"Estuve en la Puerta del Sol y all¨ª v¨ª valores universales y frustraci¨®n"
Al embajador norteamericano Alan Solomont le gusta decir que, con su nombramiento, "el presidente Obama consigui¨® dos por el precio de uno". Se refiere a su mujer, Susan, una experta en fundaciones y filantrop¨ªa que ahora se vuelca con ¨¦l en la actividad diplom¨¢tica. "Es una experiencia nueva para Susan y para m¨ª. Y es un mensaje que quiero enviar a la gente que trabaja conmigo: que la tarea de embajador no la puede hacer una persona por su cuenta, que yo no podr¨ªa hacerlo igual de bien si no lo hici¨¦ramos juntos".
?Se sienten en casa aqu¨ª, en Madrid, entre Serrano y la Castellana, en esta residencia construida en 1957, adosada a la embajada, lejos de su hogar de las afueras de Boston?
"Cada d¨ªa ha sido bueno. Este es el mejor trabajo que he tenido nunca"
" Las relaci¨®n entre EEUU y espa?a hoy es visiblemente positiva y s¨®lida"
Alan. Bueno, tenemos aqu¨ª nuestras cosas, nuestras fotos... Y estoy con Susan y con Stella Blue [la cocker spaniel familiar cuyo nombre rinde homenaje al m¨²sico Jerry Garc¨ªa]; eso es lo que hace una casa.
SUSAN. Nuestra vida est¨¢ aqu¨ª.
Alan. Nuestros amigos vienen a vernos aqu¨ª.
SUSAN. Hacemos amigos aqu¨ª, nuestras dos hijas vienen a vernos a esta casa, tenemos nuestros sitios preferidos donde podemos acurrucarnos con el libro que estamos leyendo...
Ustedes han dedicado parte de su vida al voluntariado. Notar¨¢n diferencias en sus esfuerzos para promoverlo en Espa?a...
Susan. Hay diferencias culturales. En EE UU existe el voluntariado por necesidad, para ayudar. Y eso ha conformado un gran movimiento de servicio que empieza en la escuela, que sigue en la universidad y que se prolonga toda la vida. Es algo que te hace ser una persona distinta, que te hace creer que hay que ayudar a la gente, que hay que dar lo mejor de nosotros mismos.
Alan. De EE UU me gusta que se estimule a los ciudadanos para que dejen una huella en la sociedad. Como dice el presidente Obama, los problemas son demasiado grandes como para que los pueda resolver un solo sector: la Administraci¨®n, las empresas... Hace falta tambi¨¦n el voluntariado. Obama dijo en la campa?a que har¨ªa del servicio voluntario una de las grandes causas de su presidencia; ¨¦l mismo fue organizador comunitario. Yo tambi¨¦n, en los a?os setenta. La madre de Susan fue una activista en Nueva York, y es el modelo con el que ella creci¨®... Creo que en Espa?a hay un reconocimiento creciente de que todo el mundo tiene que echar una mano.
Susan se despide, volver¨¢ al final de la conversaci¨®n. Quiere dedicar un rato a su hija Stephanie, que pasa un par de meses en Madrid. "Est¨¢ trabajando en la embajada", dice su padre, "y no queremos que la traten de forma distinta, as¨ª que cuando se presenta y le preguntan c¨®mo se llama, contesta: Stephanie S¨¢nchez".
Hablaba de lo que le marc¨® su experiencia de organizador comunitario... Cuando comparec¨ª ante el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, en mi confirmaci¨®n, dije: "El Congreso y el presidente han pedido a los ciudadanos que se remanguen y resuelvan los problemas en sus comunidades, en el pa¨ªs y en el mundo. Me presento ante ustedes como uno de esos ciudadanos". Yo soy ahora un ciudadano diplom¨¢tico, no un diplom¨¢tico de carrera. En una democracia, los ciudadanos tenemos el derecho y la responsabilidad de servir y contribuir. Son experiencias transformadoras, te cambian. Mis a?os de organizador comunitario han sido determinantes para todo lo que he hecho despu¨¦s, como empresario y hombre de negocios, como miembro de una comunidad, como embajador.
