De profesi¨®n, atracador de chinos
Bandas de ladrones se especializan en robar a comerciantes del gigante asi¨¢tico asentados en Espa?a - Las v¨ªctimas manejan dinero en efectivo y denuncian poco
Cada vez que aparca en la puerta de su chal¨¦ se queda dentro del coche, esperando. No se atreve a salir sola. Llama a su hijo para que la recoja y acompa?e dentro. Le han atracado en su casa madrile?a m¨¢s de cinco veces. Una, con un cuchillo. Otras le han ahogado hasta el desmayo. Un d¨ªa le quitaron 5.000 euros -ingresos de su negocio-, pero tiene m¨¢s miedo de que le hagan da?o que de que le quiten el dinero, as¨ª que ahora camina sujetando el bolso con el brazo estirado para facilitarle el trabajo a un eventual ladr¨®n y evitar que se ponga violento.
La multiv¨ªctima es una amiga de Songlin Liu, presidente de la Asociaci¨®n de Compa?¨ªas Comerciales Chinas en Espa?a, que representa a m¨¢s de 700 empresas del pa¨ªs asi¨¢tico. No es la ¨²nica con miedo. Liu relata que las bandas de ladrones han visto un fil¨®n en los atracos a comerciantes chinos en Espa?a. A ¨¦l tambi¨¦n le han robado varias veces. Y a su hija. Los atracadores son colombianos, rumanos... y tambi¨¦n, seg¨²n la polic¨ªa, sus propios compatriotas, que conocen bien sus negocios, h¨¢bitos y costumbres.
Un grupo sustrajo un mill¨®n de euros de una furgoneta en la Nacional II
Infunden tanto terror a sus v¨ªctimas que es habitual que no les reconozcan
Los botines suelen ser cuantiosos. Tan cuantiosos como el mill¨®n de euros que consiguieron los asaltantes que a punta de pistola desvalijaron una furgoneta que en octubre de 2009 circulaba por la carretera Madrid-Barcelona. O los 400.000 euros que le quitaron al due?o de una tienda de ropa que guardaba ese dinero para pagar a sus empleados.
Los comerciantes chinos suelen llevar dinero en efectivo a casa y denuncian poco los robos, por falta de confianza en la ley y a veces por un escaso conocimiento del idioma. Es un buen negocio para los ladrones. Les roban en sus restaurantes y comercios, en las naves de venta al por mayor... y en sus casas. Para evitar la vigilancia de las c¨¢maras y la seguridad privada de algunos de estos comercios, la ¨²ltima tendencia es esperarlos a la salida de sus tiendas, seguirlos hasta sus domicilios y, una vez all¨ª, quitarles todo lo que llevan y desvalijar sus residencias. En los ¨²ltimos a?os, la Brigada Central de Crimen Organizado del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa ha llevado a cabo m¨¢s de 40 operaciones contra bandas de colombianos especializadas en v¨ªctimas chinas. Y la UCRIF (Unidad contra las Redes de Inmigraci¨®n y Falsificaci¨®n) de Madrid ha detectado a varios clanes de chinos que han hecho del robo a compatriotas su forma de vida.
Cobo Calleja es el mayor punto de venta al por mayor de productos chinos en Espa?a. Est¨¢ en Fuenlabrada (Madrid). Son m¨¢s de mill¨®n y medio de metros cuadrados en los que se pueden comprar todas las mercanc¨ªas que despu¨¦s se vender¨¢n en los peque?os comercios que pueblan las ciudades espa?olas. Wei Wei Lencer¨ªa, Confecciones Xing Da, Fantasy Bis, Zhong Yi Moda Textil, Comercio Europeo Chino... m¨¢s de 350 mayoristas chinas all¨ª asentadas lo han convertido en el mayor pol¨ªgono industrial de Europa. Comerciantes de toda Espa?a y de otros pa¨ªses como Portugal o Italia pasan por all¨ª para surtirse de bufandas, relojes, figuritas de decoraci¨®n o rosas luminosas.
Las transacciones son de grandes sumas de dinero porque se trata de venta al por mayor. Las v¨ªctimas de los robos niegan que no usen los bancos para guardar sus ingresos, pero dicen que estos cierran por las tardes y que ellos tienen que llevar la recaudaci¨®n a casa de alguna manera. "Y no podemos evitar el cobro en efectivo porque los otros medios de pago no son seguros", afirma Liu. No quieren pagar las comisiones de las tarjetas de cr¨¦dito y no se f¨ªan de los pagar¨¦s. "Por aqu¨ª compra mucha gente que est¨¢ de paso y que deja pagar¨¦s que luego no se pueden cobrar", afirma. "Yo tengo muchos pagar¨¦s que no he cobrado", a?ade su hija. La soluci¨®n es el pago en efectivo, aunque ahora est¨¢n empezando a reconsiderarlo.
