Puertas a la pesadilla

Como el mercado de abastos de San Francisco de la excepcional Mercado de ladrones, de Jules Dassin, el barrio lisboeta de Cova do Vapor proporciona al debutante Jo?o Nuno Pinto el perfecto escenario, real y simb¨®lico, para explicar el funcionamiento de esas puertas de acceso a la pesadilla capitalista que son aut¨¦nticas zonas residuales de la degradaci¨®n moral. En cierto sentido, Am¨¦rica llega al cine negro por los caminos del cine social libre de sermoneos, de una manera similar a como lo hicieron los Dardenne de El ni?o (2005) y El silencio de Lorna (2008), aunque aqu¨ª la dramaturgia y las formas de expresi¨®n sean m¨¢s convencionales.

Jo?o Nuno Pinto est¨¢ contando, tambi¨¦n, una historia de fin de raza: la de los miembros del que quiz¨¢ sea el ¨²ltimo clan, anal¨®gico y chapuceramente artesanal, de falsificadores de pasaportes para quienes creen llegar a la Europa del bienestar y se topan con insospechadas modulaciones del malestar. El portugu¨¦s cuenta su historia a partir de la mirada de la sojuzgada esposa rusa del aparente l¨ªder de la banda: la figura en la que, poco a poco, se ir¨¢ incubando el germen de la resistencia... aunque la huida sea, probablemente, imposible. Las angostas calles de Cova do Vapor convierten el desenlace en un tour de force claustrof¨®bico. Mar¨ªa Barranco rompe su imagen con un papel lucido, pero la pel¨ªcula contiene una nota amarga: es el trabajo testamentario de dos de sus actores, el espa?ol Paco Maestre y el portugu¨¦s Ra¨²l Solnado.