El placer de la refundaci¨®n
Para el veterano lector de historietas de superh¨¦roes, la tendencia cinematogr¨¢fica de refundar sagas ha sido casi como una maldici¨®n: el insistente obst¨¢culo que imped¨ªa disfrutar del asombro de la aventura en toda regla, de experimentar, en pantalla grande, el placer, derivado del pulp y de las viejas narrativas de serial, que justifica la fidelidad a un g¨¦nero que, una vez consumada la deconstrucci¨®n posmoderna de las obras de Alan Moore, Grant Morrison y Frank Miller, ha renacido con la aceleraci¨®n pospunk promovida por el guionista estrella Mark Millar. El deseo del fan chocaba, as¨ª, con la obsesi¨®n de la industria por satisfacer los bajos instintos de un sector de mercado (adolescente) a trav¨¦s de la peri¨®dica -y mec¨¢nica- renovaci¨®n del star system: cada intento de resetear a un personaje equival¨ªa a un estrat¨¦gico lifting que no se correspond¨ªa con una modernizaci¨®n de los planteamientos narrativos.
X-MEN: PRIMERA GENERACI?N
Direcci¨®n: Matthew Vaughn.
Int¨¦rpretes: James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Kevin Bacon, Rose Byrne, January Jones, ?lex Gonz¨¢lez.
G¨¦nero: aventuras.
EE UU, 2011.
Duraci¨®n: 132 minutos.
X-men: primera generaci¨®n es, en semejante contexto, la mejor de las noticias posibles, porque satisface, con creces, a ambos frentes: por un lado, cumple con el sue?o h¨²medo de la industria al resucitar la franquicia X-men con reluciente reparto y deslumbrantes texturas -el director Matthew Vaughn, que adapt¨® a Millar en Kick ass, y algo de su esp¨ªritu debi¨® de peg¨¢rsele, no se equivoca al equiparar su operaci¨®n al Star Trek de Abrams-, y, por otro, transmuta su mitolog¨ªa del origen en fren¨¦tica aventura en clave bondiana, atomizada en un caleidoscopio de tiempos y escenarios sin perder m¨²sculo narrativo, ni velocidad expositiva. Como DC: the new frontier, de Darwyn Cooke y Dave Stewart, la pel¨ªcula de Vaughn convierte a sus superh¨¦roes en nota al pie de la guerra fr¨ªa -en este caso, con la crisis de los misiles de Cuba en el centro-, desplegando un espect¨¢culo dominado por un sentido l¨²dico que pulveriza todo recuerdo de la pomposidad modelo Christopher Nolan.
Babelia
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