No hay datos generales de denuncias interpuestas por v¨ªctimas chinas. "Pero las estad¨ªsticas, de todas formas, no dar¨ªan cuenta de la magnitud del problema", se?alan fuentes policiales. Calculan que solo el 10% de los asaltados presenta denuncia. Y, cuando lo hacen, en muchas ocasiones no cuentan toda la verdad ni revelan el montante del dinero que les ha sido robado. "Los comerciantes no creen que vaya a servir para nada, y, adem¨¢s, muchas veces vienen a por la mercanc¨ªa a Madrid y se van a otras ciudades o pa¨ªses", explica Liu. "No les merece la pena el l¨ªo de la denuncia".
No solo tienen que v¨¦rselas con delincuentes ajenos a su cultura. Las bandas de chinos que roban a chinos han encontrado una mina en sus propios compatriotas. "Esos individuos, mejor que nadie, saben que estas personas suelen guardar el dinero en sus casas o en sus negocios. Basta vigilarlos para darles el golpe y apoderarse de un buen bot¨ªn", explica un polic¨ªa de la UCRIF de Madrid. Un bot¨ªn como el mill¨®n de euros que obtuvieron seis pistoleros chinos que en diciembre de 2009 asaltaron una furgoneta en la que viajaba esa suma sin ninguna protecci¨®n.
Cubiertos con pasamonta?as, los asaltantes irrumpen en la vivienda de sus v¨ªctimas, maniatan con bridas de pl¨¢stico a todo el mundo (incluyendo a ni?os y ancianos) y se pasan varias horas registrando la casa hasta descubrir d¨®nde guarda el dinero su due?o, en muchas ocasiones en cajas fuertes. No contentos con apoderarse del dinero y las joyas, parte de los atracadores fuerzan al cabeza de familia a ir a su propio negocio, donde le obligan a darles m¨¢s dinero y m¨¢s objetos de valor. En ocasiones, le intimidan para que saque m¨¢s dinero utilizando las tarjetas de cr¨¦dito.
Hay al menos media docena de bandas chinas detectadas por la polic¨ªa de Madrid, aunque no solo act¨²an en esta regi¨®n, sino que extienden sus actividades a otras provincias e, incluso, a Italia. "En la ¨²ltima operaci¨®n detuvimos a una banda que creemos que estaba implicada en 50 atracos, pero solamente pudimos imputarles 15", explica el jefe del grupo 5? de la UCRIF de Madrid. Infunden tanto terror a sus v¨ªctimas que es habitual que estas no reconozcan a sus asaltantes. Y, por ende, los atracadores quedan impunes... y libres.
"Necesitamos alguna soluci¨®n"
Cuando se pregunta a los comerciantes de alguno de los locales del pol¨ªgono industrial de Cobo Calleja (Fuenlabrada, Madrid) si tienen miedo de los robos, por lo general no se obtiene respuesta alguna. La comunidad china, extremadamente cerrada, es reacia a hablar con periodistas de sus problemas concretos. El presidente de la Asociaci¨®n de Compa?¨ªas Comerciales Chinas, Songlin Liu, decide hacer una excepci¨®n en este caso porque, seg¨²n explica, ya no pueden m¨¢s.
"La polic¨ªa nos est¨¢ ayudando mucho", asegura Liu. "En Cobo Calleja, por ejemplo, cada vez hay m¨¢s agentes y llegan muy r¨¢pido cuando les comunicamos un robo". ?l cree que el problema est¨¢ en la ley, que es blanda con los ladrones. Pero el robo con violencia o intimidaci¨®n est¨¢ penado con c¨¢rcel de dos a cinco a?os, lo que implica el efectivo ingreso en prisi¨®n del delincuente. "Pues no s¨¦, ser¨¢ que suelen escaparse antes de que les juzguen", responde.
El empresario pide c¨¢maras en las calles del pol¨ªgono industrial. "No nos importa pagarlas nosotros si nos dan el permiso", dice. En su restaurante entraron a robar hace poco. Se llevaron 2.000 euros, pero la polic¨ªa logr¨® encontrar al ladr¨®n. "Aqu¨ª he puesto c¨¢maras en todas partes, todo queda grabado". Las c¨¢maras en la calle, sin embargo, no lograr¨ªan evitar la ¨²ltima tendencia: seguir a los comerciantes hasta sus casas y desvalijarlos all¨ª. La soluci¨®n tendr¨¢ que ser imaginativa, porque no es sencilla.
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