El espacio imposible de Anish Kapoor

Bendecido por gran parte de la cr¨ªtica, y cada d¨ªa m¨¢s aclamado por un p¨²blico que suele contemplar sus espectaculares piezas con la boca abierta, el escultor y arquitecto anglo¨ªndio Anish Kapoor (Bombay, 1954) asombra estos d¨ªas a Europa con varias exposiciones simult¨¢neas. Algunas de sus piezas engullen literalmente al espectador, dej¨¢ndoles pasear por su interior. Otras son menos interactivas, pero ofrecen siempre sensaciones nuevas y variopintas.

Entre la m¨ªstica, el juego y el sortilegio, algunos espectadores levitan con Kapoor. Otros se marean ante ese despliegue de formas in¨¦ditas y vac¨ªos enormes. Kapoor es el gran mago contempor¨¢neo de la escultura, y su ¨¦xito es tan un¨¢nime, y su ausencia de pol¨¦mica le resulta tan c¨®moda al establishment del arte, que ya parece no negarse ning¨²n reto.

Sus piezas engullen al espectador, dej¨¢ndole pasear por su interior

Sus experimentos le sacan del mundo del arte y le acercan a nuevos p¨²blicos

Tras enamorar en el Parque Millennium de Chicago con su Cloud gate, quiz¨¢ la obra contempor¨¢nea m¨¢s visitada de la actualidad, el escultor seduce ahora a Par¨ªs con una sutil y descomunal pieza de goma roja, especialmente concebida para el Grand Palais. Se trata de un globo trasl¨²cido al que ha dado un nombre b¨ªblico, Leviathan, el monstruo marino de la mitolog¨ªa judeocristiana. "Un monstruo marino es grande, amorfo, incontrolable y provoca emociones", dijo Kapoor en la presentaci¨®n. No parece mala definici¨®n para la obra de este artista vers¨¢til y en permanente expansi¨®n, que desde ma?ana ser¨¢ una de las estrellas de la Feria de Basilea, como invitado especial en la secci¨®n (monumental) Art Unlimited.

Kapoor vive desde 1973 en Londres, donde ha trabajado siempre con la Lisson Gallery, de Nicholas Longsdail, gur¨² de la nueva escultura brit¨¢nica. All¨ª acaba de exponer con la Serpentine Gallery, y su codirector, Hans Ulrich Obrist, explica as¨ª el secreto de tanto ¨¦xito: "Kapoor ha recorrido un largo camino. En los a?os ochenta ya era conocido e interesante, pero su crecimiento como artista ha sido lento y sostenido. Empez¨® haciendo objetos de polvo rojo y poco a poco invent¨® un lenguaje nuevo. Con el tiempo, lo m¨¢s novedoso ha sido su cambio de escala, sus dimensiones se han ido haciendo mucho m¨¢s amplias".

Seg¨²n Obrist, este nuevo Kapoor comenz¨® a cuajar en la Tate Gallery en 2002, cuando realiz¨® la pieza Marsyas para la sala de turbinas. "Eso supuso el inicio de su colaboraci¨®n con el ingeniero Arup Cecil Balmond, que trabaj¨® con Koolhaas y otros grandes arquitectos", recuerda Obrist. "Probablemente eso le ha ayudado a llegar a lo que hemos visto ahora en Par¨ªs, que es seguramente lo mejor, y lo m¨¢s grande, que Kapoor ha hecho nunca".

Los tubos, ca?ones, nubes, trompetas y t¨²neles de Kapoor logran cambiar la percepci¨®n del espacio. Aunque algunos le reprochan cierta tendencia a la megaloman¨ªa, otros se rinden a su dominio t¨¦cnico y a su po¨¦tica silenciosa. Ver sus obras produce efectos singulares. En Mil¨¢n mucha gente siente alivio a la salida de Dirty Corner, una escultura de acero que forma un pasillo de 60 metros de largo por tres de di¨¢metro. La obra fue pensada especialmente para la catedral de la F¨¢brica de Vapor. Al entrar en la ballena, la oscuridad es a ratos total y la claustrofobia empuja a algunos a volver atr¨¢s, pero la mayor¨ªa tira para adelante. La cr¨ªtica italiana ha comparado la visita con el t¨²nel de luz que pint¨® El Bosco en el Para¨ªso. La pieza, que se puede ver hasta enero, ser¨¢ cubierta poco a poco por una monta?a de tierra roja de 160 metros c¨²bicos.

En Mil¨¢n se exhibe tambi¨¦n una antol¨®gica de siete obras, repartida (hasta octubre) en los espacios de la Rotonda de la Besana: piezas de la ¨²ltima d¨¦cada, con las que Kapoor ha revolucionado la forma de crear y observar la escultura. Hans Ulrich Obrist piensa que Kapoor representa para el arte lo mismo que supuso la nouvelle vague para el cine: "Hace experimentos muy interesantes que son a la vez muy populares. Eso le ha sacado del estrecho mundo del arte y le acerca a nuevos p¨²blicos. Lo admiran en los cinco continentes, y aunque ha ganado territorio, no ha perdido en absoluto la concentraci¨®n".

Pero no siempre los experimentos cuajan. Ascensi¨®n, una instalaci¨®n conceptual que Kapoor realiz¨® en 2003 en San Gimignano, es uno de los grandes reclamos de la Bienal de Venecia. Una base situada en el crucero de la bas¨ªlica de San Giorgio Maggiore debe liberar una fina espiral de humo que asciende hasta la c¨²pula. Pero algunos problemas t¨¦cnicos impiden ver el humo con la debida asiduidad.