"Hay mucho maquillaje y pocas reformas"
Mehdi Lahlou es doctor en Econom¨ªa por la Universidad de la Sorbona y profesor en el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Econom¨ªa Aplicada (INSEA) de Rabat. Su especialidad son las migraciones de ?frica a Europa. Es adem¨¢s uno de los dirigentes del Partido Socialista Unificado (PSU), una peque?a formaci¨®n de izquierdas, representada en el Parlamento, que propugna el boicoteo del refer¨¦ndum sobre la Constituci¨®n.
Pregunta. ?En qu¨¦ se parecer¨¢ Marruecos, una vez aprobada la Constituci¨®n, a las monarqu¨ªas parlamentarias de Europa?
Respuesta. La Constituci¨®n no se parece en nada a las que rigen las monarqu¨ªas parlamentarias de Europa. Hay que leer entre l¨ªneas. Hay mucho maquillaje y pocas reformas. La Constituci¨®n coloca todos los poderes -incluso en mayor medida que la anterior, la de 1996- en manos del rey.
"El Palacio Real no quiere recortar el gran poder que ostenta"
P. En las transiciones democr¨¢ticas, en Espa?a anta?o y ahora en T¨²nez, corresponde a una asamblea constituyente elegida democr¨¢ticamente redactar la nueva Carta Magna. ?Por qu¨¦ no ha sido as¨ª en Marruecos?
R. Porque el Palacio Real no quiere recortar el poder que ostenta. Todos aquellos a los que el Palacio design¨® para formar una especie de comit¨¦ t¨¦cnico [comisi¨®n consultiva de revisi¨®n de la Constituci¨®n] solo deb¨ªan trabajar en la direcci¨®n marcada por otro comit¨¦, el pol¨ªtico, que presid¨ªa un consejero real, Mohamed Moatassim. Este mecanismo de elaboraci¨®n de la Constituci¨®n llev¨® al PSU a decir que los dados estaban echados antes de empezar la partida y a declinar cualquier participaci¨®n en el procedimiento. No pod¨ªamos darle validez ni credibilidad.
P. El PSU ha sido uno de los pocos partidos legales que rehus¨® participar.
R. En el mejor de los casos nuestra voz solo habr¨ªa sido consultiva y, adem¨¢s, hubiese quedado aislada entre otras muchas que dec¨ªan lo contrario. Entre ellas estaban las de los socialistas, del PPS (excomunistas), el Istiqlal (nacionalista) o el PJD (islamistas en la oposici¨®n). Los tres primeros est¨¢n dispuestos a hacer todas las concesiones al palacio real con tal de seguir en el Gobierno y el cuarto, el PJD, se conformaba con que se introduzca la referencia al Estado isl¨¢mico.
P. ?Continuar¨¢n las protestas callejeras, que empezaron en febrero, tras la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n?
R. Las manifestaciones siguen como antes, lo vimos el pasado domingo, pero a los anteriores esl¨®ganes se han a?adido ahora los del rechazo a la Constituci¨®n. Lo que pasar¨¢ despu¨¦s de su aprobaci¨®n depender¨¢ de tres elementos: el porcentaje de abstenci¨®n; los porcentajes del s¨ª y del no que d¨¦ a conocer el Ministerio del Interior y las condiciones en las que se haya desarrollado la votaci¨®n, es decir, si hubo o no trampas, falsificaciones. Los que rechazamos la Constituci¨®n no podremos controlar el escrutinio en muchos colegios, empezando por los de fuera del pa¨ªs.
P. La calle pidi¨® adem¨¢s acabar con la hegemon¨ªa de las empresas reales.
R. Es lo que le convendr¨ªa hacer al rey. El Estado le garantiza un tren de vida de lo m¨¢s alto. No s¨¦ si lo har¨¢.
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