La coherencia de un historiador disidente
Santos Juli¨¢ interviene en la segunda jornada de 'Lecciones y maestros'
Cuando Santos Juli¨¢ dej¨® de creer en Dios, dej¨® de creer en ning¨²n dios, "con lo cual uno no puede arrodillarse ante un partido o alguien". Y tras esta frase del historiador espa?ol, las casi 40 personas que lo escucharon asintieron mientras sonre¨ªan. Un gesto repetido muchas veces ayer ante otras ideas como: "Quer¨ªa romper con la fatalidad de Espa?a", "la Transici¨®n no fue un tiempo de silencio y tambi¨¦n se habl¨® del pasado", "el duelo no crea una deuda permanente de la sociedad y no se puede usar como arma pol¨ªtica", "la memoria alimenta la identidad y la historia no porque escucha todo e indaga en el pasado y busca comprender".
Un rosario de reflexiones que retratan a Santos Juli¨¢ y muestran por qu¨¦ es uno de los historiadores espa?oles contempor¨¢neos m¨¢s prestigiosos e influyentes y con una visi¨®n singular y austera de la historia como narraci¨®n. A ¨¦l estuvo dedicada ayer la segunda jornada de Lecciones y maestros, organizada por la Fundaci¨®n Santillana y la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, en Santillana del Mar. La jornada del lunes estuvo dedicada a la figura de Carlos Garc¨ªa Gual, experto en el mundo cl¨¢sico.
"La memoria alimenta la identidad", asegura el investigador
"Uno no puede arrodillarse ante un partido o alguien", dice
Delante de un fondo rojo y blanco, Santos Juli¨¢ (Ferrol, 1940) empez¨® por recordar que se hizo historiador por azar. Como la propia historia de Espa?a, nada ha sido inevitable en su vida. No hay determinismos, y ¨¦l es una prueba. Empez¨®, como ¨¦l mismo dice, dando tumbos antes de ser la persona de la cual hace ya varios a?os se espera saber qu¨¦ piensa, qu¨¦ opina, a qu¨¦ perspectiva invita o qu¨¦ reflexi¨®n comparte sobre la historia de la Espa?a del siglo XX y XXI. Primero estudi¨® teolog¨ªa, luego sociolog¨ªa, hasta que el historiador y amigo Ram¨®n Carande le recomend¨® dos lecturas que cambiaron su destino: las obras de Manuel Aza?a y Econom¨ªa y sociedad, de Max Weber.
Esa es la prehistoria de Juli¨¢, una persona que "es representativa de la nueva historia que surge en los a?os setenta", seg¨²n la presentaci¨®n que hizo de ¨¦l Jos¨¦ ?lvarez Junco. Llega justo en el momento en que se cre¨ªa que la historia de Espa?a era un proceso cerrado, pero la verdad es que "se quiebra definitivamente en los setenta". Y es en ese escenario en que se abr¨ªa el pasado y el futuro al mismo tiempo, cuando Juli¨¢ empieza a indagar e investigar. Divide su trabajo en tres etapas: Sociolog¨ªa o historia sociol¨®gica, Cultura o historia cultural y memoria e historia. Una conclusi¨®n con la cual cierra su intervenci¨®n oficial, este autor de t¨ªtulos como Izquierda del PSOE e Historia de las dos Espa?as, premio nacional de Ensayo 2005, y colaborador de EL PA?S.
Llegado el di¨¢logo de los expertos con Juli¨¢, lo primero que surge es un retrato coral: "Una persona comprometida con la polis", dice Miguel Martorell. "No pertenece a ninguna pandilla de historiadores porque es profundamente independiente y ha tocado todos los temas importantes de la historia contempor¨¢nea", asegura la ex ministra de Educaci¨®n Mercedes Cabrera. "Ha tenido una gran capacidad de anticipaci¨®n y ha propuesto otro marco de observaci¨®n", afirma ?ngeles Barrio. "Se ha preocupado por la teor¨ªa y siente alergia por los determinismos", reflexiona Javier Moreno Luz¨®n. "Es una persona coherente", se?ala ?lvarez Junco.
Juli¨¢ se remonta a sus or¨ªgenes como historiador para recordar que varias preguntas que se formulaban y formulan muchos espa?oles lo motivaron: ?c¨®mo ha podido suceder esto? , ?Por qu¨¦ la Rep¨²blica no se consolid¨®? O afirmaciones como que Espa?a era un pa¨ªs atrasado y estaba abocado a su polarizaci¨®n y una Guerra Civil. ?l desmonta todo eso. "Quer¨ªa romper esa fatalidad , y explicar que lo que ha ocurrido son pol¨ªticas que han llevado a todo esto". Sus trabajos resultan cr¨ªticos con esas tradiciones derrotadas. "Y Espa?a no se polariz¨® , se fragment¨®".
Sobre la Transici¨®n dice que "no fue un cierre en falso y respondi¨® a un momento". Incluso recuerda que la revista Intervi¨² public¨® una serie de reportajes sobre fosas comunes y nadie demand¨® nada. "La gente quer¨ªa consolidar la democracia, es una generaci¨®n muy proyectada hacia el futuro. Se clausura el pasado y nos dirigimos a Europa para normalizar lo que quer¨ªamos ser".
En cuanto a los defectos de la actual democracia que se le achacan a la Transici¨®n, asegura que todos han sido responsables de administrar ese legado. ?Memoria o historia?: "La historia lo escucha todo, no busca instrumentalizar el pasado, busca comprenderlo, mientras que la memoria que tiene en su naturaleza la relaci¨®n afectiva alimenta la identidad".
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