Adulterios cruzados
?El adulterio es un aparente resbal¨®n que lo que en realidad est¨¢ indicando es que algo huele a podrido en Dinamarca, o simplemente una consecuencia l¨®gica de la impostura de la vida en pareja hasta-que-la-muerte-nos-separe? ?La tentaci¨®n es algo gen¨¦tico? ?Cu¨¢les son las ventajas y los inconvenientes del adulterio de pensamiento y del de obra? No son pocos los literatos y cineastas, de todo tipo y condici¨®n, que se han hecho las mismas preguntas (quiz¨¢ porque cada d¨ªa a unas cuantas personas se les cruza tal pensamiento), as¨ª que la estadounidense de origen iran¨ª Massy Tadjedin es ¨²nicamente la ¨²ltima de una larga lista.
En Solo una noche, la directora debutante demuestra no solo elegancia en la forma sino, mucho m¨¢s importante, madurez en el fondo para, elucubrando sobre su generaci¨®n, la treinta?e-ra instalada en la solvencia econ¨®mica, no llegar a conclusi¨®n alguna (?alguien las sabe?), pero abrir el debate pospel¨ªcula con distinci¨®n, ideas, conocimiento y (des)esperanza, seg¨²n se mire por parte de cada espectador.
SOLO UNA NOCHE
Direcci¨®n: Massy Tadjedin.
Int¨¦rpretes: Keira Knightley, Sam Worthington, Eva Mendes, Guillaume Canet, Griffin Dunne.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2010.
Duraci¨®n: 92 minutos.
En un marco temporal muy medido (apenas una noche), y armada de una luz casi tenebrista muy adecuada a la tem¨¢tica, Tadjedin, tambi¨¦n escritora, coloca ante la tentaci¨®n a sus personajes, un matrimonio estable, calmoso, rutinario, pac¨ªfico, agradable, sin fuego ni hielo (es decir, como muchos): un viaje de trabajo de ¨¦l, un reencuentro con el pasado de ella, narrados en paralelo, con bonitos detalles de montaje, cercanos a los recortes aleatorios utilizados por Nicolas Roeg para variar el tono de las secuencias en trabajos como Amenaza en la sombra.
Pel¨ªcula de miradas, de sonrisas encendidas y de silencios c¨®mplices, Solo una noche juega, naturalmente, la carta de la identificaci¨®n del espectador con los personajes, y a fe que lo consigue. Aqu¨ª no hay buenos ni malos. Solo la tentaci¨®n, que siempre aparece para quien quiera palparla o dejarla seguir su camino. Una situaci¨®n a la que Tadjedin ha a?adido una especie de voz de la conciencia, de Pepito Grillo particular, en la ir¨®nica figura que interpreta Griffin Dunne, que viene a decirnos que aunque (casi) nunca se pueda luchar contra a?os de experiencias, de sufrimientos y regocijos, de cicatrices y de solidez, el flirteo y la necesidad de adulaci¨®n son consustanciales a las personas. De hecho hay gente que vive de ellos.
Sin embargo, como ya nos explic¨® el Stanley Kubrick de Eyes wide shut, a veces pensar en el adulterio es mucho m¨¢s peligroso que cometerlo, porque la pr¨¢ctica puede llevar al arrepentimiento sincero y el deseo no culminado quedar enquistado para siempre. As¨ª que ya solo queda ir al cine. En pareja o en adulterio. Y luego a discutir. O a fornicar. Como pareja o como ad¨²lteros.
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