Zahara: ¡°Hay una b¨²squeda de la belleza can¨®nica y, a partir de los 40, la mujer desaparece. Es visible ocultando la edad¡±
Independiente y directa, la cantante y compositora conecta con el sentir de muchas mujeres. Despu¨¦s de ¡®Puta¡¯, el disco disruptivo en el que habl¨® de abusos sexuales y maltratos psicol¨®gicos, publica ¡®Lento ternura¡¯, una obra ¡°con vocaci¨®n amable y cosas bonitas¡±. Nos recibe en su morada perdida en el campo
![Zahara](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JHD4WMQ6T5GYXHRXHAJYBUIY3Q.jpg?auth=401be1769292df71a03ce48b35d7b9bded5dfc8ba1ba26d09154245dc045b778&width=414)
Como una de esas mansiones encantadas de los cuentos, la casa de Zahara (?beda, 41 a?os) descansa en lo alto del pueblecito. Se empieza a ver a un pu?ado de kil¨®metros de distancia desde la carretera porque parte de su fachada sobresale entre un conjunto de construcciones rurales que, sin ning¨²n glamour, guardan el encanto de lo sencillo. ¡°Mira, ah¨ª est¨¢. Mi casita¡±, dice con orgullo la cantante desde el asiento del copiloto. Su ¡°casita¡± es, en realidad, una gran casa de pueblo con m¨¢s de 200 a?os de historia, adquirida hace dos a?os en un paraje perdido de una sierra de Castilla-La Mancha, al que ella llama ¡°co?ohondo¡± por lo lejos que queda de la civilizaci¨®n. ¡°Desde el primer d¨ªa que entr¨¦ en esta casa, me parec¨ªa una utop¨ªa. Haber llegado hasta ella es como un sue?o que cada d¨ªa agradezco¡±, confiesa un par de minutos antes de que el coche serpentee cuesta arriba hasta quedar aparcado enfrente de una preciosa casa de pueblo, que da la bienvenida con una bandera arco iris en defensa del colectivo LGTB.
Llamar ¡°co?ohondo¡± a este lugar tambi¨¦n tiene un motivo justificado: ni Zahara ni el m¨²sico Mart¨ª Perarnau, su pareja y el otro due?o de la casa, quieren dar informaci¨®n detallada del lugar donde se encuentra por una cuesti¨®n de intimidad. El viaje que los dos han hecho hasta aqu¨ª simboliza el propio viaje de ambos como artistas independientes y como una pareja que ha establecido un c¨®digo propio para construir sus lazos afectivos y sentimentales, pero tambi¨¦n profesionales, ya que comparten el proyecto Juno y labores de producci¨®n con otros artistas, como Le¨®n Benavente o Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo. Y, en el caso de la cantante y compositora, simboliza todo el viaje de su propia vida: una artista que se crio en ?beda, se fue a hacer carrera musical a Madrid y, tras la publicaci¨®n del disruptivo disco Puta en 2021, en el que hablaba de sufrir abusos sexuales en la adolescencia y maltratos psicol¨®gicos de parejas t¨®xicas y responsables de la industria musical, se convirti¨® en una voz feminista capaz de conectar con un amplio p¨²blico intergeneracional porque puso sobre la mesa el machismo que atraviesa a muchas mujeres. ¡°Ahora, quiero hablar de cosas bonitas¡±, confiesa. ¡°He intentado escribir desde una vocaci¨®n amable¡±, a?ade sobre Lento ternura, el nuevo ¨¢lbum que aborda la gran emancipaci¨®n de una artista que parece haber encontrado su lugar y su identidad tras muchos a?os de dudas, luchas y violencias.
