Tormenta sin fin
El diferencial de la deuda espa?ola, en m¨¢ximos por la crisis griega, amenaza la recuperaci¨®n
El euro se enfrenta a otro periodo de extrema incertidumbre en los mercados, a la espera de que el Parlamento griego apruebe medidas de ajuste adicionales que permitir¨¢n debatir un nuevo plan de rescate para Atenas (unos 100.000 millones m¨¢s). La situaci¨®n en Grecia es de una gran alteraci¨®n social, con huelgas del sector p¨²blico y privado, hoy y ma?ana, y la amenaza adicional de que sus efectos lleguen a dinamitar la zona euro. Los inversores castigaron ayer la deuda espa?ola con un diferencial m¨¢ximo de 293 puntos b¨¢sicos (Italia lleg¨® a los 216), que solo se atemper¨® cuando Francia difundi¨® el acuerdo con sus bancos para reinvertir el 70% del capital en bonos griegos que vencen hasta 2014 por nuevos t¨ªtulos a 30 a?os. Se supone que el pacto cancela la hip¨®tesis de que se declare un impago y se desaten las cl¨¢usulas de seguros y derivados que arruinar¨ªan el mercado europeo.
De nuevo estamos ante un respiro moment¨¢neo. El miedo de los inversores castiga en demas¨ªa a pa¨ªses que, como Espa?a, no deber¨ªan tener diferenciales superiores a los 200 puntos b¨¢sicos en funci¨®n de sus fundamentales econ¨®micos. La crisis financiera se manifiesta como una serie de movimientos espasm¨®dicos de los mercados, en los que a momentos de relativa calma les siguen fuertes tensiones en los diferenciales de deuda y rentabilidad que amenazan con condenar a la insolvencia a los pa¨ªses con independencia de sus compromisos de ajuste. El motivo recurrente de las convulsiones financieras es Grecia. No es dif¨ªcil predecir que, si el Parlamento griego aprueba los planes adicionales de ajuste, los mercados conceder¨ªan d¨ªas de tranquilidad (eso s¨ª, sin que el diferencial espa?ol caiga hasta los niveles previos a la crisis griega) hasta que se dispare otra causa de tensi¨®n, que podr¨ªa ser la aplicaci¨®n concreta de las nuevas medidas de ajuste en Grecia o la discusi¨®n de los procedimientos para el nuevo rescate.
Esta tensi¨®n cr¨®nica est¨¢ motivada por la evidencia de que la Europa del euro funciona a varias velocidades. Pero tambi¨¦n por la incapacidad de las instituciones europeas para encontrar remedios a la desconfianza de los inversores. Alemania, Francia y Bruselas no reconocen esos graves errores cometidos en la gesti¨®n de la crisis que convierten en inviables los planes de rescate, sencillamente porque los pr¨¦stamos son punitivos y sus condiciones asfixian el crecimiento. Grecia no puede pagar la deuda, y menos si se le exigen las condiciones actuales de ajuste fiscal.
Las decisiones de los m¨¢s poderosos parecen parcheos desesperados, pensados para ganar tiempo a ver si en una de esas ventanas de calma se anuncia alg¨²n dato favorable de crecimiento o se cierra la reforma financiera espa?ola. Pero la situaci¨®n no es sostenible, porque los actuales diferenciales de deuda est¨¢n estrangulando el crecimiento econ¨®mico espa?ol. Cualquier rentabilidad exigida a 10 a?os que sea superior al crecimiento nominal en ese plazo es t¨®xica para el crecimiento. Espa?a supera en varios puntos ese l¨ªmite.
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