Sobrecogedor Mahler

Se clausur¨® la temporada de conciertos de Iberm¨²sica con los mismos par¨¢metros de la apertura: con m¨²sica de Mah-ler, entonces con Abbado y la orquesta del Festival de Lucerna, y ahora con Tilson Thomas y la Sinf¨®nica de San Francisco, y con el p¨²blico entregado en clima de apoteosis. Justamente sucede en una de las escasas manifestaciones musicales sin subvenci¨®n p¨²blica. Para meditar.

La Sinf¨®nica de San Francisco se ha erigido en la portavoz americana de Mahler en este a?o del centenario de la muerte del compositor y del nacimiento de la orquesta californiana. En su gira europea han demostrado que se encuentran en un estado de forma admirable y que se sienten totalmente identificados con los criterios musicales de Tilson Thomas, su director desde 1995.

Pulcra energ¨ªa

No s¨¦ si la orquesta tiene una manera de tocar m¨¢s europea o americana. Lo que s¨ª tiene es una personalidad arrolladora, que se manifiesta en la pulcritud y energ¨ªa del sonido, en la potencia del viento-metal, en la transparencia del viento-madera y en la redondez y c¨¢lido melodismo de la cuerda. Tilson Thomas busca por encima de todo la nitidez, pero no renuncia al espect¨¢culo sonoro. De ah¨ª las din¨¢micas extremas o la falta absoluta de ret¨®rica en los desarrollos. Las sinfon¨ªas de Mahler admiten este planteamiento, como tambi¨¦n son proclives a las interpretaciones de corte filos¨®fico-literario. Lo que importa, en uno y otro caso, es que la orquesta responda con coherencia a los enfoques que asume. En ese sentido la Sinf¨®nica de San Francisco realiza unas lecturas sencillamente impresionantes. El Mahler americano, llam¨¦mosle as¨ª, aporta un ba?o de frescura al Mahler m¨¢s pretendidamente europeo. El espectador puede escoger pero lo m¨¢s aconsejable es quedarse con los dos. Y, en general -fundamentalismos o condicionantes discogr¨¢ficos aparte-, as¨ª lo hace. Escalofriante Sexta, apabullante Segunda.

En esa atm¨®sfera el Orfe¨®n Donostiarra brind¨® una de sus mejores actuaciones en Madrid de la ¨²ltima d¨¦cada, arrancando esos bravos habituales a su presencia. Estuvo disciplinado a la par que sensible. Mahler puede respirar tranquilo. En Madrid se ha hecho justicia a su m¨²sica.