Granada en llamas
Treinta y cinco a?os de espera encienden los ¨¢nimos m¨¢s templados. Granada acaba de celebrar el ascenso a Primera Divisi¨®n, una categor¨ªa que no disfrutaba desde 1976, en aquellos tiempos de defensores peleones y robustos capaces de dejarse el alma y las piernas en el campo. Entonces hab¨ªa que ganar "por las buenas, por las malas o por el juzgado". Generaciones enteras de granadinos desconocen lo que es recibir al Barcelona o al Madrid, y en cambio est¨¢n acostumbradas a ver sufrir al equipo de sus amores entre el fango de las categor¨ªas m¨¢s bajas, los problemas econ¨®micos y la falta de rumbo de la instituci¨®n.
De vuelta a lo m¨¢s alto, el hito deportivo sac¨® el domingo a miles y miles de aficionados enfervorecidos a las calles y al estadio de Los C¨¢rmenes, despu¨¦s de una eliminatoria muy caliente contra el Elche (pedradas al autob¨²s ilicitano incluidas en el viaje de ida). Sucede que la multitud es muchas veces refugio para las expresiones m¨¢s violentas, y al tiempo que la gran mayor¨ªa se emocionaba con el regreso a la cima, otros aprovechaban para insultar sin decoro a los rivales del ¨²ltimo partido, el Elche, mientras entrenadores y jugadores saludan a la hinchada desde el balc¨®n p¨²blico.
Al coro de violencia verbal se sumaron incluso, con total descaro, algunos futbolistas del Granada; o sea la fiesta mal entendida. Aquellos comit¨¦s que sancionan la violencia tendr¨ªan ahora una buena ocasi¨®n para hacer ver su validez, en lugar de atender otros focos a veces mucho menores. De momento nadie sabe ni responde, como si la ausencia (casi por casualidad) de incidentes mucho mayores fuera excusa para mirar para otro lado. Si la piedra que pas¨® a 20 cent¨ªmetros del aficionado hubiera golpeado su cabeza quiz¨¢ otro gallo cantar¨ªa. Como en otras ocasiones, se castiga la punter¨ªa.
Es un momento de buena forma para el f¨²tbol andaluz, con Sevilla, Betis, M¨¢laga y Granada en Primera. Es un momento excelso para el f¨²tbol espa?ol. Es tambi¨¦n un buen momento para cuidar los modos, en los equipos grandes y en los peque?os. ?Qu¨¦ hay mejor que celebrar el ascenso de la manera m¨¢s sana posible?
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