Angelino Fons, gran adaptador de Baroja
Director y guionista, particip¨® en obras se?eras del cine de los sesenta
La historia del cine espa?ol no puede entenderse sin el Nuevo Cine Espa?ol y el Nuevo Cine Espa?ol no puede entenderse sin la figura de Angelino Fons (1936, Madrid). As¨ª son las cosas a la hora de la muerte, este martes, 7 de junio, a los 75 a?os, de uno de esos nombres lamentablemente desconocidos para las nuevas generaciones de cin¨¦filos y que, sin embargo, all¨¢ por los a?os sesenta, colabor¨® con extraordinaria capacidad en la irrupci¨®n de un movimiento que se puede resumir en una frase: el problema del cine espa?ol era que hasta entonces no ten¨ªa problemas. Saura, Mart¨ªn-Patino, Camus, Borau, Picazo y el propio Fons, entre otros, se encargaron de mostrarlos con una serie de pel¨ªculas apasionadas y apasionantes, de exquisita elegancia, en las que se fue colando, gracias a una cierta relajaci¨®n de la censura, una nueva visi¨®n de Espa?a, m¨¢s realista, m¨¢s negra, m¨¢s cr¨ªtica.
Fons se inici¨® en el cine como auxiliar de direcci¨®n en El cochecito (1960), de Marco Ferreri, y como colaborador en el guion de La caza (1966), de Carlos Saura, tarea que luego repetir¨ªa en Peppermint frapp¨¦ (1967) y en Stress es tres, tres (1968). Pero su figura siempre ser¨¢ recordada por su inmensa pel¨ªcula de debut: La busca, de 1966, adaptaci¨®n de la obra de P¨ªo Baroja (que cedi¨® sus derechos por 20.000 pesetas), en la que se cambi¨® la ambientaci¨®n de la novela, entre 1885 y 1888, por un tiempo indeterminado que nunca se nombraba, pero que serv¨ªa para retratar un presente inh¨®spito, desesperanzado y atroz. Posteriormente, y a pesar de que sus ilusiones siempre estuvieron cerca de la literatura -su corto de graduaci¨®n en la Escuela de Cine fue una adaptaci¨®n de Las afueras, de Luis Goytisolo, y posteriormente, en 1970, adapt¨® Marianela y Fortunata y Jacinta, ambas de Gald¨®s-, tuvo una carrera en franca decadencia que culminar¨ªa con su ¨²ltima pel¨ªcula: El Cid cabreador (1983). Por desgracia, triste realidad de la distribuci¨®n de cine en Espa?a, las nuevas generaciones no pueden recuperar La busca, ya que no est¨¢ editada en DVD, mientras s¨ª lo est¨¢ El Cid cabreador.
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