Turqu¨ªa cambia su pol¨ªtica exterior forzada por las revueltas ¨¢rabes
La represi¨®n en Libia y Siria alter¨® su objetivo de neutralidad con los vecinos
Hace poco m¨¢s de una d¨¦cada Turqu¨ªa estaba enemistada con casi todos sus vecinos. Estuvo a punto de declarar la guerra a Siria, que daba cobijo a la guerrilla separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK), y a enfrentarse a Grecia por un disputado islote en el Egeo. Su ¨²nico aliado, con quien compart¨ªa numerosos enemigos, era Israel. Pero con la llegada al poder de los islamistas moderados de Recep Tayyip Erdogan la estrategia exterior de Ankara ha evolucionado hasta dar un vuelco completo.
Erdogan incluy¨® pronto en su equipo de consejeros al profesor de relaciones internacionales Ahmet Davutoglu, te¨®rico de una pol¨ªtica exterior neootomana que se resume en el lema cero problemas con los vecinos. De la mano de la expansi¨®n comercial de sus empresas, Turqu¨ªa se ha convertido en una emergente potencia regional.
La expansi¨®n comercial ha hecho del pa¨ªs una potencia emergente
Grecia no ha dudado en apoyar el proceso de adhesi¨®n de Turqu¨ªa a la UE, con la esperanza de que Ankara acabe gastando m¨¢s en infraestructuras que en defensa. Solo la frontera con Armenia se mantiene a¨²n cerrada a causa de la acusaci¨®n de genocidio que Erevan lanza por las matanzas y deportaciones masivas de cristianos armenios en la etapa final del Imperio Otomano.
Antes de ser nombrado ministro de Exteriores, en mayo de 2009, Davotuglu alcanz¨® su m¨¢ximo logro al conducir la mediaci¨®n turca entre Israel y Siria. Turqu¨ªa hab¨ªa suscrito en 1999 un tratado de cooperaci¨®n militar para permitir que la aviaci¨®n de combate israel¨ª participara en maniobras sobre el amplio espacio a¨¦reo de Anatolia y obtener en contrapartida sistemas de modernizaci¨®n para su propia Fuerza A¨¦rea. A?os m¨¢s tarde, Turqu¨ªa tambi¨¦n desmantel¨® su impresionante despliegue militar en los 900 kil¨®metros de frontera com¨²n con Siria.
La intervenci¨®n israel¨ª en Gaza, sin embargo, enfri¨® las relaciones bilaterales, sobre todo despu¨¦s de que Erdogan clamara en el Foro de Davos contra la matanza de civiles palestinos. Pero el asalto por comandos israel¨ªes de la flotilla con ayuda a Gaza, en el que murieron nueve ciudadanos turcos en aguas internacionales, congel¨® por completo los contactos bilaterales hace ahora un a?o.
Mientras, las relaciones con Siria parec¨ªan ir viento en popa y las exportaciones turcas se triplicaron hasta alcanzar en 2010 los 2.270 millones de d¨®lares. El presidente sirio Bachar el Asad era entonces un amigo y aliado para Erdogan. Al igual que Muamar el Gadafi, sin duda gracias a que las empresas turcas hab¨ªan obtenido contratos por un monto de 15.000 millones de d¨®lares y m¨¢s de 25.000 trabajadores turcos consiguieron empleo en Libia.
Cuando estall¨® la ola de cambio en el mundo ¨¢rabe muchos analistas internacionales pusieron a Turqu¨ªa como modelo de compatibilidad entre democracia e islam para pa¨ªses que, como T¨²nez o Egipto, se iban liberando de sus dictadores. Erdogan fue incluso aclamado como un h¨¦roe por la multitud de la plaza de Tahrir cuando pidi¨® al presidente Hosni Mubarak que abandonar¨¢ el poder.
Pero el estallido de la represi¨®n contra los opositores civiles libios y sirios ha desbaratado la estrategia de cero problemas del Gobierno islamista turco. Pese a sus vagos intentos de mediar ante Tr¨ªpoli, Turqu¨ªa, pa¨ªs miembro de la OTAN, ha acabado por aceptar la intervenci¨®n aliada en Libia y ha reconocido al Consejo Nacional de los rebeldes de Bengasi.
Tambi¨¦n intent¨® lidiar con Damasco y recomend¨® a El Asad que emprendiese reformas. Pero la crisis siria le ha estallado en la cara a Erdogan en plena campa?a electoral con la llegada de unos 5.000 refugiados amenazados por las balas de las tropas sirias. Tras condenar las "inaceptables atrocidades" del r¨¦gimen de Damasco, el l¨ªder de la emergente potencia turca no ha tenido m¨¢s remedio que entender que a veces es imposible conciliar los negocios con los principios.
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