![Zahara adquiri¨® la casa en un pueblo castellano-manchego junto con el m¨²sico Mart¨ª Perarnau hace dos a?os. ¡°No es una mansi¨®n, pero nos permite hacer la vida so?ada de espacios y trabajo. Es un ultralujo¡±, confiesa la cantante y compositora.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/H3NL2BEFWJFUFIOD3P3PLYYQI4.jpg?auth=8cde4ed4ec3e3c20795d9fb82b70590c2e19eda74374d099a9c167950f4282ef&width=414)
Al acceder a la casa, un bonito recibidor de techos altos, muebles de madera y un espejo de amplia pared acoge a los visitantes. La construcci¨®n consta de tres pisos y unos jardines. Lento ternura ha sido compuesto casi al completo en esta casa de pueblo construida hace un par de siglos para una ni?a con tuberculosis. ¡°Se construy¨® con una orientaci¨®n especial para que entraran bien los vientos a trav¨¦s de todas las estancias. Los padres pensaron que esos vientos podr¨ªan ayudar a la enfermedad de su hija. A veces, en el estudio se graban los vientos¡±, cuenta Zahara. Se refiere al estudio llamado La Casa del Viento, una estancia en el jard¨ªn principal que sirve de laboratorio de trabajo para Mart¨ª Perarnau. ¡°El nombre se lo otorg¨® por circunstancias obvias la Benito¡±, dice refiri¨¦ndose a la escritora Patricia Benito, ¨ªntima amiga de Zahara. Sin embargo, mucho del nuevo disco fue elaborado en La Habitaci¨®n de Noa, el otro estudio que descansa en una habitaci¨®n con un gran ventanal en la primera planta y habitual zona de trabajo de Zahara. Este segundo estudio, m¨¢s peque?o y repleto de libros musicales, recibe el nombre de la hija de la anterior due?a de este caser¨®n rural.
![La cantante Zahara en una habitaci¨®n de su casa campestre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FK22Z3PO4ZEF7EJSUJ6A4LPCWM.jpg?auth=91a8672f95b70702fc958f72550b0044944f488a14c2513d7e20dea2c74ea78e&width=414)
Dicen los lugare?os que el viento corre de forma especial en esta parte de la serran¨ªa. Por eso, otorga un sonido como de remolinos y espectros cuando azota a esta vivienda con una parte distribuida circularmente y cuyos ba?os de baldosa blanca y negra conservan un toque decimon¨®nico. ¡°Esta casa me habla porque los vientos le dan una energ¨ªa maravillosa¡±, dice con una sonrisa Zahara, quien confiesa que, desde ni?a, siempre le atrajo la idea de antropomorfizar, es decir, de atribuir comportamientos o sentimientos humanos a los objetos. ¡°Me gusta nombrar todo¡±, se?ala la compositora, que ha llamado Jenjibro y Tzusing a los dos gatos salvajes que suelen venir a comer en los platos que ella les deja en la terraza. ¡°Si me descuido le pongo nombre hasta al cipr¨¦s de ah¨ª fuera¡±. Tanto es as¨ª que en la que podr¨ªa ser la canci¨®n m¨¢s simb¨®lica del disco, ¡®Yo solo quer¨ªa escribir de amor¡¯, canta sobre esta casa parlante: ¡°Escucho cada una de sus palabras¡ Quiero que su boca me engulla¡±. Una casa comi¨¦ndose a su habitante. Una imagen poderosa, como en un cuento.
Si la vida fuera un cuento y a Zahara su propia casa se la comiese, tendr¨ªa un significado. De hecho, este caser¨®n lo tiene igualmente. Las casas marcan el propio relato de Zahara. El antiguo cortijo de tres plantas de ?beda en el que vivi¨® con sus abuelos, sus t¨ªos y sus padres ya fue determinante durante su infancia. All¨ª, encontr¨® ¡°la paz¡± que no ten¨ªa en la calle ni en el colegio ante el acoso escolar y la normalizaci¨®n del maltrato psicol¨®gico. Y esa paz la conect¨® con la m¨²sica para dedicarse a ella, gracias a los consejos de su padre, percusionista de un grupo renacentista, y la existencia de una guitarra con la que se sent¨ªa poderosa al cantar composiciones de Luis Eduardo Aute, Joaqu¨ªn Sabina o Silvio Rodr¨ªguez. En 2020, fue en su casa actual, cercana al Retiro, donde pas¨® la pandemia encerrada y vomit¨® toda su ¡°mala hostia¡± en el disco Puta con las cosas que le hab¨ªan pasado. ¡°Una mochila de mierda¡± con la que carg¨® durante muchos a?os. Y ahora, en esta casa de pueblo, entre vientos y arboledas, vuelve a encontrar otro tipo de paz. ¡°Hace m¨¢s de un a?o que hago meditaci¨®n¡±, cuenta. ¡°Me salgo a la terraza y me ayuda a asentarme. Dicen que, cuando te vas de vacaciones, hasta el s¨¦ptimo u octavo d¨ªa tu mente no termina de desconectar del todo y se olvida de lo relacionado con el trabajo. Esta casa me ayuda a esa sensaci¨®n¡±. Por eso, todo el viaje, que va desde aquellos d¨ªas en los que habitaba esa alberca entre olivos que su familia llamaba La Zarzuela hasta hoy, es un recorrido humano que le permite saber mejor que antes lo que quiere y lo que no. ¡°Puta fue un disco cat¨¢rtico, en el que me expuse casi al l¨ªmite, como canto en una de mis nuevas canciones, ¡®La violencia¡¯. Lento ternura es un disco reflexivo, de asentar conclusiones de todo lo que he vivido. Por eso, creo que es m¨¢s filos¨®fico en relaci¨®n con la velocidad con la que he vivido desde Puta¡±.
