Francia bulle

Hace apenas unas semanas, Dominique Strauss-Kahn parec¨ªa acabado, acusado de violaci¨®n y agresi¨®n sexual a una camarera guineana en un hotel de Nueva York y dimitido como director del Fondo Monetario Internacional. Pero el caso comienza a resquebrajarse al mismo tiempo que la reputaci¨®n de la presunta v¨ªctima y no resulta descartable que, este mismo mes, el juez decrete su sobreseimiento. Francia ha acogido las ¨²ltimas noticias sobre DSK con emoci¨®n y alivio, pero tambi¨¦n con la inc¨®gnita de si el posible retorno a su pa¨ªs del exdirector del FMI obligar¨¢ a replantear la escena pol¨ªtica.

Strauss-Kahn estaba muy bien colocado para alcanzar la candidatura socialista a las elecciones presidenciales de abril de 2012. Su aparente liquidaci¨®n hab¨ªa hecho que sus colegas del Partido Socialista Franc¨¦s recompusieran estrategias. Martine Aubry, su aliada, que seguramente habr¨ªa renunciado a presentarse, se lanzaba en cambio a la arena; y los otros dos grandes aspirantes, Fran?ois Hollande y S¨¦gol¨¨ne Royal, ve¨ªan el campo mucho m¨¢s despejado. Ahora, en cambio, aunque las fechas siguen siendo esquivas para DSK, porque no deber¨ªa darle tiempo -aun si quisiera- a presentarse, menudean las voces, incluso entre sus rivales, que piden un retoque de calendario que le permita concurrir a las primarias que decidir¨¢n candidato. El pr¨®ximo d¨ªa 13 expira el plazo para inscribirse, cuando normalmente a¨²n no se habr¨¢ resuelto el caso en los tribunales neoyorquinos.

No todo es cuesti¨®n de fechas. La opini¨®n francesa se muestra mayoritariamente favorable a que Strauss-Kahn pueda reintegrarse a la vida pol¨ªtica si hay sobreseimiento o absoluci¨®n. Pero, seg¨²n sondeos recientes, no ve con buenos ojos que pueda aspirar a la presidencia en 2012. El pol¨ªtico socialista deber¨¢ por tanto pensarlo muy bien antes de dar un paso semejante. Aunque el deterioro de la posici¨®n acusadora le ha cambiado radicalmente el semblante, es posible que no est¨¦ ni remotamente en condiciones de afrontar la dura prueba de unas elecciones a la jefatura del Estado.

Si el caso DSK se desvanece, se tratar¨¢ de una buena noticia para la pol¨ªtica y para los pol¨ªticos; para el socialismo franc¨¦s, dentro y fuera del partido, y para la propia Francia. Hasta Nicolas Sarkozy tendr¨¢ que congratularse por ello, aunque exista la posibilidad de que le crezca un rival muy duro de pelar.