?Por qu¨¦ no se dedic¨® profesionalmente a la pol¨ªtica? Porque quer¨ªa proteger mi matrimonio. [Risas]. La idea de hacer de eso mi forma de vida, la idea de presentarme a elecciones, la verdad es que nunca me ha atra¨ªdo. Para serle sincero, creo que he sido capaz de optimizar mis energ¨ªas y mi talento de esta forma. He trabajado con presidentes, senadores, gobernadores, alcaldes, he estado metido en asuntos que me parec¨ªan importantes, desde el sector de los cuidados m¨¦dicos hasta el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo, y he acabado haciendo lo que yo creo que es el mejor trabajo del mundo, que es ser embajador de EEUU en Espa?a.
?C¨®mo conoci¨® a Obama? Fue una cosa muy curiosa. En primavera de 2004, cuando ¨¦l estaba en campa?a para ser senador, recib¨ª una llamada de una persona amiga de Chicago que me dijo: Alan, hay una superestrella que se presenta a las elecciones, tienes que ayudarle; tienes que enviar una contribuci¨®n. Yo soy un blando, estoy siempre dispuesto a ayudar cuando un amigo me lo pide. Pero est¨¢bamos en plena campa?a presidencial de Kerry, y dije: Mira, no me gusta decir no, pero estoy con otras cosas... Y dije que no. ?Un error que nunca volv¨ª a cometer! Despu¨¦s, a principios de 2005, tuve otra llamada de una mujer de Carolina del Norte, Jenny, que trabajaba para el senador Obama. Me acuerdo como si fuera hoy mismo: yo iba andando por la calle en Cambridge, Massachusetts. Mi m¨®vil son¨®. Era Jenny. "?Se?or Solomont?", dijo con un acento sure?o bastante fuerte. "Trabajo para el senador Obama y me gustar¨ªa saber si le gustar¨ªa conocerle. Usted se mueve mucho en actividades del Partido Dem¨®crata y el senador querr¨ªa conocerle, si es que le parece interesante". Daba la casualidad de que yo iba a ir a Washington la semana siguiente. Quedamos uno de esos d¨ªas t¨ªpicos de Washington en febrero, con nieve; el puente a¨¦reo Boston-Washington iba con retraso y llegu¨¦ tarde al restaurante.
?Muy tarde? Bueno, como 30 o 40 minutos. ?l estaba esperando en la mesa. Despu¨¦s de saludarnos me dijo: "Creo que tenemos algo en com¨²n: los dos hemos sido organizadores comunitarios". El hecho de que eso fuera importante para ¨¦l la verdad es que me impresion¨®. Hubo una conexi¨®n instant¨¢nea. Volv¨ª a casa y le dije a Susan: "Tiene la inteligencia de Bill Clinton y es incre¨ªblemente aut¨¦ntico". Desarroll¨¦ ciertos lazos de amistad con ¨¦l, aunque jam¨¢s cre¨ª que iba a presentarse a las presidenciales.
?Por qu¨¦? Porque nadie lo pensaba. Era un senador reci¨¦n llegado, nadie cre¨ªa que nada m¨¢s ir a Washington iba a presentarse. Yo he estado implicado de una u otra forma en todas las campa?as presidenciales desde los a?os ochenta y estaba ya en otras cosas. Adem¨¢s, me sent¨ªa m¨¢s pr¨®ximo a la senadora Clinton y a su marido... Pero la idea de una nueva cara... Obama era el ¨²nico candidato que pod¨ªa hablar de cambio. Por eso decid¨ª apoyarle.
Supongo que ahora es distinto, es m¨¢s dif¨ªcil el contacto. Es m¨¢s dif¨ªcil. Hombre, es el presidente de EE UU. Le he visto unas cuantas veces desde la elecci¨®n... Esas fotos que hay encima del piano recogen algunos de esos momentos... Susan y yo fuimos a verle justo antes de venir a Espa?a. El trabajo de un presidente es algo ¨²nico. Las presiones, las decisiones... De verdad, creo que es algo ¨²nico.
?Estuvo en la Puerta del Sol cuando empez¨® el 15-M? S¨ª, claro.
