No son sus privilegios, es el desencanto
La decepci¨®n con la clase pol¨ªtica por su lejan¨ªa, por la crisis y por la corrupci¨®n se traduce en protestas contra sus presuntas prebendas - Lo que se exige es, sobre todo, m¨¢s transparencia
Que los pol¨ªticos no tienen buena fama entre la ciudadan¨ªa es una certeza avalada por las encuestas. El Centro de Investigaci¨®n Sociol¨®gicas (CIS) certifica que la clase dirigente es el tercer problema de los espa?oles, tras el paro y la crisis econ¨®mica. Los indignados del 15-M han hecho suyo este creciente desapego hacia los gobernantes para poner en la diana de sus reivindicaciones el fin de los privilegios de los goza la casta pol¨ªtica.
Con su omnipresente Democracia real ya, el Movimiento 15-M pide a gritos, en manifestaciones multitudinarias o en pac¨ªficas asambleas, la regeneraci¨®n del sistema pol¨ªtico y econ¨®mico. Y eso pasa, seg¨²n las propuestas de los indignados, por el reparto del trabajo, la seguridad en el empleo, la supresi¨®n de los gastos in¨²tiles en las Administraciones, la subida de los impuestos a la banca o la eliminaci¨®n de los privilegios de la clase pol¨ªtica. Detr¨¢s de estas proclamas hay quien ve un sesgo populista.
Subirats: "Lo que se ve como prebendas fue una conquista de los progresistas"
La pol¨ªtica ya no atrae a personas con una trayectoria profesional previa
Solo 81 de 3.700 parlamentarios se acogieron a la pensi¨®n m¨¢xima
"Sociedades civiles m¨¢s fuertes controlan mejor a sus pol¨ªticos"
Desencanto + mentalidad antipol¨ªtica + crisis + corrupci¨®n originan el cada vez m¨¢s intenso desapego hacia las clases gobernantes que evidencia el CIS, como justifica Xavier Coller, soci¨®logo y experto en ¨¦lites pol¨ªticas de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. "Los pol¨ªticos corruptos son muy pocos. Pero los medios de comunicaci¨®n hacen de ecualizador. Tienen un efecto multiplicador, sobre todo cuando se observan grandes tramas, como el caso G¨¹rtel". Collar percibe que este no es un fen¨®meno coyuntural sino un problema estructural. "Las dictaduras son corruptas por definici¨®n, pero en democracia siempre hay corrupci¨®n", dice. El creciente hast¨ªo hacia la pol¨ªtica hunde tambi¨¦n sus ra¨ªces en el empe?o del Gobierno central en no reconocer la crisis y en demorar la adopci¨®n de medidas para combatirla, remarca Collar, que dirige la Escuela de Alta Gesti¨®n P¨²blica de Andaluc¨ªa.
Al margen del comportamiento del Ejecutivo de Zapatero, los expertos coinciden en que los pol¨ªticos tienen que repensar su estatus. Pero siendo conscientes del papel que desempe?an. El polit¨®logo Joan Subirats sostiene que a menudo no se tiene en cuenta que lo que ahora se ve como "privilegios" fueron en su d¨ªa "conquistas de los sectores progresistas que formaban parte de Parlamentos pensados para las ¨¦lites liberales". Se trataba, apunta, de que la gente que se dedicaba a la pol¨ªtica tuviera un salario y una cierta inmunidad para poder eludir las presiones de los poderosos. "Ahora, muchos de esos elementos, justificables en su momento, acaban pareciendo privilegios porque tienen menos sentido".
La plataforma de los indignados del 15-M ha puesto el foco en la clase pol¨ªtica. Reclama desde el control estricto del absentismo de los cargos electos hasta la imprescriptibilidad de los delitos de corrupci¨®n, pasando por la publicaci¨®n obligatoria de su patrimonio y la reducci¨®n de puestos de libre designaci¨®n.
