"Estaba solo y desnudito"
Una pareja china detenida por dejar a un ni?o de tres a?os en un balc¨®n
El ni?o estaba asomado a las rejas, "desnudito", no levanta ni siquiera medio metro del suelo. Jeandy Satith, de 25 a?os, estaba de paseo por la calle de Fuencarral, en el centro de la capital y abarrotada de gente un domingo al filo de las cuatro de la tarde y con casi todos los negocios abiertos. Primero vio el remolino de curiosos con la cabeza en alto -"unas 30 o 40 personas"- y luego al ni?o, de tres a?os, en un balc¨®n de la segunda planta del edificio de enfrente, con acceso por la calle de San Onofre y una antigua fachada de tres pisos de color rosa apagado.
A esa hora, el sol da de lleno en todas las fachadas de Fuencarral, seg¨²n Daniel Carrasco (de 32 a?os) y Carlos Rodr¨ªguez (de 20), dependientes de la tienda situada al otro lado de la calle, desde la que vieron "todo lo que sucedi¨®". Al ni?o "que estaba desnudito y muy delgado" y a los curiosos, al vigilante de seguridad que sac¨® al menor del balc¨®n despu¨¦s de alertar de lo que estaba sucediendo y a los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa que arrestaron a sus padres, de nacionalidad china.
"El peque?o gritaba. Cre¨ªamos que se iba a caer", dice un testigo
Seg¨²n cuentan los tres testigos, el ni?o -que med¨ªa menos que la verja negra del balc¨®n a la que permaneci¨® agarrado la mayor¨ªa del tiempo- no paraba de llorar y llamaba a su madre a gritos, mientras tiraba cosas por el balc¨®n, que segu¨ªa abierto y con una muda tendida tres horas despu¨¦s. "Daba miedo verlo, pens¨¢bamos que se iba a caer", explica Jeandy Satith. El balc¨®n, en la segunda planta, est¨¢ sobre un primer piso que pertenece a una tienda de moda, como casi todas las que proliferan por la calle comercial de Fuencarral.
"Hac¨ªa mucho calor", seg¨²n Carrasco. Ayer Madrid estaba en alerta por altas temperaturas, con previsiones de hasta 39 grados entre las 14.00 y las 20.00. Y el term¨®metro se mantuvo en los 36? buena parte de la tarde. El ni?o permaneci¨® en el mismo sitio "m¨¢s de 40 minutos, como te lo cuento", asegura el dependiente con los ojos muy abiertos, que lo ve¨ªa por entre las ramas del ¨¢rbol que separa la entrada de su negocio del edificio al que todo el mundo miraba ayer.
"El peque?o gritaba. Pens¨¢bamos que se iba a caer". Carrasco se lleva las manos a la cara. La gente le ped¨ªa que se metiera en la casa y ¨¦l, tras entrar varias veces, sali¨® con una foto enmarcada. "Ese ha sido el momento m¨¢s terrible, era la imagen de una mujer a la que se?alaba mientras segu¨ªa gritando: '?Mam¨¢, mam¨¢!".
Despu¨¦s llegaron los bomberos, el SAMUR y los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, que recorrieron el edificio del menor y el colindante (Fuencarral, 23), en el que los vecinos segu¨ªan sorprendidos horas despu¨¦s. "Han recorrido toda la escalera sin decir nada, yo me he enterado por un periodista", apuntaba en el rellano Margarita, la se?ora que regenta el hostal del cuarto piso.
Seg¨²n los dependientes, cuando ya estaban las fuerzas del orden frente al portal apareci¨® el padre, al que colocaron las esposas, y lleg¨® despu¨¦s la madre con otro hijo de 13 a?os. Tambi¨¦n la arrestaron.
Fuentes de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid confirmaron ayer a la agencia Efe que los detenidos fueron trasladados a la comisar¨ªa de Centro. La Comunidad de Madrid se hizo cargo de los dos menores. El peque?o fue trasladado en una ambulancia del SAMUR al hospital Ni?o Jes¨²s para una revisi¨®n m¨¦dica. El balc¨®n segu¨ªa por la tarde abierto, con la muda colgada y un viejo hornillo en la esquina.
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