?Alguien le reconoci¨®? No.
?Qu¨¦ vio, c¨®mo interpret¨® aquello? Vi dos cosas. Una, hasta qu¨¦ punto se ha desarrollado una vibrante democracia en Espa?a. Vi a gente que expresaba los valores universales por los que, por ejemplo, estamos combatiendo ambos pa¨ªses en Libia. Lo otro que vi es la frustraci¨®n, el enfado de gente joven sin oportunidades.
Es curioso, usted en Sol... ?Por qu¨¦ es curioso?
Bueno, no creo que hubiera muchos embajadores por all¨¢. No, no vi a muchos...[Risas]. Y debo decir que mi equipo de seguridad estaba un poco preocupado... La verdad es que paso ya bastante tiempo en este edificio y... para m¨ª es muy importante salir. No solo a Sevilla o a Barcelona, sino a la Puerta del Sol, o a conocer a la comunidad gitana, como hice en Sevilla... Quiero ver. Quiero ver toda Espa?a. Y me gustar¨ªa que toda Espa?a me viera. Necesito hacerlo para entender este pa¨ªs.
Estamos en v¨ªsperas del 4 de julio. ?Cu¨¢l es el mensaje, hoy y aqu¨ª, de este D¨ªa de la Independencia? Hay tres cosas importantes. Una, que hay valores fundamentales que Espa?a y EE UU defienden. Celebramos la idea de democracia, de libertad. Se trata de volver la vista atr¨¢s, a los valores fundamentales en el origen del pa¨ªs y que hoy compartimos con Espa?a. Segundo, celebramos las relaciones entre los dos pa¨ªses, la madurez de esas relaciones en el mundo de hoy: una alianza basada en valores comunes, en intereses compartidos y en una amistad real. Es nuestro 4 de julio, pero lo estamos celebrando con nuestros amigos. Tercero, rendimos un homenaje a las empresas norteamericanas. Esta crisis exige una estrategia global de recuperaci¨®n. Por eso trabajamos con la Administraci¨®n y con las empresas espa?olas para nuestra recuperaci¨®n y la recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. Es un homenaje a las empresas que han invertido en Espa?a, que crean empleos aqu¨ª, que pagan impuestos y que crecen aqu¨ª.
Lleva aqu¨ª a?o y medio. Habr¨¢ tenido d¨ªas buenos y d¨ªas menos buenos... Cada d¨ªa, se lo digo en serio, ha sido bueno. Este es el mejor trabajo que he tenido nunca. Mi mujer y yo nos hemos enamorado de este pa¨ªs, que ha sido incre¨ªblemente c¨¢lido y acogedor con nosotros. Poder representar a nuestro pa¨ªs y a nuestro presidente es el honor m¨¢s grande que hemos tenido. Yo tengo lo que llamo momentos de pellizcarme, momentos en los que me encuentro en situaciones que tengo que respirar hondo y decir: "Pero bueno, ?estoy so?ando?".
D¨ªgame un par de esos momentos. Uno fue en el desfile que hubo en Paracuellos, con el vicepresidente Biden y el presidente Zapatero, ante 500 paracaidistas, muchos destinados a Afganist¨¢n, y escuchar al vicepresidente hablar sobre los sacrificios que exige la paz y que esos hombres y mujeres iban a asumir. Despu¨¦s, yo fui a Afganist¨¢n y visit¨¦ a las tropas norteamericanas y espa?olas y vi lo que estaban haciendo por nuestra seguridad, tratando de evitar las terribles experiencias que ya hemos sufrido ambos pa¨ªses a manos de extremistas violentos... Otro momento: al presentar mis credenciales, el 27 de enero [de 2010], trasladarme en un carruaje del siglo XVII, pasar frente al palacio, saludar al rey... Escuchar a la Guardia Real interpretar nuestro himno nacional me puso los pelos de punta.
