Ark¨¢ngeles
Y el ¨¢ngel del Se?or anunci¨® a Mar¨ªa. Y he aqu¨ª que nuestros ark¨¢ngeles nos anuncian un nuevo tiempo. Un tiempo en el que el lobo pacer¨¢ con el cordero, en el que ser¨¢n resarcidas todas las v¨ªctimas, superadas todas las violencias, pues muchas hay, y en el que saldremos ganando todos. Sorprendente que este anuncio no brote de voces ang¨¦licas, sino de las de nuestros nuevos representantes institucionales. Y nada sorprendente que hasta ahora sea s¨®lo eso lo que hayan sido capaces de articular cuando se trataba de explicitar su tarea de gobierno. M¨¢s all¨¢ de esa promesa de implantaci¨®n del milenio, el resto es poco m¨¢s que demagogia. Y en cuanto se empiezan a adoptar las primeras medidas preparatorias de la segunda venida, lo que resuena en boca de nuestros ark¨¢ngeles es el "todos": "no representa a los donostiarras", "la mayor¨ªa social vasca no se siente identificada con...", etc. Por encima de la ley, de la realidad y del sentido com¨²n est¨¢ ese "todos", que, naturalmente, hay que constituirlo, tarea en la que vienen empe?¨¢ndose estos ¨²ltimos decenios y que es la que va a guiar su labor de gobierno.
No es nada casual que sus primeras e inmediatas medidas se apliquen en el terreno simb¨®lico, como tampoco lo es que, como se?alaba este peri¨®dico, Guip¨²zcoa se vuelva m¨¢s presidencialista y que las cuatro direcciones que va a asumir el gabinete del diputado general sean las siguientes: Igualdad, Participaci¨®n, Euskera y Migraci¨®n. No lo es porque los s¨ªmbolos y el control unificado de esas direcciones son elementos clave para la constituci¨®n monista y uniforme de ese "todos", pieza fundamental para la realizaci¨®n de la utop¨ªa soberanista. Pero vayamos por partes, y empecemos por lo simb¨®lico. Cuando Pello Urizar plantea la posibilidad de suprimir del Cupo las aportaciones que se destinan a las Fuerzas de Seguridad, etc., sabe que est¨¢ haciendo un brindis al sol, pero sabe tambi¨¦n que introduce un elemento de tensi¨®n cuyo ¨²nico fin es el reducir al silencio la voz de un sector de la poblaci¨®n, que se ve ya silenciada en la justificaci¨®n misma de la propuesta: no forma parte de la mayor¨ªa social. Como la propuesta ser¨¢ rechazada, y lo ser¨¢ por el enemigo, est¨¢ claro con quien ser¨¢ alineado ese sector de la poblaci¨®n silenciado. La introducci¨®n de esta dial¨¦ctica amigo-enemigo en el seno de una comunidad pol¨ªtica en funci¨®n de una distribuci¨®n de las mayor¨ªas es sencillamente antidemocr¨¢tica, pero es a lo que venimos asistiendo desde hace a?os.
Id¨¦ntico objetivo persiguen las medidas adoptadas por el nuevo alcalde de San Sebasti¨¢n, quien al confundir una realidad -el rey s¨ª nos representa, y tiene la obligaci¨®n de hacerlo - con un deseo - preferir¨ªamos que no lo hiciera-, est¨¢ ejerciendo sobre nuestras conciencias una presi¨®n intolerable. ?Son se?ales estas de los nuevos tiempos que anuncian nuestros arc¨¢ngeles? Un salto del laboratorio municipal al laboratorio provincial, quiz¨¢ sea eso todo.
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