Betty Neumar, la turbia viuda m¨²ltiple
Muri¨® siendo sospechosa de asesinar a sus cinco maridos
Frecuentes desgracias suced¨ªan a su alrededor. Cinco maridos y su primog¨¦nito murieron en extra?as circunstancias. La mayor¨ªa, a tiros. Dos de ellos en aparentes suicidios. Uno por envenenamiento de la sangre. ?Fue Betty Neumar una viuda negra? ?Asesin¨® a sus cinco maridos y a su hijo o fue una desafortunada v¨ªctima de la casualidad? Solo ella lo sab¨ªa. Y se llev¨® las respuestas a la tumba. En libertad condicional y a la espera de juicio desde 2008, muri¨® el lunes en un hospital de Luisiana, despu¨¦s de una breve enfermedad, seg¨²n su familia. Ten¨ªa 79 a?os. Ning¨²n exmarido acudi¨® a su funeral, porque todos estaban ya muertos.
Betty hab¨ªa nacido en 1931 en Ohio. Se cas¨® por vez primera a los 18 a?os. A lo largo de su vida se dedic¨® a abrir y regentar diversos salones de belleza. En los noventa particip¨® en un gran enga?o, en el que capt¨® a 200 inversores para un timo de manual: les dijo que una familia noble de Europa hab¨ªa muerto sin herederos. Por invertir 100 d¨®lares [70 euros al cambio actual] recibir¨ªan 100.000. Hubo un juicio por estafa, en el que hubo siete condenados, del que ella escap¨®. En su larga vida se acostumbr¨® a que las desgracias se cebaran con los dem¨¢s y la dejaran indemne.
Las muertes sin aclarar de todos sus esposos y un hijo le reportaron dinero
En 2008, Al Gentry consigui¨® que el sheriff del condado de Stanly, en Carolina del Norte, reabriera el caso de la muerte de su hermano, Harold, en 1986. Hab¨ªan encontrado su cuerpo acribillado. Las pesquisas de la polic¨ªa, 22 a?os despu¨¦s del asesinato, llevaron hasta un mat¨®n a sueldo que dijo que la esposa del fallecido le hab¨ªa ofrecido dinero por matarle. Se trataba de Betty, a quien los agentes arrestaron. Presentaron cargos contra ella y la dejaron en libertad condiciona bajo una fianza de 210.000 euros.
Pronto, sin embargo, se dieron cuenta de un extra?o patr¨®n en la vida de la viuda. Sus maridos ten¨ªan la costumbre de morir en circunstancias violentas y nunca claras. Lo mismo hab¨ªa sucedido con su primer hijo. Muchos de los fallecidos estaban en posesi¨®n de cuantiosos seguros de vida que la beneficiaban a ella. La muerte de Harold, por ejemplo, le report¨® un equivalente a 14.000 euros. La de su primog¨¦nito, 7.000. Hab¨ªa sido suscrita otra p¨®liza sobre su ¨²ltimo marido, John Neumar, fallecido en 2008.
El forense determin¨® que la muerte de Neumar hab¨ªa ocurrido por "septicemia". Es decir: contaminaci¨®n de la sangre. Las autoridades comenzaron a investigar si se trataba de envenenamiento. Con su primer marido, Clarence Malone, se cas¨® en 1950. Un a?o despu¨¦s le denunci¨® por maltrato. Tuvieron a su hijo, Gary, en 1952. La pareja se divorci¨®, pero Clarence fue asesinado a tiros en 1970, cerca de la localidad de Cleveland.
Cuando los agentes le preguntaron sobre la suerte de su segundo marido, James Flynn, Betty dijo que muri¨® en un puerto de Nueva York a mediados de los a?os 50. Nadie denunci¨® su desaparici¨®n. Por ese motivo, y por falta de pruebas, los agentes decidieron no investigar ese caso. S¨ª indagaron en el del tercer marido: Richard Sills, que apareci¨® muerto en su casa de los cayos de Florida en 1965. Seg¨²n Betty, ¨²nico testigo, tras una discusi¨®n, Sills se vol¨® los sesos. En la ¨¦poca, la muerte de Sills se consider¨® un suicidio. La investigaci¨®n se reabri¨® en 2008. La del suicidio parece haber sido una opci¨®n recurrente entre sus allegados. La muerte del primog¨¦nito de Betty Neumar, Gary, tambi¨¦n fue considerada voluntaria en 1985, aunque, una vez m¨¢s, las indagaciones se reabrieron recientemente.
De los muchos casos abiertos, solo el del cuarto marido lleg¨® a los tribunales. El juicio hab¨ªa sido pospuesto en numerosas ocasiones. Betty vivi¨® sus ¨²ltimos a?os con su hija y su yerno, entre los Estados de Georgia y Florida. Los casos restantes se han ido cerrando por falta de pruebas a lo largo de los meses pasados.
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