Solamente me habla de buenos momentos. Bueno, es que ya le he dicho... Y tengo muchos m¨¢s: los viajes que he hecho por Espa?a. En los ¨²ltimos 10 d¨ªas he estado en Oviedo, Cartagena, Barcelona, Tarragona... Creo que he estado en cada comunidad en Espa?a, en todas las regiones. A¨²n hay sitios a los que quiero ir, pero creo que he estado en casi todos. Ahora voy a intentar pensar en los menos buenos... Ah, otro bueno: una fiesta para celebrar el libro Los aprendices del hechicero, de Lisa Abend, sobre la experiencia de cuatro aprendices que pasan unos meses trabajando en elBulli con Ferran Adri¨¤... El propio hechicero, Ferran, estuvo aqu¨ª, con nosotros, fue sensacional. Otro momento importante: cuando vino Sim¨®n Peres y estuvimos en Casa Sefarad... signific¨® mucho para m¨ª, en tanto que jud¨ªo. Conociendo la historia de la gloriosa edad dorada y la expulsi¨®n, es maravilloso ver los esfuerzos que hace la Espa?a de hoy para asumir aquel pasado. Y para garantizar que la comunidad jud¨ªa hoy en Espa?a se sienta c¨®moda y bien valorada.
?Y los momentos bajos? ?Eh, otro momento de pellizcarme! Cuando fui a la Alhambra y firm¨¦ el libro de hu¨¦spedes cuyo primer firmante fue Washington Irving. Eso fue tremendo.
?Los momentos bajos? Los momentos bajos... Nada concreto. Creo que la parte no buena ha sido entender la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica en la que se encuentra Espa?a. La reflexi¨®n sobre el hecho de que un 40% de los j¨®venes de la edad de mi hija no tienen trabajo. Es una frustraci¨®n y una preocupaci¨®n. El nerviosismo que hay en los mercados sobre la econom¨ªa espa?ola, que en parte es algo que no se debe a Espa?a, que tiene que ver con factores externos, con la irracionalidad a veces de los propios mercados...
[El embajador se queda pensativo. Una pausa de 17 segundos].
No tiene nada que ver con Espa?a, pero hemos lidiado con un problema muy frustrante, el encarcelamiento en Cuba de Alan Gross [un contratista estadounidense condenado a 15 a?os de c¨¢rcel en marzo de este a?o, acusado de subversi¨®n], un trabajador social que lleva ya casi dos a?os en la c¨¢rcel. Una aut¨¦ntica tragedia. El Gobierno espa?ol ha intentado ayudar, ha hecho llamamientos al Gobierno cubano, pero... Tambi¨¦n ha sido terrible ver el despreciable comportamiento del Gobierno sirio en los ¨²ltimos meses, trabajar con el Gobierno espa?ol sin grandes resultados. Y uno de los momentos peores fue cuando llegu¨¦ de Afganist¨¢n, el mismo d¨ªa, y despu¨¦s de haber visto lo que est¨¢ haciendo all¨ª Espa?a, el asesinato de dos guardias civiles...
Hace 14 meses me dijo que este era el mejor momento de los ¨²ltimos 50 a?os para ser embajador de EEUU en Espa?a... As¨ª es.
Pero eso me lo dijo antes de Wikileaks. ?Sigue pens¨¢ndolo? Absolutamente. Bueno, el hecho de que las relaciones entre EEUU y Espa?a no hayan cambiado nada despu¨¦s de Wikileaks es la prueba de lo fuertes que son esas relaciones, como nunca lo han sido. Creo que Wikileaks no ha cambiado eso en lo fundamental.
?Le gustar¨ªa situar ya en el pasado el asunto? Es algo que ya est¨¢ en el pasado.
Y en su opini¨®n, sin da?os. ?Sin malos recuerdos? Bueno, sin duda lamentamos unas cuantas cosas. Primero, hubo personas injustamente da?adas por las supuestas revelaciones. Gente muy... funcionarios muy dedicados a su trabajo. En algunos casos, incluso, su seguridad pudo quedar comprometida. No es algo que podamos olvidar con facilidad. Pensamos tambi¨¦n que fue despreciable revelar comunicaciones confidenciales entre diplom¨¢ticos, y consideramos muy censurable la acci¨®n de los responsables. As¨ª que lo vemos como un episodio indeseable, lamentamos profundamente que sucediera. La buena noticia es que hemos trabajado mucho para dejarlo atr¨¢s y concentrarnos en lo importante entre los dos pa¨ªses, y que no ha alterado en lo fundamental las relaciones.