?Hasta qu¨¦ punto es una novedad que los ciudadanos protesten por las prebendas de sus dirigentes? "No es algo nuevo ni raro. Esa misma dimensi¨®n antipol¨ªtica existe en otros pa¨ªses y ha existido en otros periodos hist¨®ricos en Espa?a, como, por ejemplo, en la Rep¨²blica o durante la Restauraci¨®n", puntualiza Xavier Coller. La percepci¨®n de esa desafecci¨®n es extremadamente compleja: "Hay un sustrato sociol¨®gico tardofranquista que rechaza la pol¨ªtica. A¨²n pervive esa idea que se resume en la famosa frase de Franco: 'Haga como yo, no se meta en pol¨ªtica".
Hay quienes piensan que la ciudadan¨ªa tiene una idea sobrevalorada del estatus de los pol¨ªticos. ?ngel Valencia, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de M¨¢laga, plantea que la clase pol¨ªtica deber¨ªa nutrirse de personas con una trayectoria profesional previa que les permitiera retornar a la sociedad civil. Apela a ese tipo de diputados y senadores que surgieron durante la Transici¨®n. "Ahora existe una mayor profesionalizaci¨®n de la pol¨ªtica. Hay una cooptaci¨®n desde m¨¢s j¨®venes y muchos no tienen una profesi¨®n fuera del mundo pol¨ªtico. Por eso luchan por estar todo el tiempo posible en la pol¨ªtica", dice Valencia. De ah¨ª que d¨¦ la impresi¨®n de que se trata de una casta endog¨¢mica. Para combatir esta tendencia y para no sucumbir a los efectos perversos del poder, considera necesaria "una gran dosis de ¨¦tica p¨²blica".
Los indignados reclaman cuestiones m¨¢s materiales: la supresi¨®n de los privilegios en el pago de los impuestos, los a?os de cotizaci¨®n y el monto de las pensiones; la equiparaci¨®n del sueldo de los representantes del pueblo al salario medio espa?ol, m¨¢s las dietas necesarias para el ejercicio de sus funciones.
"La ciudadan¨ªa pide m¨¢s transparencia en sus ingresos, pero a veces ignoramos que los salarios est¨¢n publicados y son accesibles para cualquiera", apunta Xavier Coller. Subirats, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, cree que ser¨ªa oportuno poner al d¨ªa, y "ajustar a la sociedad" los salarios de los pol¨ªticos. ?Es mucho o es poco lo que cobran? Depende. Si se compara el sueldo de un diputado espa?ol con el de un europarlamentario (con su lluvia de dietas, viajes en preferente y tropa de ayudantes) o con sus colegas del entorno comunitario parecer¨ªa casi un pobre. La comparaci¨®n con directivos del sector privado ser¨ªa m¨¢s desfavorable.
Los diputados rasos ten¨ªan el a?o pasado un sueldo de 3.100 euros mensuales, a los que suman 870 o 1.800 si viven fuera de Madrid. El Francia, el salario base ronda los 7.000, a los que se a?aden otros 6.000 para gastos. En Italia supera los 10.000, en Alemania roza los 8.000 y en Reino Unido los miembros de la C¨¢mara de los Comunes perciben una n¨®mina fija de unos 6.000 y cuentan con asignaciones que pueden ser 20 veces superiores para contratar asistentes de la circunscripci¨®n. A la hora de hacer comparaciones conviene tener en cuenta que en Alemania, por ejemplo, el salario medio es de 42.400 euros anuales y en Espa?a es de 23.200.
El Movimiento 15-M se ha rebelado contra los salarios y tambi¨¦n contra el modelo de pensiones de los parlamentarios. Se han hecho eco de la idea machaconamente repetida de que con siete a?os en el esca?o sus se?or¨ªas pueden cobrar la pensi¨®n m¨¢xima. Pero los parlamentarios se han apresurado a matizar. Solo cuando un diputado, cumplidos los 65, no alcanza la pensi¨®n m¨¢xima, el Congreso la complementa siempre que haya ocupado el esca?o durante ocho a?os. En tres d¨¦cadas de democracia apenas 81 de los 3.700 legisladores han utilizado este recurso.
Joan Subirats tiene claro que los pol¨ªticos deber¨ªan contar con un regimen de pensiones id¨¦ntico al del resto de los trabajadores -"y derecho a paro" -, no deber¨ªan viajar en bussines ni estar exentos de la justicia ordinaria por su condici¨®n de aforados.
