Lo macro condiciona lo micro

La actual crisis financiera y econ¨®mica en la que estamos inmersos ha acabado por ser denominada una "crisis de confianza", lo que ha llevado a popularizar un t¨¦rmino de reciente introducci¨®n en la investigaci¨®n econ¨®mica, pero del que ya exist¨ªa en el ¨¢mbito acad¨¦mico una importante literatura: el capital social. La literatura econ¨®mica se dedic¨® durante tres d¨¦cadas a tratar de demostrar que la educaci¨®n no solo condiciona el salario de quien la recibe, sino que contribuye al desarrollo de toda la sociedad. Pero el capital social tambi¨¦n influye.

El principal indicador utilizado es el de la confianza, que tiene dos vertientes: la confianza en los dem¨¢s (interpersonal u horizontal) y la confianza en las instituciones pol¨ªticas (vertical). Unas instituciones fuertes, con normas claras y reglas de juego conocidas, generan confianza en la sociedad. Por el contrario, la opacidad de las instituciones y la p¨¦rdida de confianza en las mismas, unido a que los ciudadanos son cada vez m¨¢s formados y m¨¢s cr¨ªticos, llevan a una p¨¦rdida de confianza general.

Esta situaci¨®n en contextos de crisis financiera implica bancos que desconf¨ªan los unos de los otros para prestarse entre s¨ª, adem¨¢s de ciudadanos y bancos desconfiando mutuamente.

?Cu¨¢l es la soluci¨®n? Generar confianza. En la creaci¨®n del capital social influyen numerosos componentes pero destacan, sobre todo, el papel de las familias y de la educaci¨®n como fuentes m¨¢s importantes para su formaci¨®n y mantenimiento. Si los ciudadanos perciben que pueden confiar en las instituciones (Gobierno, banca, mercados financieros...), se obtiene un mayor clima de confianza generalizada, que lleva a las personas a confiar en las posibilidades de la econom¨ªa y a la necesidad de retomar el consumo, que se retrae ante situaciones de incertidumbre.

Los problemas individuales de los trabajadores, lo que los economistas denominamos microeconom¨ªa, est¨¢n condicionados por lo que se decide en las altas instancias, es decir, la macroeconom¨ªa. Es necesario, por lo tanto, que las decisiones se tomen de un modo firme para que los ciudadanos por fin vuelvan a confiar y se perciban los cambios que la sociedad demanda.

Isabel Neira es profesora de la facultad de ADE de la Universidad de Santiago.