Notas para el debate sobre el burka
El debate sobre el velo integral (burka, niqab) se ha convertido en un debate err¨¢tico. Para contribuir a centrarlo es importante adoptar la perspectiva feminista, pues hacerlo pivotar, y m¨¢s de forma exclusiva, sobre el tema del laicismo ha llevado a confusiones indeseables: el ¨¦nfasis no se pone tanto en la libertad de conciencia como en el "respeto a todas las religiones" y por esa pendiente podemos deslizarnos a terrenos indeseables. En primer lugar, proponemos distinguir entre multiculturalidad y multiculturalismo, que se usan ordinariamente como sin¨®nimos pero que en rigor no lo son. Al hablar de multiculturalidad hacemos referencia al hecho sociol¨®gico de que diferentes culturas coexistan en el mismo ¨¢mbito geogr¨¢fico. Cuando usamos el t¨¦rmino multiculturalismo estamos denotando una tesis normativa acerca del modo en que deber¨ªan coexistir las diferentes culturas y, por v¨ªa de implicaci¨®n, c¨®mo tendr¨ªan que gestionarse pol¨ªticamente tales diferencias. El multiculturalismo tiene una concepci¨®n muy precisa acerca de las culturas de la que l¨®gicamente se deriva c¨®mo deben relacionarse entre s¨ª. Una cultura ser¨ªa una totalidad autorreferida cuyas pr¨¢cticas solamente podr¨ªan ser interpretadas desde sus propios referentes de sentido y, por tanto, los par¨¢metros de las diversas culturas ser¨ªan inconmensurables. Nos hallar¨ªamos frente a realidades est¨¢ticas y homog¨¦neas. Pues bien: entendemos que una concepci¨®n tal de las culturas es una concepci¨®n reificada, inadecuada normativamente e insostenible emp¨ªricamente. Reificada porque las culturas cambian y fluyen: no son por siempre id¨¦nticas a s¨ª mismas. Aun en el improbable supuesto de que alguna vez en el pasado hubiera sido as¨ª, es evidente que esta idea es inadecuada para las culturas de la era de la globalizaci¨®n, donde nos encontramos, por ejemplo, con antenas parab¨®licas en las mezquitas. Inadecuada normativamente porque no es cierto, como tambi¨¦n lo quiere el comunitarismo, que solamente la propia comunidad de referencia sea la fuente de la que emanan las normas por las que ha de regirse la vida de los individuos. Es insostenible emp¨ªricamente porque constatamos, de hecho, que las diferentes culturas interact¨²an, que tienen lugar entre ellas pr¨¦stamos, hibridaciones y apropiaciones selectivas, as¨ª como constantes "interpelaciones interculturales". Por su parte, los individuos no son meros reproductores de los c¨®digos culturales, sino que en alguna medida los revisan y los modifican.
Por otra parte, el multiculturalismo no repara en el "subtexto de g¨¦nero" de la identidad cultural. Con ello nos referimos al hecho de que la identidad cultural no tienen que asumirla en la misma medida los varones que las mujeres. Como lo afirma Mich¨¨le le Doeuff, las mujeres tenemos "sobrecarga de identidad". Se nos endosa la funci¨®n de asumir las presuntamente genuinas esencias de las culturas, sus n¨²cleos simb¨®licos m¨¢s duros. Las mujeres de muchas culturas han de representarlos en la vestimenta, de forma m¨¢s o menos constrictiva. Y no es de extra?ar, pues las mujeres no somos individuos. Ser un individuo es ser un quien, es algo que s¨®lo se produce en los espacios de poder: "Usted no sabe con qui¨¦n est¨¢ hablando". "?Sabe usted a qui¨¦n me tengo que dirigir para tratar este asunto?". En los espacios en que no se juega poder la individualidad no emerge: no son espacios de pares sino de id¨¦nticos, como lo he dicho en otra parte. El caso de las mujeres ser¨ªa el caso l¨ªmite de esta identidad. Y, a su vez, el caso l¨ªmite del l¨ªmite ser¨ªa la indiscernibilidad, la prescripci¨®n o asunci¨®n de un atuendo -el burka, el niqab...
- que incorpora la desindividuaci¨®n m¨¢s absoluta, el ninguneamiento m¨¢s radical. Ataviada con esa prenda se escenifica -parad¨®jicamente- que no se es nadie, que se est¨¢ en las ant¨ªpodas de un quien. El problema de la desidentificaci¨®n en el espacio p¨²blico por razones de seguridad es una consecuencia derivada a la vez de algo secundario en relaci¨®n con este s¨¢dico despojo de todo lo que pueda significar en las mujeres un rasgo de individuaci¨®n. Y el derecho a la individualidad, a ser un quien y representarlo como un quantum, aun m¨ªnimo, de potentia, de capacidad de incidir sobre el medio con cierta soltura mediante las dotaciones de nuestro cuerpo, a lo que podr¨ªamos llamar "el desencadenamiento corporal y vestimentario", deber¨ªa ser considerado un derecho humano expl¨ªcito.
El burka como excusa. Terrorismo intelectual, religioso y moral contra la libertad de las mujeres. Wassyla Tamzali. Traducci¨®n de Jos¨¦ Miguel Marc¨¦n. Incluye un informe de Itziar Elizondo Iriarte. Saga Editorial. Barcelona, 2010. 144 p¨¢ginas. 14,90 euros.
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