M¨¢s all¨¢ de estos privilegios, el problema no es el sueldo de Zapatero o que tenga coche oficial. Los expertos perciben que lo inquietante es que alcaldes de peque?os Ayuntamientos tengan una n¨®mina superior a la del presidente del Gobierno y est¨¦n rodeados de una corte de asesores. "La actividad p¨²blica debe estar bien pagada. Los dirigentes tienen que tener un estatus social y una remuneraci¨®n econ¨®mica a la altura de lo que representan. Hace falta ¨¦tica p¨²blica para que esto funcione de otra manera y cultivar una mentalidad diferente. Demostrar que los representantes del pueblo no tienen nada que ocultar y que no est¨¢n en la vida publica para enriquecerse", sostiene el polit¨®logo ?ngel Valencia, al tiempo que reclama transparencia y rendici¨®n de cuentas.
En al menos algunas de estas reivindicaciones, los pol¨ªticos parecen haber recogido el guante.Los diputados quieren arrojar luz sobre sus cuentas, su patrimonio y sus actividades extra. Llueven las iniciativas para regular las remuneraciones, el regimen de incompatibilidades y los derechos de los parlamentarios. El PSOE propone publicar con todo detalle sus bienes y los de sus familias, el PP solicita que el r¨¦gimen de pensiones sea el mismo que el del resto de los ciudadanos, e IU se decanta por endurecer el sistema de incompatibilidades.
La negativa percepci¨®n de los ciudadanos sobre la clase pol¨ªtica no es del todo compartida por los expertos. El catedr¨¢tico Xavier Coller distingue entre dos tipos de pol¨ªticos: los de designaci¨®n y los de representaci¨®n. Estos ¨²ltimos (diputados, senadores, alcaldes, concejales) tienen menos prerrogativas que los primeros (ministros, consejeros, asesores, altos funcionarios). "Los privilegios van adheridos al cargo. Otra cosa es que tengan cierta informaci¨®n de la que carece el ciudadano com¨²n", advierte. Si esta informaci¨®n es relativa a una recalificaci¨®n de terrenos, el privilegio puede dejar de serlo para convertirse en un delito. Manejar informaci¨®n privilegiada le cost¨® por ejemplo, el cargo, al exgobernador del Banco de Espa?a Mariano Rubio.
Los parlamentarios no pueden acceder al paro porque no cotizan, de manera que reciben una indemnizaci¨®n de un mes por a?o en el esca?o, con un m¨¢ximo de 24 meses. El resto de trabajadores reciben 20 d¨ªas por a?o, seg¨²n la ¨²ltima reforma laboral. Algunos grupos se han apresurado a proponer que esta indemnizaci¨®n la perciban solo los parlamentarios que se queden en el paro.
Otro de los aspectos a debate es el r¨¦gimen de incompatibilidades. Algunos grupos son partidarios de endurecerlas y no faltan quienes reclaman plena dedicaci¨®n a los parlamentarios.
"Aqu¨ª hay una zona de grises que puede ser percibida por la ciudadan¨ªa como la utilizaci¨®n de ciertos privilegios", previene Collar, consciente de que los parlamentarios pueden utilizar informaci¨®n para beneficiar a las personas que acuden a los bufetes de abogados en los que colaboran. "A no ser que se endurezca el regimen de incompatibilidades, es algo muy dif¨ªcil de controlar", a?ade.
En el fondo del debate sobre los salarios de las clases dirigentes late el meollo de la cuesti¨®n: ?El trabajo que hacen justifica su sueldo? Los sistemas anglosajones, como apunta Subirats, generan mayor control sobre el absentismo. El parlamentario es el representante de un territorio concreto "y tiene que curr¨¢rselo". "Sociedades civiles m¨¢s fuertes que la nuestra, como es el caso del Reino Unido, controlan de manera m¨¢s eficiente a los pol¨ªticos. La representaci¨®n es m¨¢s personalizada". All¨ª, los diputados trabajan de lunes a jueves en el Parlamento y el viernes y el s¨¢bado se dedican a su circunscripci¨®n. En Estados Unidos los lobbys est¨¢n permanentemente elaborando estad¨ªsticas de lo que votan congresistas y senadores. Son un mecanismo de control de la ciudadan¨ªa.
