La ca¨ªda en desgracia de Gwyneth Paltrow
Una b¨²squeda en Internet basta para comprobar la ca¨ªda en desgracia en Estados Unidos de Gwyneth Paltrow (Los ?ngeles, 1972). Lo tiene todo -f¨ªsico, estilo, carrera, voz y hasta un Oscar- y, sin embargo, no ha podido evitar un inexorable rechazo, que se comenz¨® a fraguar en Espa?a en 2006. Salon, una respetada revista de Internet, se preguntaba recientemente: "?Por qu¨¦ cae tan mal Paltrow?".
Las dudas comenzaron, precisamente, en Espa?a, en una rueda de prensa en 2006, en la que Paltrow insinu¨® que en Europa se viv¨ªa mejor que en EE UU. Aquello circul¨® por todos los diarios estadounidenses hasta forzar una aclaraci¨®n de la actriz: "No soy antiamericana". Si una estrella tiene que aclarar eso en EE UU, puede dar su carrera por herida de gravedad. Para solucionarlo, Paltrow hizo algo todav¨ªa peor: victimizarse. En una entrevista en enero para la edici¨®n brit¨¢nica de Harper's Bazaar dijo: "Ha habido un par de veces en que pens¨¦: voy a dejarlo aqu¨ª. ?La gente es muy mala conmigo!".
La fama ha sido dura con ella. Despu¨¦s del gran ¨¦xito de Shakespeare enamorado (1998), que le brind¨® el Oscar, Paltrow no recab¨® ni un solo ¨¦xito rotundo en el cine. Opt¨® por una gran diversificaci¨®n en aventuras empresariales de moda, alimentaci¨®n y espiritualidad. Y por mantener un blog, Goop, en el que da consejos de estilo. Entre sus detractores es un hazmerre¨ªr por sugerir el modo de contratar a un entrenador personal o a un estilista. En abril present¨® un libro de cocina.
Entonces, The New Yorker public¨® un perfil, titulado El mundo de Gwyneth, en el que, con finura, reflejaba lo desconectada que est¨¢ la actriz de la realidad. "Una vez estaba cocinando un pato y se le quem¨®. ?Lo tir¨® a la piscina!", dijo su marido, el cantante de Coldplay, Chris Martin. "Ella lo hace todo, ?incluso matar las langostas!", a?adi¨® su amiga, la modelo Christy Turlington. ?Patos? ?Langostas? ?Piscina? ?Christy Turlington? A Paltrow le va a costar quitarse la imagen de chica fabulosa ajena a la vida de los estadounidenses.
Y le conviene porque en los ¨²ltimos a?os ha intentado recobrar el ¨¦xito entre un p¨²blico que no aprecia esos lujos: la gran base rural y blanca de los Estados sure?os norteamericanos. A ellos les dedic¨® su pel¨ªcula, estrenada en enero, Country strong, donde cantaba diversos temas country. Interpretaba a una estrella alcoh¨®lica, infiel y algo p¨¦rfida. Fingi¨® un acento sure?o que ten¨ªa el mismo efecto rid¨ªculo que la impostaci¨®n brit¨¢nica de su amiga Madonna, que tampoco es popular en su pa¨ªs. Fue un fracaso.
Ahora tiene la oportunidad de redimirse: actuar¨¢ junto a Matt Damon y Jude Law en la pel¨ªcula Contagio. La ¨²ltima vez que trabaj¨® con ellos fue en El talento de Mr. Ripley. Una de las ¨²ltimas veces en que la suerte le sonri¨®.
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