"Prefiero a los escritores que tienen una historia y no una idea"
Un cierto realismo m¨¢gico que desdibuja en ocasiones las fronteras entre la novela y la f¨¢bula impregna la ¨²ltima obra traducida al espa?ol del escritor israel¨ª Meir Shalev, El chico de las palomas (?tico de los Libros), un retrato del Israel moderno, donde "creencias y s¨ªmbolos antiguos dan la mano a la vida actual". Pero con vocaci¨®n universal: la del deseo de regresar al hogar y la b¨²squeda del amor, con la tragedia de la guerra como fondo.
Ganador del Premio Benner, el galard¨®n literario m¨¢s prestigioso de Israel, el novelista es hijo del poeta Itzhak Shalev, su entusiasmo por la literatura, procede, sin embargo, de su familia materna, "granjeros, personas sencillas, pero grandes contadores de historias creativas, como la del anciano que corr¨ªa sobre un conejo en mitad de la noche". Quiz¨¢s por ello tambi¨¦n escribe para los ni?os -sus cuentos infantiles son superventas en su pa¨ªs-. "Son los lectores m¨¢s honestos, cuando voy a publicar un libro infantil voy a una guarder¨ªa y se lo leo. Si se levantan en la mitad o empiezan a jugar s¨¦ que tengo que cambiar algo", r¨ªe el escritor. Los adultos, en cambio, hacen "comentarios calculados, pues quieren ser simp¨¢ticos o antip¨¢ticos contigo".
El autor publica la novela 'El chico de las palomas', retrato del Israel moderno
Shalev ha heredado el entusiasmo familiar por los buenos relatos. "Cuando escribo novelas no intento promover ideas pol¨ªticas como Saramago, prefiero a los escritores que tienen una historia que contar y no una idea con la que te quieren educar", asegura el autor. Para las ideas, seg¨²n Shalev, conviene escribir un art¨ªculo en el peri¨®dico. Y as¨ª lo hace cada semana en el diario Yediot Aharonot, donde publica una columna de tem¨¢tica "ilimitada" en la que critica las peligrosas novatadas en el Ej¨¦rcito israel¨ª y la disminuci¨®n de la calidad de la ense?anza, as¨ª como narra el suplicio de los topos que estropean las flores de su jard¨ªn.
Pero es sobre todo un contador de historias. Y El chico de las palomas "es una historia que podr¨ªa haber ocurrido en cualquier lugar, durante la Guerra Civil espa?ola, por ejemplo, y en cualquier tiempo", afirma el escritor. Sucede en Jerusal¨¦n. Cuando las palomas mensajeras a¨²n enviaban ¨®rdenes desde el campo de batalla, un joven soldado con una herida mortal, durante la Guerra de la Independencia de Israel en 1948, logra mandar la ¨²ltima carta a su amada -"no desveles su contenido, es un secreto", pide Shalev-. 30 a?os despu¨¦s, un gu¨ªa israel¨ª que acompa?a a turistas interesados en el avistamiento de p¨¢jaros conoce a un militar veterano que comparti¨® trinchera con aquel soldado. El viejo militar le contar¨¢ la historia de los dos amantes, enigm¨¢ticamente ligada al presente del gu¨ªa.
"La paloma es el animal simb¨®lico de la paz, pero tambi¨¦n de nuestro deseo de regresar al hogar", explica el escritor. El suyo est¨¢ en Jerusal¨¦n, "a 200 metros de donde sucedi¨® la batalla" del libro. Conoce cada detalle del lugar, como la campana del monasterio descrita en la primera p¨¢gina y en la que pudieron rebotar las balas perdidas. "Entrevist¨¦ a un hombre de 82 a?os que fue el comandante en esa batalla, y cuando ley¨® el libro me pregunt¨® si me hab¨ªa hablado de las balas que golpeaban en la campana, porque era el ¨²nico sonido que no olvidar¨ªa en la vida", recuerda Shalev, emocionado. "No me lo hab¨ªa contado, pero conozco el lugar. S¨¦ que la campana est¨¢ en una peque?a torre, y que los sonidos de la guerra son horribles y puede que prefieras recordar el de una campana", a?ade.
Parte de la vida de Shalev transpira por las p¨¢ginas del libro. El a?o de su nacimiento, 1948, es el mismo de la creaci¨®n de Israel. Tambi¨¦n estuvo en combate y result¨® herido por fuego amigo. "Los sentimientos del chico son parecidos a los que experiment¨¦. Adem¨¢s, ¨¦l recibi¨® tres balas y yo cuatro, pero yo tuve un helic¨®ptero para sacarme de all¨ª y ¨¦l solo una paloma".
Babelia
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