Controles a los que no son ajenos los expresidentes del Gobierno. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Felipe Gonz¨¢lez perciben sus correspondientes pensiones (80.000 euros) y han sido fichados, respectivamente, como asesores por Endesa (un puesto remunerado con unos 200.000 euros) y Gas Natural (alrededor de 126.000). En este punto, el catedr¨¢tico ?ngel Valencia se muestra indulgente. "Son figuras muy importantes y es evidente que deben tener coche oficial, escolta y pensi¨®n. Han sido personajes p¨²blicos y seguir¨¢n si¨¦ndolo toda la vida. Hay que exigirles una conducta y ¨¦tica p¨²blica, pero es l¨®gico que dicten conferencias y que las cobren m¨¢s caras que las que imparte un profesor de universidad".
En este camino hacia la regeneraci¨®n de las instituciones democr¨¢ticas, el mejor ejercicio de control y transparencia de los pol¨ªticos es, seg¨²n Subirats, las iniciativas legislativas populares. Un instrumento del que no se ha hecho uso durante la democracia.
Listas abiertas... o limpias
?C¨®mo castigar a un pol¨ªtico corrupto? Lo obvio es no votarle. Pero los partidos no dan opci¨®n a tachar su nombre. ?Acabar¨ªan con el problema las listas abiertas? "Los partidos y las c¨²pulas dirigentes dif¨ªcilmente aceptar¨ªan un sistema as¨ª. Los comit¨¦s de listas tienen el poder de seleccionar a los candidatos y no parece probable que renuncien a ese poder", dice el soci¨®logo Xavier Coller.
Cambiar el sistema electoral presenta infranqueables resistencias por razones estructurales y estrat¨¦gicas. Adem¨¢s, un cambio sustancial, como la puesta en marcha de listas abiertas, probablemente no ser¨ªa la receta m¨¢s adecuada ni introducir¨ªa factores de libertad para elegir a los candidatos m¨¢s eficientes. "No es una soluci¨®n m¨¢gica", explica el catedr¨¢tico ?ngel Valencia, para quien las listas abiertas "no introducen una mejora sustantiva en la democracia que tenemos". El sistema de listas abiertas se emplea ya en el Senado. Otra cosa son las listas desbloqueadas, que permiten cambiar el orden de los candidatos.
En las elecciones municipales y auton¨®micas del 22-M, los imputados han plagado las candidaturas. Llamativo es el caso del PP valenciano, que incluy¨® en sus listas varios imputados e implicados en casos de corrupci¨®n. El electorado volvi¨® la vista hacia otro lado. El PP revalid¨® su victoria. Desde una perspectiva legal, un imputado no es un condenado. Por eso el debate, como expone el catedr¨¢tico Joan Subirats, es m¨¢s pol¨ªtico que jur¨ªdico. "Por limpieza democr¨¢tica, ser¨ªa deseable que los pol¨ªticos trabajaran en esa l¨ªnea. Aunque cada caso es diferente". Que se lo pregunten al socialista Demetrio Madrid, que dimiti¨® como presidente de Castilla y Le¨®n en 1986 tras ser procesado por un supuesto fraude comercial y del que fue absuelto en 1990.
Las otras actividades
- Los parlamentarios espa?oles no tienen plena dedicaci¨®n, por lo que pueden desempe?ar, con limitaciones, otro tipo de actividades.
- Dedicaci¨®n total. Seg¨²n el informe de principios de a?o, 55 no declararon ninguna actividad paralela.
- Trabajos remunerados. 71 diputados ejerc¨ªan otros trabajos, la mayor¨ªa relacionados con despachos de abogados. Tienen prohibido contratar con las Administraciones p¨²blicas.
- Escritores y contertulios. Hasta 122 escrib¨ªan libros, participaban en tertulias de radio o de televisi¨®n o colaboran con otros medios de comunicaci¨®n.
- Concejales y alcaldes. 71 parlamentarios desempe?an paralelamente puestos en Ayuntamientos como concejales o alcaldes.
- Docentes. 21 legisladores son profesores a tiempo parcial.
- Cargos de partido. 21 son dirigentes de formaciones pol¨ªticas.
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