?Qu¨¦ nos dice el espejo?

Llegaba tarde al instituto, pero eso a Montse no le imped¨ªa realizar su torturante ritual matutino: b¨¢scula y espejo. Mientras escudri?aba su imagen desnuda en aquel espejo enorme, se iba palpando todos sus michelines, sobre todo los de la barriga y los muslos. Esos c¨²mulos de grasa significaban s¨®lidas barreras entre ella y la felicidad. Su madre entr¨® en la habitaci¨®n cuando ya le empezaban a caer las l¨¢grimas. Y tambi¨¦n llor¨®. Contemplar a su hija, un aut¨¦ntico esqueleto, sufrir por unos michelines creados por su cabeza le estrujaba el coraz¨®n.

Las personas que sufren anorexia no son las ¨²nicas que distorsionan la imagen que les devuelve el espejo; a las que padecen trastorno dism¨®rfico corporal (TDC) les ocurre algo parecido. Se preocupan por defectos m¨ªnimos o imaginarios sobre todo de su rostro. Su angustia es tal que necesitan un tiempo infinito ante el espejo para arreglarse, tanto que puede resultar paralizante.

"Si nos miramos fijamente a los ojos pensando que somos el que nos est¨¢ mirando, podemos experimentar v¨¦rtigo de identidad"

Las patolog¨ªas suelen ser la versi¨®n exagerada de lo que nos sucede al resto. Por ello, a otro nivel, siempre nos podemos sentir en alg¨²n punto identificados. A menudo, con nuestra imagen somos much¨ªsimo m¨¢s exigentes nosotros que los dem¨¢s. Cuando nos encontramos un amigo que hace a?os que no vemos, una frase bastante t¨ªpica es: "?Pero si est¨¢s igual!". Y la respuesta suele ser: "?Igual? ?Pero qu¨¦ dices!". Este desencaje entre una visi¨®n y otra se debe a que una es una visi¨®n detallada y la otra una mirada global. Al mirarnos en el espejo, nuestros ojos son mucho m¨¢s anal¨ªticos: la arruguita, las ojeras, el grano...En cambio, el que nos mira capta m¨¢s la esencia, lo global. De hecho, los humanos somos muy buenos y muy r¨¢pidos identificando rostros (ya querr¨ªan los ordenadores conseguir nuestra pericia) y justamente lo somos porque no nos paramos a escudri?ar cada detalle, sino que obtenemos una visi¨®n general.

Hablando con mi madre de los espejos, me comentaba que cuando se arregla las cejas coge un espejo de aumento y sale al patio donde hay much¨ªsima luz: "Me veo horrible, tantas arrugas" . Por eso cuando acaba, siempre va a mirarse a su espejo del cuarto de ba?o, "all¨ª me miro y me veo mucho mejor y ya me quedo m¨¢s tranquila". Con este simple comportamiento cotidiano me regal¨® un claro ejemplo de la diferencia entre la visi¨®n global y la pormenorizada. Dij¨¦ramos que para ella la impresi¨®n general que le devuelve su espejo es una terapia necesaria despu¨¦s de pasar por la imagen detallada del espejo de aumento. No dejemos que nuestros ojos se conviertan en una especie de espejo de aumento.

Me gust¨® o¨ªr a una amiga m¨ªa comentarme: "Yo cuando me arreglo intento mirarme en general; luego me digo: pues no estoy mal, y me marcho tan contenta". Teniendo en cuenta que la mayor¨ªa de nosotros compartimos el ritual matinal del espejo, si ese ratito todos lo vivi¨¦ramos con un tono m¨¢s animoso, ?sumar¨ªamos muchas ondas positivas!

Si nos analizamos desde fuera, los humanos somos realmente graciosos. Por lo general, antes de marcharnos de casa nos arreglamos el pelo, nos alisamos la camisa, nos lanzamos una ¨²ltima mirada en el espejo y esa es la imagen que nos llevamos. Cuando en realidad al poco rato ya solemos estar despeinados, arrugados..., pero eso da igual si la imagen que conservamos es la del espejo.

Cuando estamos ante el espejo, solemos adoptar posturas para vernos mejor. Como ponernos erguidos, esconder la barriga, sacar pecho... Algunas personas ponen "cara de espejo". Esto es, una cara que solo la ponen ante el espejo.

