Un futuro oscuro casi negro
La crisis econ¨®mica y el desencuentro entre EE UU y Europa atentan contra la existencia de la organizaci¨®n
La OTAN tiene un problema. Y es que los grandes principios ret¨®ricos y estrat¨¦gicos no aguantan el choque con la realidad, en particular en tiempos de gran austeridad y sin enemigo visible en el horizonte. A?¨¢desele que es una coalici¨®n entre dos partes muy desiguales (Estados Unidos y los dem¨¢s), con distinta evoluci¨®n de intereses en ese t¨¢ndem dispar en el que el grupo de los dem¨¢s tiene categor¨ªas, capacidades y sensibilidades diferentes. De ah¨ª recelos, desajustes y hasta amenazas. Robert Gates, el jefe saliente del Pent¨¢gono, acaba de despedirse del amigo europeo con un aviso: el futuro de la OTAN es "oscuro si no negro" porque Washington se est¨¢ cansando de aguantar el peso de una Alianza cuyos socios europeos no est¨¢n dispuestos a invertir para defenderse a s¨ª mismos.
"Los dos bloques aliados tienen intereses dispares", dice un experto
El diagn¨®stico no es nuevo. De hecho es una vieja constante. Barack Obama, por boca de Gates, es s¨®lo el ¨²ltimo de la lista. Ya Dwight Eisenhower, presidente americano despu¨¦s de haber sido jefe supremo en la II Guerra Mundial, dijo en su d¨ªa que "los europeos no est¨¢n dispuestos a hacer los sacrificios que supone poner soldados para su propia defensa". Kurt Volcker, el ¨²ltimo embajador en la OTAN de George Bush, presidente al que los europeos acompa?aron a empujones en la aventura afgana y secundaron (muy parcialmente) en Irak, se despidi¨® hace un par de a?os de Bruselas alertando de que la Alianza se dirige hacia "un choque frontal de trenes" dadas las crecientes divergencias entre Estados Unidos y Europa sobre amenazas globales, necesidades de inversi¨®n en defensa y hasta de disposici¨®n a recurrir a la fuerza.
Medio a?o despu¨¦s de la cumbre de Lisboa que adopt¨® el nuevo Concepto Estrat¨¦gico para adaptar una alianza con 61 a?os de vida a los retos del siglo XXI -desde el ciberespacio al terrorismo, pasando por los misiles de largo alcance o la seguridad energ¨¦tica, con ambiciones de llegar hasta las ant¨ªpodas para extender la relaci¨®n de privilegio a socios asimilables, todo ello sin abandonar el sacrosanto principio de la mutua defensa- aquella imagen brillante vira a sepia.
El catalizador ha sido la campa?a contra la Libia de Muamar el Gadafi. Lo describi¨® pat¨¦ticamente Gates en su conferencia del otro d¨ªa en Bruselas: "La m¨¢s poderosa alianza militar de la historia se empieza a encontrar sin munici¨®n a las once semanas de una operaci¨®n contra un r¨¦gimen pobremente armado en un pa¨ªs escasamente poblado". Un panorama de incuria que parece haber sido la gota que colma el vaso de la paciencia de un Washington obligado, una vez m¨¢s, a cubrir las deficiencias de sus aliados.
Porque en esta campa?a las reglas del juego estaban claras: Libia es un asunto en la vecindad de Europa (y sin inter¨¦s crucial para Washington) del que deben hacerse cargo los europeos, con Estados Unidos apostado m¨¢s all¨¢ del horizonte. Exactamente el reverso de la relaci¨®n hist¨®rica en el seno de la Alianza; en tiempos de la guerra fr¨ªa, Washington asum¨ªa con naturalidad su liderazgo en la defensa de Europa.
Pero la Uni¨®n Sovi¨¦tica fue derrotada sin disparar un solo tiro, los europeos dejaron de sentirse amenazados y no quieren sufragar costes militares que ven innecesarios, Estados Unidos tiene acuciantes intereses estrat¨¦gicos en el Pac¨ªfico, a la cima del poder en Washington est¨¢n llegando generaciones sin sensibilidad por la defensa de Europa y el dinero escasea cada vez m¨¢s. Y sin Estados Unidos la OTAN languidecer¨¢. De ah¨ª el "futuro oscuro si no negro" de la OTAN.
"La situaci¨®n no es dram¨¢tica, pero es cierto que la Alianza se est¨¢ desvaneciendo porque las dos partes han dejado de ser el bloque que fueron y est¨¢n siguiendo su propio camino en virtud de sus intereses diferentes", dice Nick Witney, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. "Europa no se siente amenazada y no tiene inter¨¦s en seguir a Estados Unidos en otras partes del mundo. En un proceso que llevar¨¢ muchos a?os, la Alianza se ir¨¢ reduciendo en tama?o, en cuarteles generales y en efectivos".
"Los europeos creen que ya est¨¢n pagando demasiado para defenderse de amenazas que no existen", nota Witney, que etiqueta de "error" tal enfoque: "Hay que tener una fuerzas armadas de cierto nivel y capacidad si se quiere tener influencia en el mundo".
Alex Nicoll, director editorial del londinense Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IISS), da por hecho que "Europa no va a gastar m¨¢s en defensa" y que por ello deber¨¢ hacer un gasto m¨¢s inteligente (compartido, econom¨ªas de escala) de los escasos recursos disponibles. "La sociedad europea s¨®lo cambiar¨¢ si se enfrenta a una crisis en la que sienta que debe participar" pronostica. "Ahora no ve nada que vaya a afectar a su seguridad. No hay guerras impuestas sino guerras de elecci¨®n".
Como la de Libia. Hoy se cumplen tres meses del primer ataque contra Gadafi "y no sabemos si el r¨¦gimen va a caer", dice Nicoll. Esa ca¨ªda justificar¨ªa a la OTAN, que quedar¨¢ desairada si no lo consigue, por no hablar del desafecto de la opini¨®n p¨²blica en caso de sangriento error con muchas bajas civiles, posibilidad que se incrementa conforme m¨¢s dure la operaci¨®n. Las se?ales no son buenas porque "en Libia se est¨¢n acabando los objetivos militares y si no hay objetivos militares, para qu¨¦ atacar". De hecho, en el ansia aliada de bombardear al r¨¦gimen ya ha habido intervenciones chuscas, como el ataque a un campo de golf. "El problema con la OTAN es que no figura en el radar de las preocupaciones de los responsables pol¨ªticos de los pa¨ªses aliados", se?ala el analista del IISS.
Esa ausencia como ¨¢rea de inter¨¦s niega, precisamente, la tabla de salvaci¨®n para la OTAN que pide Gates, quien s¨®lo ve escapatoria al "futuro oscuro si no negro de la Alianza transatl¨¢ntica" en "el liderazgo de los dirigentes pol¨ªticos de este continente" para poner la defensa y la seguridad en su debido lugar. Remacha un embajador aliado europeo: "Yo soy el patito feo de mi Gobierno, que est¨¢ m¨¢s pendientes de la UE y de Naciones Unidas, que de la OTAN. La OTAN queda para el final".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.