Relaciones que son, desde hace tiempo, buenas, pero que ahora es quiz¨¢ mayor su visibilidad. Me gusta creer que han alcanzado un nivel de madurez diferente. Y tiene raz¨®n, yo dir¨ªa que es una relaci¨®n visiblemente positiva y s¨®lida que se basa hoy en valores y en intereses compartidos. Estamos ahora juntos en Libia porque creemos que la gente debe ser libre y ejercer sus derechos, y creemos que ser¨ªa malo permitir que siguiera habiendo matanzas de civiles.
En esas relaciones est¨¢ tambi¨¦n la creciente presencia de espa?oles en EEUU y de estadounidenses en Espa?a. Espa?a es el tercer destino m¨¢s popular para los estudiantes norteamericanos que vienen a Europa. Hay unos 25.000 cada a?o. Se ha convertido en un sitio muy popular. Y es cierto, hay una mayor proximidad entre los pa¨ªses, entre los ciudadanos. Por decirlo as¨ª: estamos cada vez m¨¢s cerca. Y hay otra cosa que merece la pena destacar, y es que hay 50 millones de norteamericanos que hablan espa?ol. Por cierto, Susan y yo estamos tratando de incrementar esa cifra en dos m¨¢s...
?Y qu¨¦ tal? ?Mejorando? ... S¨ª, creo que s¨ª. Bueno, es la minor¨ªa que crece m¨¢s r¨¢pido en EE UU. Supone una incre¨ªble fuerza econ¨®mica, pol¨ªtica y cultural. Es otro lazo muy importante, basado en historia, en cultura, en lengua, el que une a nuestros dos pa¨ªses. Algo que quiz¨¢ no valoramos bien. Mire los nombres de algunos de los norteamericanos asistentes a la reuni¨®n del Consejo Espa?a-EE UU del otro d¨ªa en Oviedo: Ken Salazar, Francisco S¨¢nchez, Juan Verde, Luis Aguilar, Bob Men¨¦ndez...
Pronuncia las zetas con gusto; realmente est¨¢ mejorando. Dice bien los nombres del secretario de Interior, del viceministro de Comercio Exterior, del responsable de Comercio EE UU-UE, del senador por Nueva Jersey.
Excelentes relaciones, y m¨¢s visibles; lazos entre los ciudadanos; v¨ªnculos especiales por el lado latino... ?Todo esto es ya m¨¢s fuerte que el viejo sentimiento de antiamericanismo que ha habido en Espa?a? Seg¨²n las encuestas, el ¨ªndice de aprobaci¨®n de EE UU est¨¢ ahora alrededor del 70%, cuando lleg¨® a estar en el 30%. Ha habido un cambio oce¨¢nico en la forma en la que los espa?oles ven mi pa¨ªs. Siempre han existido desacuerdos sobre alg¨²n aspecto de nuestra pol¨ªtica. Y puede haber habido momentos en los que se ve¨ªa arrogante al Gobierno norteamericano, lo cual, la verdad, fue as¨ª en varias ocasiones. Pero siempre los ciudadanos se han tenido una mutua estima, y han apreciado, sobre todo en los ¨²ltimos 30 a?os, las cosas en com¨²n. Hoy hay mucha mayor proximidad y valores compartidos. He o¨ªdo hablar de sentimientos negativos hacia EE UU, pero yo creo que he encontrado m¨¢s sentimientos negativos hacia el Gobierno norteamericano en EE UU que en Espa?a.
