Aplausos y abucheos: el ruido del debate
Mientras la desafecci¨®n ciudadana hacia el conjunto de la clase pol¨ªtica alcanza cotas jam¨¢s registradas y ciertos sectores empiezan a manifestar un sentimiento de aversi¨®n preocupante hacia la democracia parlamentaria, en el Congreso se celebra, como cada a?o, el debate sobre el estado de la naci¨®n. El esfuerzo de los pol¨ªticos por resintonizar con la ciudadan¨ªa, sin embargo, queda eclipsado por los vicios de siempre, que no hacen m¨¢s que aumentar el hast¨ªo y el distanciamiento.
Espa?a es un pa¨ªs donde la tradici¨®n parlamentaria ha tenido una trayectoria muy corta. Por ello, ser¨ªa conveniente que cada diputado, antes de tomar posesi¨®n de su esca?o, hiciera un ejercicio de reflexi¨®n y asumiera su rol p¨²blico y su compromiso con respecto al ciudadano al que representa. Pues, m¨¢s all¨¢ de su funci¨®n legislativa, el Parlamento debe ser, ante todo, un lugar ejemplarizante de discusi¨®n constructiva entre distintos intereses leg¨ªtimos.
A?o tras a?o, sin embargo, debemos asistir a ese circo medi¨¢tico que, cada vez m¨¢s, se asimila a aquellos programas televisivos que optan por el ruido y el efectismo. A su vez, los debates parlamentarios cada vez distan menos de los acontecimientos deportivos, donde cada uno anima a los suyos y abuchea a los rivales. Por ello, m¨¢s all¨¢ del ejercicio de autocr¨ªtica hacia la actividad propiamente pol¨ªtica, har¨ªan bien sus se?or¨ªas en actuar con responsabilidad y abstenerse de mostrar a la imagen p¨²blica que, en este pa¨ªs, los aplausos continuados pueden reforzar un argumento o, que este, puede debilitarse con un intenso abucheo. Porque, al final, el mensaje acaba siendo sustituido por el ruido -en el m¨¢s puro sentido literal del t¨¦rmino- y, cuando esto sucede, la vara de medir ya no es el argumento pol¨ªtico, sino la misma intensidad del ruido.
As¨ª, el ejercicio de resintonizaci¨®n ciudadana, debe ser paralelo al del respeto hacia la esencia de todo Parlamento. Y esta no es otra que la deferencia absoluta hacia la palabra; sin ning¨²n elemento que la adultere. Se?ores diputados, reflexionen sobre ello.
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