco Franco, estuviese a disgusto con la denominaci¨®n tan humilde de su pueblo. Hay gente que recuerda que el arzobispo llevaba muy a gala ser de all¨ª, un lugar situado en la cara sur de la Sierra de Guadarrama, muy alejado en esa ¨¦poca de las altas esferas con las que ¨¦l se codeaba. Otros, en cambio, creen que fue ¨¦l quien puso todo su empe?o en cambiar el nombre, con el ¨²nico objetivo de que esa nomenclatura no apareciese en su santa biograf¨ªa.
El escritor Manuel Vicent, en su ¨²ltimo libro, Aguirre, el magn¨ªfico (Alfaguara), un repaso novelado de la vida del decimoctavo duque de Alba y a su vez un relato surrealista de medio siglo de la historia de Espa?a, cita el empe?o del arzobispo Morcilllo en conseguir un apelativo m¨¢s glorioso para su municipio. Una nieta del arzobispo, que no desea que aparezca su nombre en este reportaje, se molesta cuando se le saca el tema. Recuerda que Morcillo cedi¨® unos terrenos heredados para que se construyese un colegio y financi¨® una ermita. "En todo caso ser¨ªa la gente del pueblo la que fue a hablar con ¨¦l", sostiene ante la atenta mirada del historiador que ha indagado en el tema. "Mi t¨ªo abuelo era ante todo un hombre de fe, que ayudaba a todo el mundo, con un coraz¨®n enorme. Y estaba orgullos¨ªsimo de ser de este pueblo. Era una ¨¦poca en la que ¨¦l, por el alto cargo que ostentaba dentro de la Iglesia, ten¨ªa trato con la gente que estaba en el poder y puede que comentara el asunto a alguien, no lo s¨¦ a ciencia cierta. Si lo hizo fue a petici¨®n de la gente", cuenta esta mujer, afable en ocasiones y otras muy a la defensiva por temor a que se asocie la figura de su antepasado a un r¨¦gimen dictatorial. Le duele en el alma que Camilo Jos¨¦ Cela se burlase por este asunto de Morcillo y destacase en un art¨ªculo, con cierta maldad, que el prelado ten¨ªa unas frondosas cejas.
Como ocurre con todo en este pa¨ªs, hay gente del pueblo que prefiere la antigua denominaci¨®n y, otros, la nueva. La reci¨¦n reelegida alcaldesa de Soto del Real, Encarnaci¨®n Rivero Flor, se incorpora a la charla pero le cuesta tomar parte. "El que tenemos ahora es un nombre bonito y si as¨ª lo votaron los vecinos, pues que as¨ª sea", dice diplom¨¢tica. Se sabe, aunque no hay documentaci¨®n seg¨²n el historiador, que los vecinos celebraron una votaci¨®n popular para decidir entre tres opciones: Soto del Real, Alameda de la Sierra o mantener Chozas. El resultado es conocido.
En el aire, sin embargo, queda qui¨¦n o qui¨¦nes fueron las personas que buscaron borrar de la historia a Chozas de la Sierra. Quiz¨¢ nunca se llegue a saber con seguridad.
Galer¨ªas Matesanz
- Soto del Real, a 43 kil¨®metros de Madrid, tiene 8.434 habitantes. Las l¨ªneas 725 y 726, que salen de Plaza de Castilla, llegan en 45 minutos.
- El municipio cuenta con una iniciativa para compartir coche y ahorrar gasolina para ir al trabajo, la universidad
o de viaje.
- Benilde Mart¨ªn Matesanz, due?o de galer¨ªas Matesanz desde hace 35 a?os, ha cedido el local de la tienda al Ayuntamiento para "uso y disfrute del pueblo". "Pido disculpas a quien no se pudo complacer como deseaba
y sobre todo quiero dejar constancia de nuestro agradecimiento a Soto",
reza una nota en la puerta.
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