Invasi¨®n noruega

En el ciclismo se lucha por ser el primero en cruzar una raya pintada en el suelo. Indirectamente, si lo consigues -que no es nada f¨¢cil en ning¨²n sitio y menos aqu¨ª en el Tour-, tambi¨¦n ser¨¢s el primero en una instant¨¢nea tomada de forma lateral en ese mismo momento, la fotofinish. Pero la foto que gusta al ganador no es esa, sino otra m¨¢s bonita tomada desde el frente, con los brazos en alto y con el gesto de la alegr¨ªa instalado en tu cara.

En esta primera semana de Tour, plagada de llegadas que parecen dise?adas por el mejor amigo de Gilbert -y a la vez enemigo de Cavendish-, sali¨® ayer una foto que los aficionados noruegos recordar¨¢n mucho tiempo. De dos noruegos que hay en carrera, uno -Boasson Hagen- gan¨® la etapa, otro -Hushovd- fue tercero, y adem¨¢s este ¨²ltimo portando ya desde hace varios d¨ªas el maillot amarillo. Entre ellos dos, otro personaje de un origen tambi¨¦n ex¨®tico, Tasmania. El peri¨®dico local avisa de la invasi¨®n de mariquitas que afecta al litoral atl¨¢ntico. Hoy, tras el traslado, nos metemos ya en la Francia Continental, pero quien mire con atenci¨®n la foto del sprint de ayer podr¨ªa pensar tambi¨¦n en la invasi¨®n de estos noruegos.

Se abandon¨® la Breta?a y se entr¨® en Normand¨ªa, pasando en una sola etapa por cinco departamentos diferentes; pero el tiempo sigui¨® igual de inestable. Por el camino, se vivieron tormentas caprichosas y locales que pasaban de forma veloz debido al fuerte viento, que un d¨ªa m¨¢s fue favorable al avance de los corredores. La media de 43,333 da buena fe de ello.

Y quiso la suerte que la ¨²ltima tormenta descargase en las mismas calles de Lisieux, donde hab¨ªa que afrontar una traicionera subida en los ¨²ltimos tres kil¨®metros que te situaba en el llano del ¨²ltimo kil¨®metro. Ca¨ªdas, se vieron menos, a excepci¨®n de la de Leipheimer en la parte final, pero los corredores llegaron tanto o m¨¢s castigados que el d¨ªa anterior a la l¨ªnea de meta. 226,5 kil¨®metros en poco menos de cinco horas y cuarto.

Hoy la carrera da un giro de 180 grados. La etapa comienza en el circuito Bugatti, en Le Mans, con los motores ya calientes tras estas seis etapas, y ya con unos cuantos chasis tocados por las numerosas ca¨ªdas. El giro es total; tras un inicio culebreante por el oeste avanzando ligeramente hacia el norte, ya hemos llegado a lo m¨¢s alto del mapa. Ahora bajamos en direcci¨®n a los Pirineos, mirando siempre hacia el sur. Por el camino, una etapa de sprint -hoy-, dos etapas de media monta?a en el macizo central, un d¨ªa de descanso, y otra etapa que parece ideal para las fugas. Despu¨¦s llegar¨¢n los primeros puertos de nombres m¨ªticos en los que esos corredores cuyo objetivo esta primera semana era no caerse -algunos incluso lo han conseguido- comenzar¨¢n a mostrar que est¨¢n en carrera.

Y al igual que estos ¨²ltimos -los escaladores-, quienes m¨¢s contentos est¨¢n de este viraje al sur son los mec¨¢nicos de los equipos. Quieren d¨ªas tranquilos en los que su trabajo se limite a limpiar bicis y ajustar y engrasar piezas, como deber¨ªa ser. Basta ya de cuadros, ruedas o manillares rotos. Qu¨¦ derroche de tecnolog¨ªa de carbono de ¨²ltima generaci¨®n mandado a la basura en tan pocos d¨ªas. Adi¨®s Vend¨¦e, adi¨®s Breta?a, adi¨®s Normand¨ªa. Nos vamos en busca del sol.