![¡°'Puta' fue un disco cat¨¢rtico, en el que me expuse. Lento ternura es reflexivo, m¨¢s filos¨®fico en relaci¨®n con la velocidad con la que he vivido¡±, afirma Zahara, quien posa en la cocina de su casa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JF4HIEWSFRDAJEPGHLCM4PXQU4.jpg?auth=8bd90615d7b9864df31b5b7452c66663600dab35982cbec09161b4622e9c3e57&width=414)
De todas las reflexiones de este proceso desde Puta, la primera de la que se pone a hablar es la que se recoge en la portada de Lento ternura. A Zahara, vestida de rosa con minifalda y botas de cuero, se la ve dentro de un ba?o sanitario port¨¢til propio de cualquier festival musical. Ella lo llama ¡°poly klyn¡±, como una de las marcas m¨¢s pujantes del sector de los ba?os port¨¢tiles. En la imagen se la ve leyendo. ¡°Buscaba ense?ar la paz desde una posici¨®n fea, inc¨®moda, repugnante¡±, explica. ¡°Mi equipo y yo pensamos en ponerme en una cama de chinchetas, un vertedero¡, pero sali¨® el poly klyn. Porque es algo real, incluso para los artistas: en los festivales, muchas veces nos metemos ah¨ª, unos minutos antes de saltar a un concierto, porque est¨¢n junto al escenario. Vas mon¨ªsima para salir al escenario y te metes en un cub¨ªculo de pl¨¢stico al que le ha dado el sol todo el d¨ªa. Hay 50 grados y no se ha limpiado en 10 horas. Te metes con tacones, vestido, maquillaje y tienes que iluminarte con el m¨®vil para cambiarte el tamp¨®n. Y, en ese momento, piensas: ¡®No valemos nada como especie¡¯. Me lo pregunto yo como cantante, pero tambi¨¦n todas las mujeres que entran dentro de esos ba?os¡±. Dice que, m¨¢s all¨¢ de situaciones reales, lo que ella busca es reflexionar sobre la irrealidad de la belleza. ¡°Es como si la belleza solo fuera de una manera. Belleza como limpieza, falta de expresi¨®n, piel tersa¡ Porque, a partir de los 40, la mujer desaparece. Solo eres visible fingiendo esa edad, escondiendo la edad que tienes. Quer¨ªa hablar de la ultrab¨²squeda de esa belleza hegem¨®nica, imperante. Y de c¨®mo tengo que ser la chica que se exige de m¨ª¡±. Tambi¨¦n dice que la portada y algunas canciones como ¡®La ternura¡¯, donde llega a cantar que ¡°el cuerpo es una c¨¢rcel¡±, buscan hacer pensar sobre la presi¨®n que existe socialmente para conseguir esa belleza incluso en ¡°espacios ¨ªntimos¡±. ¡°No se nos permite relajarnos en nuestra propia intimidad y hay que estar bella y perfecta en cualquier momento. Incluso, si est¨¢s haciendo pis y se abre la puerta, tienes que estarlo. Y, adem¨¢s, te tienes que culturizar. Por eso, salgo leyendo un libro grande, como de filosof¨ªa, de contenido importante. Salgo toda arreglada, leyendo, sin perder la compostura y como control¨¢ndolo todo¡±.
