Jugar con ventaja
En su reconfortante art¨ªculo del pasado domingo, Autodeterminaci¨®n en Igeldo, Emilio Guevara apelaba, quiz¨¢ a modo de consuelo, al sufrimiento como escuela de aprendizaje: "Dicen que lo que no aprendes por discernimiento lo aprendes por el sufrimiento, incluido el saber votar adecuadamente". Y sus palabras me recordaron una conversaci¨®n que yo hab¨ªa mantenido d¨ªas antes con mi amiga B., una conversaci¨®n algo fatalista sobre los resultados electorales y en la que yo, tambi¨¦n a modo de consuelo, sentenci¨¦: tal vez la sociedad sea como los ni?os, que necesitan ir d¨¢ndose trastazos para aprender. Naturalmente, la sociedad no es como los ni?os, ni el sufrimiento responde a criterios propios de una justicia distributiva, por lo que aquella puede permanecer en el error in saecula saeculorum, entre otras cosas porque lo que es un error para unos puede ser gloria para otros, y la gloria no suele estar del lado de los humillados y vencidos sino de los que mandan.
Los excelentes resultados electorales de Bildu han suscitado diversas respuestas entre sus adversarios: el horror, el escarnio, cierta esperanza ante el poder pedag¨®gico de la asunci¨®n de responsabilidades, la expectativa del fracaso, el temor al desastre... Con respecto a este ¨²ltimo, el temor al desastre, cuando B. me lo sugiri¨® le coment¨¦ que nos lo merecer¨ªamos, y ella me respondi¨® airada que no compart¨ªa mi opini¨®n, en lo que quiz¨¢ ten¨ªa raz¨®n, ya que nadie que es capaz de advertir del desastre que pueden causar otros es merecedor de sus consecuencias. Pero, merecidamente o no, est¨¢ claro que el desastre, si lo hay, lo padeceremos todos. Supongamos que no haya tal y aferr¨¦monos a la esperanza de quienes conf¨ªan en el poder transformador de la asunci¨®n de responsabilidades. ?Nos conducir¨¢n, r¨²stico modo, hacia un Igeldo pastoril en el que las ovejas pastar¨¢n libremente, aunque los pastores sean sometidos al lecho de Procusto del ideal batasuno, con juras a la independentzia mientras desfilan -¨¢ngelus va, ¨¢ngelus viene- los cencerrados de Ituren, o se avendr¨¢n, urbano modo y con las correcciones que consideren pertinentes, al modelo de modernidad por el que ya transit¨¢bamos?
El tiempo lo dir¨¢, y estoy dispuesto a comprender todo tipo de reacciones al fen¨®meno Bildu menos una: la del, digamos, chantaje pacifista. Es cierto que Bildu puede y debe desempe?ar un papel protagonista en la desaparici¨®n de ETA, pero eso no implica que el resto de la sociedad vasca tenga que someterse a una serie de concesiones para que logre ese objetivo. Alcanzar la paz es de fundamental importancia, pero no a cualquier precio, de modo que se conviertan en minucias el modelo de sociedad o los objetivos que ¨¦sta se imponga. Desde el momento en que Bildu accedi¨® a competir electoralmente se someti¨® a las mismas exigencias y prerrogativas que las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas, sin pluses. La paz no puede arrastrarnos al abismo que sus enemigos han ido labrando.
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