El pr¨ªncipe m¨¢s pol¨ªticamente incorrecto cumple 90 a?os
Felipe de Edimburgo es odiado y amado por sus famosas meteduras de pata
Muy pocos le pueden discutir el t¨ªtulo de hombre m¨¢s controvertido del reino. La izquierda le tiene por un racista sin remedio que no se da cuenta de que sus pesadas bromas ponen en evidencia al pa¨ªs. La derecha le considera un librepensador al que le trae al pairo la correcci¨®n pol¨ªtica. El pr¨ªncipe Felipe, marido de Isabel II, cumple hoy 90 a?os y sigue siendo el de siempre. Para bien o para mal.
El duque de Edimburgo no piensa alterar su rutina diaria por el simple hecho de que sea su 90? cumplea?os. Lo celebrar¨¢ el domingo en el castillo de Windsor con un servicio religioso en la capilla de San Jorge seguido de una recepci¨®n.
Aunque a partir de ahora recortar¨¢ un pellizco sus actividades, seguir¨¢ encabezando m¨¢s de 800 organizaciones y asistiendo a una media anual de 350 actos p¨²blicos. Se le quiera o se le odie, nadie le niega que llega a los 90 a?os en admirable buena forma. Y la prensa todav¨ªa espera con expectaci¨®n alguna de sus conocidas meteduras de pata. O desprecios al protocolo, como se quiera ver.
El otro d¨ªa, en el viaje de la reina a Irlanda, se hizo un absoluto silencio entre los medios que segu¨ªan desde el centro de prensa en Dubl¨ªn la visita de la pareja real a los cuarteles generales de la cervecera Guinness: el duque miraba de reojo la pinta que le ofrecieron de buena ma?ana. Bast¨® una mirada de la reina para que el duque renunciara al desaf¨ªo de dar un sorbo. Solo entonces los periodistas rompieron con una carcajada esos pocos segundos de casi tenso silencio. Hubiera sido la foto del d¨ªa.
Y pod¨ªa haberlo sido. Porque el duque de Edimburgo es capaz de todo. Ese de todo incluye cosas muy mal vistas, pero que cuando el ahora nonagenario era un chaval se consideraban normales, como considerar que todo lo extranjero es raro y probablemente inferior. O catalogar a la gente con viejos estereotipos: los chinos destacan por sus ojos rasgados, los escoceses son borrachos, los nativos de Nueva Guinea son can¨ªbales, los caribe?os son piratas, los abor¨ªgenes australianos se matan a flechazos... Cosa curiosa en un patriota brit¨¢nico que en realidad naci¨® en Grecia con sangre danesa y alemana.
Pero a pesar de sus legendarias meteduras de pata, o de las tensas relaciones que hist¨®ricamente ha tenido con su hijo Carlos, heredero de la corona, o del atractivo que siempre ha despertado en las mujeres, el duque de Edimburgo siempre ha contado con el apoyo absoluto de su esposa y reina, Isabel. Aunque la pose quiz¨¢s no sea espont¨¢nea, vale la pena ver dos fotos de la pareja mir¨¢ndose acaramelados que se exhiben en la exposici¨®n sobre el 90? cumplea?os del duque abierta en el castillo de Windsor hasta el 22 de enero de 2012. Dos fotos gemelas, pero separadas por 60 a?os.

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