Po¨¦tica despedida

?ltimo montaje de Calixto Bieito al frente de la direcci¨®n art¨ªstica del Romea. Con los aplausos, sali¨®, salud¨® y se despidi¨® con la mano. Parec¨ªa emocionado con la ovaci¨®n que muchos le dedicaron de pie. Y es que ha sido una relaci¨®n larga, de m¨¢s de 10 a?os, con el teatro, por lo que el t¨ªtulo del montaje es, cuando menos, oportuno, aunque de hecho siga vinculado a la empresa Focus como director de un nuevo proyecto teatral de ambici¨®n internacional que hoy mismo se da a conocer. Desaparecer es un recital po¨¦tico -y no solo por los textos de Poe que lo estructuran- que empieza y acaba envuelto en niebla artificial. "?As¨ª cualquiera desaparece!", solt¨® alguien en las primeras filas. La cuesti¨®n es que entre la bruma se vislumbra un piano de cola, a Maika Makovski sentada a ¨¦l y a Juan Echanove agazapado en un rinc¨®n. Dos voces potentes y dos estilos propios. Ella es mallorquina de sangre andaluza y macedonia; es, por lo visto, una de las voces m¨¢s nuevas del panorama del rock; canta una decena de canciones compuestas para el espect¨¢culo basadas en el desaparecer del t¨ªtulo por miedo a enfrentarse a la realidad y, desde luego, tiene una gran presencia y fuerza esc¨¦nicas. A ¨¦l le conocemos de sobra. Con Bieito protagoniz¨® Plataforma, el magn¨ªfico montaje basado en la novela de Houellebecq, y aqu¨ª dice y, sobre todo, sufre los poemas y cuentos de Poe.

Canciones y textos se alternan a lo largo de los 75 minutos de duraci¨®n del espect¨¢culo. Las canciones de la mallorquina son en ingl¨¦s y los textos del estadounidense nos llegan en la traducci¨®n al castellano de Cort¨¢zar, por lo que ambos idiomas se alternan, como tambi¨¦n se alternan, pero al rev¨¦s, los sobret¨ªtulos. En algunos momentos, las canciones se comen a los poemas, hasta que llega El gato negro, el espeluznante cuento de terror g¨®tico con el que Echanove se luce y marca el punto ¨¢lgido del montaje: es el narrador y protagonista alcoholizado presa de sus incontrolables ataques de demencia s¨¢dica; es el mismo demonio de la perversidad, el homicida que se inculpa sin querer; es la voz chirriante de la pesadilla. Le sigue el poema narrativo El cuervo, con el que mantiene la tensi¨®n dram¨¢tica, y la cosa, que podr¨ªa acabar con el "nunca m¨¢s" del ave parlante, sigue con otro poema y el mismo tema musical que ella interpreta al inicio mientras la bruma vuelve a apoderarse del espacio. Como si Bieito quisiera parafrasear estos versos finales de Poe: "?Es todo lo que vemos y parecemos, solo un sue?o dentro de un sue?o?".