El '?Me cago en mis viejos!' de Carlos Cay se hace libro

Quiz¨¢ a estas alturas, Carlos Cay haya madurado. O se haya sacado unos eurillos para pasar el verano, o se haya ido de casa. El caso es que su identidad no est¨¢ oculta, sencillamente se nos revel¨® durante tres veranos en EL PA?S y ahora en un libro donde se recogen las entregas de ?Me cago en mis viejos! (Pocket Edhasa).

No da entrevistas, tan solo respira en el mon¨®logo interior y exterior de un diario ¨ªntimo pero absolutamente exhibicionista que empezaba: "Qu¨¦ vacile cagarme en mis viejos as¨ª, por escrito, p¨²blicamente, en un peri¨®dico (en un peri¨®dico de gran tirada, que dir¨ªa el viejo), cagarme en ellos desde el mismo diario que leen...".

Lo empez¨® como mayor de edad, quiz¨¢ no de juicio, con un lenguaje iracundo y entre la clandestinidad que da la globalidad de la Red y el descaro de quien se siente inconsciente. Como empez¨®, lo dej¨®. Sin futuro claro, con emociones revueltas, cabreos y regates a la vida por el centro y las bandas.

Hermana mayor, sobrino, los viejos preocupados porque no sale, Javi, el risas, Hiki Komori, la casa de veraneo, hach¨ªs, ¨¦xtasis l¨ªquido con ron, los sue?os de Marisol con la arquitectura y una cierta atracci¨®n hacia los psic¨®patas que poblaban una cotidianidad de 40 grados a la sombra.

Cay deambula por el mundo como una perfecta facha de ejemplar nini. Un poco lerdo, un tanto mala uva, tierno a veces, con muchas papeletas para haber pasado estos d¨ªas por Sol, donde hubiese rele¨ªdo El se?or de los anillos en la biblioteca y soltado alguna inconveniencia en las asambleas. A lo mejor un d¨ªa lo cuenta.

All¨ª tambi¨¦n habr¨¢ ocultado su nombre. Puede que haya llegado a conseguir su sue?o literario de convertirse en Nadie. Quer¨ªa seguir los pasos del personaje de La Odisea. Pero queriendo ser Nadie, se convirti¨® en Alguien. Alguien que ve las cosas en una descarnada virtualidad, en 3D, con cierta deformidad avasalladora.