C¨¢ritas pasa de la Inspecci¨®n
La asociaci¨®n dependiente del Obispado bilba¨ªno incumple una resoluci¨®n de la autoridad laboral al despedir a dos trabajadoras a las que deb¨ªa reubicar
C¨¢ritas planea por encima del bien y del mal. La instituci¨®n, a la que pertenece la Asociaci¨®n Diocesana contra la Drogadicci¨®n, en Bilbao, ha incumplido un informe de la Inspecci¨®n de Trabajo de Vizcaya, que le ordenaba reubicar a tres trabajadoras del programa Hontza, que se encontraban de baja por trastornos de tipo psiquico.
El informe de la autoridad laboral especifica que, la organizaci¨®n dependiente del Obispado bilba¨ªno, debiera de cambiarlas de puesto de trabajo a otros en los que no hubiera riesgo de reca¨ªdas. Sin embargo, la direcci¨®n de C¨¢ritas, lejos de hacerlo, las invit¨® a marcharse, eso si, con m¨¢s de 52 d¨ªas por a?o trabajado para que, de paso, renunciaran a reclamar en el juzgado que la enfermedad sufrida tuviera la consideraci¨®n de enfermedad profesional. De las tres trabajadoras dos han sido despedidas y una tercera ha vuelto, inicialmente, al mismo centro en el que enferm¨®, contradiciendo totalmente el informe de la Inspecci¨®n de Trabajo.
La autoridad laboral cree que las bajas se deb¨ªan a causas profesionales
El tipo de empleo que ten¨ªan las afectadas no era f¨¢cil, pero era el que hab¨ªan elegido. Trabajaban a turnos y por la noche, conviviendo d¨ªa a d¨ªa con decenas de personas que sufr¨ªan diversos trastornos provocados por las drogadicciones.
El centro Hontza ofrece pernoctaciones a drogadictos, facilita el programa de intercambio de jeringuillas, y combina todo ello con la atenci¨®n a quienes solicitaban ayuda de ese tipo.
Un trabajo en el que el contacto con personas desequilibradas y enfermas hace que los sentimientos est¨¦n muchas veces a flor de piel. El conflicto se genera con facilidad por el tipo de personalidades con las que conviven. Si adem¨¢s las directrices laborales no est¨¢n meridianamente claras y la direcci¨®n no ejerce, el ambiente laboral puede complicarse, convertirse en algo confuso y afectar a la estabilidad de sus empleados.
Y algo de eso pas¨® en el programa Hontza. Mutualia, que analiz¨® los riesgos laborales de ese centro de trabajo, ya advirti¨® en su d¨ªa que la causa de la baja de las tres trabajadoras era atribuible al estilo de mando del coordinador del centro. "Ha tenido un estilo de mando de evitaci¨®n y permisividad o de dejar hacer que ha fomentado, entre otras cosas la confusi¨®n de roles entre el mando y los trabajadores", cita el informe de la mutua vasca de prevenci¨®n de riesgos laborales que encarg¨® un informe a dos sic¨®logos.
La Inspecci¨®n de Trabajo intervino despu¨¦s, a instancias sindicales, al ver que la direcci¨®n de C¨¢ritas no tomaba medidas concretas para atajar esos problemas. En su informe, de febrero pasado, el inspector que retom¨® el caso, hizo varias recomendaciones y propuso varias medidas.
Tras asegurar que "el reconocimiento de las enfermedades -de las tres trabajadoras- como accidente laboral es jur¨ªdicamente objetivo", emplaz¨® al Obispado a "adoptar las medidas necesarias para reubicar a las trabajadoras y adscribirlas a un puesto de trabajo" diferente y compatible con sus "caracter¨ªsticas personales y psicof¨ªsicas".
Fuentes jur¨ªdicas indicaron ayer que la actuaci¨®n del Obispado es "moral, pero no jur¨ªdicamente reprobable", al tratarse de despidos pactados. Un hecho que tambi¨¦n impide una actuaci¨®n sancionadora de la Inspecci¨®n de Trabajo. Sin embargo cuestionan m¨¢s la renuncia obligada de las trabajadoras a reclamar el cambio de contingencia a "enfermedad profesional". Seg¨²n interpretan estas fuentes se trata de una maniobra para evitar la entrada del caso en el juzgado y con ello afear la trayectoria de una asociaci¨®n de car¨¢cter ben¨¦fico que presta servicios a colectivos desfavorecidos a cambio de ayudas p¨²blicas.
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