El l¨ªder socialista belga llama a la reconciliaci¨®n para salir del limbo
Di Rupo intenta pactar un nuevo Ejecutivo m¨¢s de un a?o despu¨¦s de las elecciones
Un a?o y 21 d¨ªas despu¨¦s de las elecciones en B¨¦lgica, el socialista val¨®n Elio Di Rupo present¨® ayer las l¨ªneas directrices de su plan para reformar por sexta vez desde 1970 la Constituci¨®n de B¨¦lgica. En un intento de aplacar las tensiones centr¨ªfugas y dotar durante unos a?os de cierta estabilidad al pa¨ªs, Di Rupo propone reformas del Estado, reforzar con competencias y fondos las regiones, plantea medidas fiscales para activar la econom¨ªa y dibuja una salida al intratable conflicto de la regi¨®n de Bruselas, donde conviven precariamente los derechos de los franc¨®fonos frente a Flandes. Ahora corresponde a los otros partidos belgas decidir si el trabajo de Di Rupo es base suficiente para gobernar.
Di Rupo, s¨¦ptima figura pol¨ªtica a la que el rey Alberto ha encargado encontrar una salida al laberinto institucional belga desde las elecciones del 13 de junio de 2010, ofreci¨® al soberano el fruto de dos meses largos de consultas con los dem¨¢s l¨ªderes pol¨ªticos. En un plan titulado Un Estado federal m¨¢s eficaz y entidades m¨¢s aut¨®nomas, el l¨ªder socialista habla de crear 250.000 empleos (en un pa¨ªs de 11 millones de habitantes) de aqu¨ª a 2015 para lo que pide embarcar a flamencos, valones, bruselenses y german¨®fonos en un proyecto com¨²n que reconcilie sus diversos intereses.
La descentralizaci¨®n pasa por ceder a las regiones competencias por valor de 17.300 millones de euros, aumentar su autonom¨ªa fiscal en otros 10.000 y lanzar un cable a Bruselas, cuya vida como regi¨®n en igualdad de condiciones a Flandes y Valonia querr¨ªan aniquilar los secesionistas flamencos. Tambi¨¦n se propone adelgazar al Estado federal en 22.000 millones hasta 2015.
Pero lo delicado del plan gira en torno al nudo gordiano de la zona de Bruselas-Hal-Vilvoorde, donde confluyen las placas de la tect¨®nica pol¨ªtica nacional belga. El l¨ªder socialista plantea salidas mixtas que pueden parecer insuficientes a flamencos y valones radicalizados. Ya algunos franc¨®fonos le acusaban ayer de traidor.
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