Nicolas Sarkozy vuelve al banquillo en Francia por la supuesta financiaci¨®n con dinero libio de su campa?a de 2007
El expresidente, que fue condenado en diciembre a un a?o de arresto domiciliario, enfrenta hasta 10 a?os de c¨¢rcel en un nuevo proceso que se prolongar¨¢ hasta abril
El expresidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy se sienta nuevamente en el banquillo este lunes. Tras ser condenado a un a?o de arresto domiciliario por corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias hace menos de un mes, el exmandatario comparece esta vez por sospechas de financiaci¨®n ilegal de su campa?a de 2007 por el r¨¦gimen libio de Muamar el Gadafi. El exjefe de Estado conservador, que niega los hechos, enfrenta hasta 10 a?os de c¨¢rcel y cinco a?os de inelegibilidad en un proceso que se prolongar¨¢ hasta abril y en el que se juzga a otros 12 acusados, entre ellos tres antiguos ministros del dirigente y dos empresarios que supuestamente tuvieron un papel de intermediarios.
El proceso que empieza este lunes es el quinto en cinco a?os para el expresidente, que dej¨® el poder en 2012. A pesar de la mara?a judicial en la que vive inmerso, el antiguo inquilino del El¨ªseo, de 69 a?os, mantiene una importante influencia pol¨ªtica y econ¨®mica en el pa¨ªs. Este juicio, sin embargo, es el que m¨¢s le compromete pol¨ªticamente y ser¨¢ clave para su imagen, as¨ª como para arrojar luz sobre la reciente historia diplom¨¢tica y militar de Francia. El inicio del proceso llega tras m¨¢s de 10 a?os de investigaci¨®n de los jueces de instrucci¨®n. Los indicios del caso est¨¢n recogidos en 73 tomos y en un sumario de 557 p¨¢ginas.
Sarkozy, oficialmente retirado de la pol¨ªtica, lleg¨® al tribunal de Par¨ªs alrededor de las 13.30 con traje y corbata, y rodeado de sus abogados. A lo largo del juicio, buscar¨¢ demostrar su inocencia ante unas acusaciones que ha calificado de ¡°f¨¢bula¡±. El exmandatario est¨¢ acusado concretamente de corrupci¨®n, encubrimiento de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, financiaci¨®n ilegal de una campa?a electoral y asociaci¨®n de malhechores. Pero la investigaci¨®n judicial no ha logrado determinar el alcance exacto de la posible financiaci¨®n libia, un elemento que la defensa usar¨¢ a su favor. ¡°En materia de corrupci¨®n, no existe prueba absoluta¡±, llegaron a reconocer los jueces que llevaron a cabo las investigaciones previas.
La acusaci¨®n defiende la existencia, a partir de 2005, de un ¡°pacto de corrupci¨®n¡± entre Sarkozy y sus colaboradores con el r¨¦gimen libio de Gadafi. Gracias a ese acuerdo, el entonces ministro del Interior supuestamente recibi¨® dinero para propulsarse a la presidencia de Francia a cambio de restaurar la imagen del dictador, entonces en proceso de rehabilitaci¨®n hacia Occidente.
En julio de 2007, algunos meses despu¨¦s de su victoria electoral, el nuevo mandatario franc¨¦s viaja a Tr¨ªpoli. Cinco meses m¨¢s tarde, el libio fue recibido con todos los honores en una controvertida visita a Par¨ªs, en la cual instal¨® su jaima en los jardines del El¨ªseo.
La luna de miel acaba cuatro a?os despu¨¦s, con el estallido de las primaveras ¨¢rabes en 2011. En febrero de ese a?o, Sarkozy afirm¨® que Gadafi deb¨ªa ¡°irse¡± e impuls¨® la intervenci¨®n internacional en Libia que acab¨® con el derrocamiento y la muerte del l¨ªder, en el poder desde hac¨ªa 42 a?os. ?Qu¨¦ ocurri¨® entretanto? La respuesta, de momento, se desconoce. Pero las revelaciones sobre una presunta financiaci¨®n libia ya empezaron a conocerse en el momento de la intervenci¨®n militar francesa.
Entre las dos vueltas de las elecciones presidenciales de 2012, el medio de investigaci¨®n Mediapart public¨® un documento oficial libio que indicaba que el r¨¦gimen de Gadafi habr¨ªa aprobado financiar la campa?a de Sarkozy con 50 millones de euros. En 2011, el hijo del coronel, Saif Al Islam Gadafi, afirm¨® a la cadena Euronews que el presidente franc¨¦s deb¨ªa devolver a Tr¨ªpoli el dinero que le envi¨® el r¨¦gimen para ayudarle a ganar las elecciones. La investigaci¨®n judicial empez¨® en 2013.
En el proceso hay 13 acusados, entre los que figuran, adem¨¢s de Sarkozy, los exministros ?ric Woerth y Brice Hortefeux, as¨ª como Claude Gu¨¦ant, que adem¨¢s de ministro fue el secretario general del El¨ªseo y hombre de m¨¢xima confianza del presidente. Tambi¨¦n figuran el turbio hombre de negocios franco-liban¨¦s Ziad Takieddine y el empresario franco-argelino Alexandre Djouhri, considerados como intermediarios clave.
Takieddine vive actualmente en L¨ªbano y no comparecer¨¢ en el juicio. Sus testimonios fueron de los m¨¢s da?inos para Sarkozy, ya que afirm¨® haber entregado al expresidente y a su entorno cinco millones de euros procedentes de Libia. El hombre de negocios y traficante de armas se retract¨® despu¨¦s, aunque de forma temporal. El exmandatario franc¨¦s est¨¢ imputado en otro caso por presuntas presiones a este testigo. Djouhri, por su parte, ten¨ªa contactos privilegiados con Beshir Saleh, tesorero y jefe de gabinete de Gadafi. Tras la ca¨ªda del r¨¦gimen, busc¨® refugio en Francia y luego logr¨® trasladarse a Sud¨¢frica.
La acusaci¨®n, liderada por la fiscal¨ªa nacional financiera, afirma que se desarroll¨® una verdadera diplomacia paralela a partir de 2005, con la visita de Hortefeux y Gu¨¦ant a Libia, donde se reunieron presuntamente en secreto con Abdel¨¢ al Senussi, entonces jefe de los servicios secretos y condenado en ausencia en Francia por el atentado que destruy¨® un DC-10 de la compa?¨ªa francesa UTA en 1989. El ataque, que se produjo cuando el avi¨®n sobrevolaba N¨ªger, caus¨® 170 muertos, entre ellos 54 franceses. Al Senussi confirm¨® el testimonio de Takieddine, as¨ª como documentos con detalles de supuestas entregas de dinero en manos del exministro del Petr¨®leo libio, Choukri Ghanem, encontrado ahogado en el Danubio, en Viena, en 2012.
Sarkozy ya acumula dos condenas. La ¨²ltima se conoci¨® el 18 de diciembre, cuando el Tribunal Supremo dict¨® una pena de arresto domiciliario de un a?o con brazalete electr¨®nico por corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias, una condena in¨¦dita en el pa¨ªs y la primera de arresto contra un antiguo jefe de Estado. Y en febrero del a?o pasado, el Tribunal de Apelaciones de Par¨ªs lo conden¨® a un a?o de prisi¨®n por financiaci¨®n ilegal de su campa?a electoral en 2012. Deb¨ªa cumplir la mitad de la pena y pod¨ªa hacerlo en casa, pero sus abogados anunciaron un recurso ante el Supremo, lo que dej¨® en suspenso la condena hasta un nuevo fallo.
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