El grito de auxilio de C¨¢ritas
Las peticiones de apoyo han crecido un 152% - La pobreza se cronifica - La vivienda, destino de la mayor¨ªa de las ayudas
"Gran parte de las personas que necesitaron de C¨¢ritas en 2010 no estaban acostumbradas a pedir ayuda", en estos t¨¦rminos Jordi Regl¨¤, director de C¨¢ritas en Catalu?a, alert¨® ayer de los estragos que est¨¢ causando la crisis entre la poblaci¨®n de Catalu?a.
Durante la presentaci¨®n del balance de 2010 de esta ONG vinculada a la Iglesia, Regl¨¤ explic¨® que la necesidad de ayudas ha aumentado un 152% en los ¨²ltimos cinco a?os. La situaci¨®n es extrema con tendencia de ir a peor. "De enero a mayo de 2011 se ha atendido a 42.000 personas, el 4% m¨¢s que en el mismo periodo del a?o pasado", se?al¨® Regl¨¤. El peligro que se corre es que esta tendencia "nefasta" sea vista como normal, ya que el "80% de las personas que necesitaron ayuda en 2010 ya la hab¨ªan recibido anteriormente. Se est¨¢ produciendo una cronificaci¨®n de la pobreza", lament¨® Regl¨¤.
Las mayor¨ªa de las personas que han recurrido a las ayudas de C¨¢ritas son familias -parejas o madres solas- con hijos. La ONG destin¨® el 61% de las ayudas a pagar gastos relacionados con la vivienda: plazos de hipotecas, facturas de la luz o gas, y alquileres de habitaciones. Para evitar los desalojos y mediar entre las personas que no pueden hacer frente a los pagos de su hipoteca y los bancos, C¨¢ritas crear¨¢ en septiembre un servicio de mediaci¨®n. Regl¨¤ denunci¨® que "a las entidades financieras se les ha protegido socializando sus p¨¦rdidas y no se ha protegido a los que no pueden pagar las hipotecas, lo que es ¨¦ticamente incorrecto y moralmente injusto".
C¨¢ritas alerta de los graves problemas que padecen los m¨¢s pobres debido a la pol¨ªtica de recortes sociales que de un tiempo a esta parte vienen aplicando las Administraciones. Los responsables de C¨¢ritas en Catalu?a denunciaron ayer que la pobreza ya es cr¨®nica y que ha aumentado la infantil, as¨ª como las enfermedades f¨ªsicas y ps¨ªquicas entre quienes se hallan en grave precariedad econ¨®mica. Seg¨²n la ONG, la disminuci¨®n del gasto social solo servir¨¢ para generar m¨¢s pobreza y exclusi¨®n.
Merc¨¨ Darnell, responsable de Programas Sociales de las di¨®cesis de Barcelona, Sant Feliu y Terrassa, las m¨¢s pobladas de Catalu?a, defendi¨® ayer esta tesis de forma meridiana: "Los recortes sociales de hoy ser¨¢n m¨¢s pobreza y exclusi¨®n ma?ana; lo que hoy nos ahorramos lo tendremos que pagar cuatro o cinco veces de aqu¨ª a dos a?os". En las citadas tres di¨®cesis, C¨¢ritas atendi¨® el a?o pasado a 56.789 personas, el doble de las que recibieron ayuda en 2007, a?o de inicio de la crisis. Pero la situaci¨®n, lejos de presentar alguna mejora, empeora, ya que en lo que va de a?o la ONG cat¨®lica ha atendido a un 4% m¨¢s de necesitados y el 80% del total de los atendidos no logra salir de la pobreza.
Enric Morist, coordinador de la Cruz Roja en Catalu?a, va m¨¢s all¨¢ que Darnell al fijar la gravedad de la situaci¨®n: "Este es uno de los momentos m¨¢s complicados con los que nos hemos enfrentado jam¨¢s. El tipo de acci¨®n que llevamos a cabo en Catalu?a no difiere mucho de las que se aplican en pa¨ªses de extrema pobreza".
Teresa Cerd¨¤, del Banco de Alimentos -fundaci¨®n ben¨¦fica cuyo objetivo es luchar contra el hambre-, coincide con C¨¢ritas y la Cruz Roja, y a?ade un elemento ilustrativo de la creciente pobreza que azota a las clases desfavorecidas: "Aumenta el n¨²mero de personas que con el dinero que tienen han de escoger entre pagar la hipoteca y comer".
El perfil de quienes recurren a las ayudas de C¨¢ritas es el de una pareja con hijos, con problemas para pagar el alquiler o la hipoteca de su vivienda, o que vive en habitaciones realquiladas o acogida por familiares o amigos, sin trabajo o con contratos precarios.
Darnell destac¨® que advierten un aumento de los nacidos en Espa?a que acuden en busca de ayuda. En 2010, C¨¢ritas destin¨® 2,5 millones de euros a paliar las necesidades b¨¢sicas de las familias. El 36% de las ayudas las recibieron espa?oles, y el 21%, subsaharianos que trabajaban en el campo o la construcci¨®n y se quedaron sin trabajo. "Como ocurr¨ªa en los a?os setenta", a?ade Darnell, "volvemos a encontrarnos con personas que trabajan en la econom¨ªa sumergida solo unos d¨ªas al mes o unas horas a la semana".
De las personas que necesitaron de C¨¢ritas en 2010, el 72% buscaba trabajo y no lo encontr¨®. Este segmento de poblaci¨®n preocupa a C¨¢ritas, ya que cada d¨ªa son m¨¢s los que han agotado las prestaciones y tienen que vivir solo de la caridad. "El Estado de bienestar no ha de ser un Estado de subvenciones, sino de incentivos", denunci¨® Jordi Regl¨¤, director de C¨¢ritas. "No es lo mismo subvencionar que pagar por un trabajo. Hablamos de dignidad".
"Nos preocupa la salud f¨ªsica y mental, y la desesperaci¨®n de estas personas que, por m¨¢s que se esfuercen, no encuentran salida. Tienen que pedir ayuda y sienten angustia, rabia, frustraci¨®n, impotencia, inseguridad, inestabilidad y verg¨¹enza", se?al¨® Regl¨¤. C¨¢ritas ha aumentado el 25% respecto al a?o anterior las ayudas relacionadas con la salud. "La pobreza y la inestabilidad hacen enfermar", a?adi¨® Regl¨¤.
En medio de este negro panorama, un rayo de luz y agradecimiento: la extrema dureza de la situaci¨®n hace crecer el n¨²mero de donantes, voluntarios y redes de ayuda que intentan aliviar el sufrimiento de los m¨¢s pobres de la sociedad.
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