El ba?o port¨¢til de la portada del disco descansa en el jard¨ªn trasero de la casa. Mientras Mart¨ª Perarnau ha dejado listos unos caf¨¦s y t¨¦s en la cocina, Zahara se sienta en el comedor y dice que ya no quiere controlarlo todo. Porque ahora, a diferencia del resto de su carrera, intenta practicar una filosof¨ªa: la del ¡°me-da-igualismo¡±. Es decir, que las cosas que antes parec¨ªan tan importantes, como la de estar bella, le empiecen a resbalar. Esa filosof¨ªa busca ¡°estar en paz con una misma¡±. ¡°Y da igual donde est¨¦. Como si estoy en un atasco en pleno Madrid, pero, en vez de dejar que me afecte, estoy tranquila conmigo misma y mantengo la calma¡±. No solo eso. Tambi¨¦n asegura que busca relajarse con su necesidad de llegar a todo. ¡°He decidido ser monofunci¨®n, es decir, intento estar en cada cosa que hago y mejorar mi concentraci¨®n. Porque he llegado a una conclusi¨®n: no llego a todo, y ese todo es mucho menos de lo que yo quer¨ªa. Soy mortal. Todas las Zaharas no llegan a todo¡±. Cuando habla de ¡°todas las Zaharas¡±, se refiere a todas las funciones que de?sem?pe?a como m¨²sica independiente, con sello propio tras la mala experiencia en una multinacional. ¡°Soy independiente porque no me queda otra. Estar¨ªa encantada de que me pagasen mucho dinero y me hiciesen todo. Me paso el d¨ªa tomando decisiones. Soy mi propia CEO, la artista, la secretaria, la directora creativa, la de marketing¡ Cuando descansa una, se pone a trabajar la otra¡±.
![La casa de Zahara tiene dos estudios: La Casa del Viento, en el jard¨ªn, y donde suele trabajar Mart¨ª Perarnau, y La Habitaci¨®n de Noa, un cuarto en la primera planta, con un gran ventanal y repleto de libros donde ella compuso la mayor¨ªa de Lento ternura.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4637W2AGF5DCPAEOWSYHR3XUVM.jpg?auth=50d0ac70e49bce8e0f425496dc443ceb3b45506f9ebd53f9b33b5b4d3696814c&width=414)
Sobre una mesita del comedor se ve el ¨²ltimo vinilo de Father John Misty junto a unos juguetes y sobre la estanter¨ªa del sal¨®n se amontonan libros, entre ellos: Fe, esperanza y carnicer¨ªa, de Nick Cave; El viaje in¨²til, de Camila Sosa; No todo el mundo, de Marta Jim¨¦nez Serrano; La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas, de David Ucl¨¦s; La dificultad del fantasma, de Leila Guerriero; El Evangelio seg¨²n Jesucristo, de Jos¨¦ Saramago, o Madre, hermano, amante, de Jarvis Cocker. Solo con este disco y este pu?ado de libros se podr¨ªa explicar c¨®mo Zahara ha ido recomponiendo su imagen de cantautora edulcorada por la de una artista mucho m¨¢s fiera e iconoclasta, capaz de derribar barreras y ensanchar horizontes sonoros y l¨ªricos que conectan con sentimientos de la mujer actual. Ella siempre ha dicho que le debe mucho a Taylor Swift, a la que le dedic¨® una canci¨®n en Puta. Y, como la artista estadounidense, Zahara ha hecho un viaje de deconstrucci¨®n que ha alumbrado un nuevo ser, sin renunciar al ya existente. ¡°En la canci¨®n ¡®Ctrl+Z¡¯, me salgo de m¨ª misma y me observo. Y ?sabes qu¨¦, cari?a? Aparte de la calma y la paz que anhelo, me sigo equivocando y soy tambi¨¦n la mierda en el sumidero. Por tanto, somos lo que somos. Tambi¨¦n nuestras maldades. No podemos ir ahora todas de Mr. Wonderfulismo¡±.
