Poluci¨®n de dominios
En dos a?os ser¨¢ posible que ciudades, marcas o colectivos tengan su extensi¨®n en Internet
La agencia que gestiona los dominios de Internet, ICANN, acaba de aprobar una nueva pol¨ªtica que modificar¨¢ sustancialmente el sistema de direcciones en la Red. Actualmente hay 22 dominios gen¨¦ricos (.com, .edu...) y 250 propios de pa¨ªses (.es). En enero se aplicar¨¢ un nuevo criterio de registro que permitir¨¢ introducir, si las oficinas registrales lo administran con diligencia, unos 1.000 nuevos dominios al a?o a partir de 2013. Cualquier empresa, marca, localidad, colectivo... podr¨¢ optar a tener su propio dominio de primer nivel en la Red.
Con este giro, ICANN ha demostrado su independencia de los Gobiernos, algunos de los cuales hab¨ªan manifestado sus dudas sobre la oportunidad de esta apertura en la toponimia de Internet. Y no les faltaban razones.
El primer miedo que provoca el anuncio es c¨®mo evitar el caos en el proceso de aprobaci¨®n de un nuevo registro. En el caso de ciudades, por ejemplo, las capitales de Estado no deber¨¢n discutir con ninguna otra, aunque luzca el mismo nombre, su derecho a un dominio propio. Pero en el mundo hay muchas ciudades que se llaman igual y ninguna es capital de Estado. ?Qui¨¦n tiene m¨¢s legitimidad para inscribir como propio el dominio que la reconozca en Internet? ICANN habla de abrir un proceso de negociaci¨®n entre las ciudades interesadas.
Los m¨¢s satisfechos por la medida son la propia agencia y las empresas registradoras que ver¨¢n incrementada su facturaci¨®n. Porque estos nuevos dominios no son baratos. La inscripci¨®n cuesta 104.638 euros y la renovaci¨®n anual, 14.000 euros. ICANN lo justific¨® casi po¨¦ticamente: abre ilimitadas posibilidades a la imaginaci¨®n humana. Quiz¨¢ demasiadas. Obligar¨¢ a las empresas a realizar inscripciones defensivas, aunque no quieran usar el dominio, para evitar ciberocupaciones. Y la existencia de dominios que determinan muy claramente el contenido que albergan facilitar¨¢ las pr¨¢cticas censoras. ?O acaso China no bloquear¨¢ un dominio que se llame .tibet? Eso ya lo advirti¨® la industria pornogr¨¢fica al oponerse sin ¨¦xito al dominio .xxx que, en la medida que la agrupe, permite censurarla sin necesidad de perseguir estos contenidos, como ahora, desperdigados. La medida hace temer una preocupante poluci¨®n de dominios que fragmentar¨¢ la navegaci¨®n por Internet. Ojal¨¢ se sepa administrar para que todo eso no ocurra.
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