?Obama est¨¢ ahora m¨¢s fuerte que hace unos meses? ?C¨®mo ve las perspectivas de reelecci¨®n? Primero, una de las cosas que m¨¢s agradezco, como estadounidense, es que Barack Obama sea presidente en este periodo de complejidad y de retos globales sin precedentes, de cambios. Y creo que cuando los norteamericanos est¨¦n ante las urnas para tomar su decisi¨®n sobre el presidente Obama y otro candidato, elegir¨¢n al presidente Obama. Va a tener algunas cosas cuesta arriba: por ejemplo, ning¨²n presidente desde Roosevelt ha sido reelegido con un ¨ªndice de desempleo superior al 7%. Pero hoy vivimos en un mundo diferente. Y hay otra cosa, b¨¢sica, para tener ¨¦xito en unas elecciones: que el partido est¨¦ unido. Hoy, el Partido Republicano est¨¢ muy dividido. Lo van a tener muy complicado.
?Es optimista sobre el futuro de EEUU? Hablo de China, de la econom¨ªa, la seguridad... No a corto plazo, sino de aqu¨ª a 20 a?os. Soy optimista. Soy optimista sobre los pr¨®ximos 20 minutos, 20 d¨ªas, 20 meses y 20 a?os. Tengo una enorme confianza en el esp¨ªritu emprendedor y en el sentido com¨²n de mi pa¨ªs. Claro que tenemos retos que no ten¨ªamos, como el nuevo terrorismo o el medio ambiente, pero el mundo es un lugar mucho m¨¢s integrado. D¨¦jeme, antes de acabar, que le recuerde una met¨¢fora que le escuch¨¦ a Sim¨®n Peres sobre el mundo de ayer y el de hoy. El mundo eran 192 buques en el oc¨¦ano, cada uno con su propio comandante, tratando de no chocar y hundirse. Hoy, el mundo es un buque con 192 camarotes. Y lo que ocurra en un camarote puede hacer que todo el buque se hunda. Los pa¨ªses que compartan valores, perspectivas e intereses comunes tienen que trabajar juntos como nunca antes. Esa es la base de lo que hago aqu¨ª: contribuir a que nuestros pa¨ªses se muevan en direcciones similares.
?Ha aprendido algo en Espa?a que le haga ver distinto alg¨²n ¨¢ngulo de su pa¨ªs? Sin duda. Creo que he aprendido m¨¢s aqu¨ª en a?o y medio que en los ¨²ltimos 15 a?os. La gran lecci¨®n es hasta qu¨¦ punto EE UU puede caer en la tentaci¨®n de aislarse y no entender qu¨¦ tama?o tiene el mundo de hoy. A veces caemos en una cierta complacencia, sin apreciar lo r¨¢pidamente que el mundo se ha hecho m¨¢s interdependiente. Hay quien querr¨ªa que nos apart¨¢ramos. Creen que es una opci¨®n viable; no lo es. Uno de los grandes riesgos que corremos es no comprometernos con el resto del mundo, y eso es lo que tiene claro el presidente Obama. Y esa ha sido la gran lecci¨®n que yo he aprendido aqu¨ª.
Curioso y ¨¢vido coleccionista
Su biograf¨ªa dice que Alan Solomont (Boston, 1949; en la imagen, con seis a?os) es "empresario, fil¨¢ntropo y activista pol¨ªtico". Empresario lo fue en el sector sanitario. Fil¨¢ntropo, en organismos relacionados con asistencia a ancianos. Y activista dem¨®crata -gran recaudador de fondos-, desde 1988, aunque ya en los a?os sesenta conoci¨® el mundo real como organizador comunitario.
Tambi¨¦n ha sido profesor universitario (licenciado en Pol¨ªticas por Tufts). Y es, junto con su esposa Susan, un ¨¢vido coleccionista. Libros y arte (los dos), m¨²sica rock (ella), aut¨®grafos -con tesoros como un documento de 1794 firmado por Samuel Adams- y excelentes fotos en la escalera que sube hacia su residencia. Entre ellas, Hemingway, en Cuba, con el hombre en el que se inspir¨® para escribir 'El viejo y el mar'.
4 de julio
El 4 de julio, es la fiesta nacional de Estados Unidos. Este a?o celebra el 235? aniversario de su Declaraci¨®n de Independencia. Doce ciudadanos norteamericanos que viven en Espa?a, incluido su embajador en Madrid, y 12 espa?oles que residen en EE UU retratan qu¨¦ sienten y c¨®mo se relacionan con los habitantes y las costumbres de su otro pa¨ªs de residencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.