![¡°Soy independiente porque no me queda otra. Me paso el d¨ªa tomando decisiones. Soy mi propia CEO, la secretaria, la directora creativa, la de marketing...¡±, explica la cantante, quien abandon¨® las multinacionales tras una mala experiencia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TFTUCVWXY5A5RB7UJ4ZC5CS3NU.jpg?auth=71ce5d1b389f5f23470b8d68037170aef53076ad85593c7d86e6996b4acbb06d&width=414)
Lento ternura tambi¨¦n busca cuestionar los grandes pilares con los que, seg¨²n la cantante, hemos sido educados. La familia: ¡°Asumimos creencias sociales tremendas, como que la familia es lo primero. Pues si tienes un padre maltratador, claro que no lo es¡±. El amor: ¡°Es un error vincularlo a la obsesi¨®n, a la pasi¨®n, a no dormir¡ El romanticismo de las pel¨ªculas ha hecho mucho mal. Tiene que ver con respetar a otra persona, sus tiempos, sus momentos y sus emociones. Construir desde ah¨ª¡±. Las relaciones de pareja: ¡°Hemos aceptado palabras b¨¦licas en el amor: aguantar, luchar, sacrificio¡ Y no es as¨ª. No hay que pelear por tu pareja. El amor dura lo que dura y puede ser 10 meses como 10 a?os. Si una relaci¨®n empieza a hacer da?o, el amor deber¨ªa hacerte dejar a tiempo esa relaci¨®n para evitar sufrimiento y dolor innecesario¡±. El modelo de relaci¨®n: ¡°Cuando se enteran de que no vivo con mi pareja, me preguntan si tengo una relaci¨®n abierta y digo no. He le¨ªdo mucho sobre el poliamor y me atrae mucho. Es espectacular leer a Brigitte Vasallo, que explica muy bien c¨®mo el poliamor es una manera de tener relaciones anticapitalistas y c¨®mo hemos sido educados en la monogamia, muy vinculada al control natal. Yo he sido tan educada en la monogamia que no me veo capaz del poliamor¡±. Y, con todo, Zahara se detiene en explicar que, de las tres plantas de la casa, la primera es la casa de Mart¨ª, la segunda es la de ella y su hijo Ariel y la tercera est¨¢ deshabitada, a modo de desv¨¢n. De hecho, hablan de casas distintas, como si el caser¨®n albergarse dos. ¡°Lo hacemos para respetar los espacios. No tenemos que estar presentes todo el tiempo para saber que estamos ah¨ª. Una persona que no quiere tener un hijo no tiene por qu¨¦ asumir un rol que no quiere. Tanto Mart¨ª como mi hijo tienen que estar en la medida que ellos quieran. Ellos tienen una relaci¨®n independiente de m¨ª. Y yo la tengo con ellos independientemente de cada uno. Si tengo que estar con mi hijo varios d¨ªas, Mart¨ª no tiene por qu¨¦ estar. Como, si despu¨¦s de estar con mi hijo varios d¨ªas, no tengo por qu¨¦ necesitar estar inmediatamente con ¨¦l y quiz¨¢ quiera estar sola. Al menos debemos tener ese derecho ambos. Mi salud mental y todo el proceso vivido con Puta me hace llegar a este tipo de relaci¨®n. Una relaci¨®n de no necesitar todo el tiempo y de hablar con total confianza. El amor no debe comprometer a nadie sino ahondar en conocer a la otra persona¡±.
Zahara, que pasa casi la mitad del mes en su piso de Madrid, se sac¨® el carnet de conducir para poder venir a esta casa de campo siempre que quiera. En ¡®Yo solo quer¨ªa escribir una canci¨®n de amor¡¯, canta: ¡°Que se muera Madrid, que arda en el infierno, que yo me quedo aqu¨ª contigo, en este fin del mundo¡±. Habla con tono indignado: ¡°El capitalismo te empuja a malvivir. Cuando digo que se muera Madrid, me refiero a su precariedad absoluta. Es tremendo la precariedad en la ciudad en la que trabajamos. Esta casa no es una mansi¨®n, pero nos permite hacer la vida so?ada de espacios y trabajo. Por eso, es un ultralujo¡±. Un ultralujo que, como afirm¨® al hablar por primera vez de su casa de pueblo al poco de comenzar el viaje en carretera hasta este lugar de ¡°co?ohondo¡±, le permite ¡°estar lejos de todo¡±. Menos de una cosa: de s¨ª misma.
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