Una empresa fr¨¢gil
Sony ha tenido una pol¨ªtica muy exigente de protecci¨®n de sus derechos. Es la discogr¨¢fica que m¨¢s empe?o puso en el empleo de los DRM (sistemas anticopia). Lo llev¨® a tal extremo que, por ejemplo, en Espa?a, donde est¨¢ permitida la copia privada, el comprador de un disco de la casa pod¨ªa encontrarse con una barrera tecnol¨®gica que se lo imped¨ªa. Pero esta inteligencia inform¨¢tica para defender sus intereses no parece haberla trasladado a sus webs para aislar los datos de sus millones de clientes. Sony en Internet es enormemente fr¨¢gil y, lo peor, no es fiable en la salvaguardia de los datos de sus millones de clientes.
Jam¨¢s puede prometerse una seguridad total en la Red. La traici¨®n de un empleado o la artesan¨ªa cibern¨¦tica de un pirata pueden derrumbar las vallas virtuales m¨¢s reforzadas. Pero la triste historia de estos dos ¨²ltimos meses de Sony, con tres asaltos, sin contar incursiones menores, que han comprometido los datos de 101 millones de internautas han sido un severo castigo a una presumible imprudencia. Cuando hab¨ªa reforzado la plataforma PlayStation Network y reabierto el servicio, un colectivo hacker, Lulzsec, se hace con datos de otro mill¨®n de clientes de la empresa. Lo hab¨ªan anunciado con una frase amenazadora: ser¨¢ el principio del fin para Sony.
Desde luego, Sony se enfrenta ahora a una dif¨ªcil tarea: combatir con m¨¢s garant¨ªas las intromisiones a su red. Pero tan ardua como esta ser¨¢ la de devolver a sus clientes la confianza en sus plataformas.
Hace unos meses lanz¨® su departamento jur¨ªdico contra un hacker que hab¨ªa desbloqueado la consola PlayStation 3. Lo hizo con maneras contundentes (registro domiciliario, decomiso de material...). Al final pact¨® con el joven, pero la comunidad hacker hab¨ªa tomado nota de lo sucedido. Y empez¨® una campa?a de castigo de enorme envergadura. A Sony le va a costar mucho tiempo y dinero rehacerse de la misma. Lo m¨¢s insultante de este ¨²ltimo episodio es ver c¨®mo los asaltantes explican lo f¨¢cil que les ha resultado entrometerse en sus bases de datos.
Sony deber¨¢ cambiar muchas cosas, y no solo a su jefe de seguridad digital. Que tambi¨¦n.
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