El fen¨®meno del espejo es curioso. Algunas personas pueden practicar ante ¨¦l una declaraci¨®n de amor. Otras lo pueden utilizar para aumentar la excitaci¨®n sexual cuando est¨¢n con su pareja. El espejo tiene m¨²ltiples utilidades. Una abogada me contaba que ella se sac¨® la carrera de Derecho gracias al espejo. En su habitaci¨®n, su mesa de estudio era un antiguo tocador de su madre. As¨ª, cuando levantaba la cabeza del libro se ve¨ªa y se preguntaba la lecci¨®n a s¨ª misma. Cuando su madre decidi¨® modernizarle la habitaci¨®n, le sac¨® el tocador y ella no pod¨ªa estudiar. Obviamente, coloc¨® otro.

La identidad

"Los espejos, antes de darnos la imagen que reproducen, deber¨ªan reflexionar un poco" (Jean Cocteau)

Si nos ponemos ante un espejo y nos miramos fijamente a los ojos durante un rato pensando intensamente que somos el que nos est¨¢ mirando al otro lado, podemos experimentar un v¨¦rtigo de identidad.

Los humanos somos de los pocos seres vivos que nos identificamos a nosotros mismos. Los cient¨ªficos que estudian qu¨¦ animales tienen esta conciencia utilizan el "test del espejo" desarrollado por Gordon Gallup Jr. en 1970 y que consiste en poner al animal frente al espejo con alguna mancha en el cuerpo. Si se explora toc¨¢ndola o movi¨¦ndose para verla mejor, es se?al de que se identifica a s¨ª mismo y no cree que el que se mueve en el espejo sea otro. La prueba ha sido pasada por chimpanc¨¦s, gorilas, orangutanes, delf¨ªnidos, elefantes, macacos de Rhesus, monos capuchinos, urracas y parece que tambi¨¦n por las palomas. En el caso de los humanos, no nos identificamos hasta alrededor de los dos a?os.

En general, no sabemos lo afortunados que somos porque no valoramos cosas que nos parecen obvias. Una de ellas es reconocernos ante el espejo. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si nos coloc¨¢ramos frente a ¨¦l y no supi¨¦ramos qui¨¦n nos est¨¢ mirando al otro lado? Pues una angustia descomunal. Y eso puede suceder. Existen personas que por un accidente u otra causa pierden su memoria a corto plazo; van viviendo, pero no se acuerdan de lo que les ha pasado hace cinco minutos. No retienen.

Muchas personas que padecen trastorno de personalidad describen la transici¨®n de una personalidad a otra como algo muy angustioso, pues se miran al espejo y lo que ven ah¨ª es una persona completamente extra?a a su ser. O imaginemos el caso de personas que han pasado por cirug¨ªa est¨¦tica y luego no se reconocen cuando se miran. Algunas acaban suicid¨¢ndose. Y nosotros preocup¨¢ndonos por la arruguita o el michel¨ªn.

Al otro lado...

"Espejito, espejito, di: ?Qui¨¦n es la m¨¢s bella de todas las mujeres?"

(la bruja de Cenicienta)

Es de noche, estamos solos en casa y acabamos de ver una pel¨ªcula de terror. En esta situaci¨®n, a muchas personas no les resulta muy atractiva la idea de colocarse ante un espejo, por lo que pueda pasar... En el inconsciente colectivo, el espejo se convierte en una especie de puerta a otra dimensi¨®n, al mundo de lo sobrenatural. En algunas personas, esta sensaci¨®n es tan acuciante que padecen catoptrofobia o eisoptrofobia (fobia a los espejos). Esta fobia puede tener dos ra¨ªces, una de ellas es el miedo al espejo por su simbolismo misterioso; en otros casos, la ansiedad viene provocada simplemente porque el individuo no acepta su propia imagen.

Se cree que los siete a?os de mala suerte que se le atribuyen a alguien cuando rompe un espejo es porque ha roto algo m¨¢s que un simple objeto; ha roto un alma. Seg¨²n muchas creencias, en los espejos quedan atrapadas las almas. Los que parten de esta convicci¨®n aconsejan no tener espejos ante una persona moribunda para que su esp¨ªritu no quede recluido en ¨¦l. Y algunos expertos en Feng Shui advierten de la peligrosidad de los espejos antiguos por las vibraciones que puedan haber captado y desaconsejan tenerlos en casa.

Lo mejor que podemos hacer ante el espejo es sonre¨ªr. De esta forma podremos comprobar que afortunadamente la persona que se encuentra al otro lado es agradable y simp¨¢tica. Siempre nos devuelve la sonrisa.