Y Alfredo P. vuelve a ser Rubalcaba

Era un poco rid¨ªculo, la verdad. La marca pol¨ªtica ya exist¨ªa, Rubalcaba, y muy potente por cierto, y parec¨ªa que el PSOE se empe?aba en vano en reinventar otra f¨®rmula de la Coca-Cola. El candidato Alfredo, Alfredo P., vuelve desde ya a ser Rubalcaba. En realidad todo fue como un juego. El conocido marketing viral. La agencia de publicidad contratada por el PSOE, en connivencia con el propio Rubalcaba, consider¨® conveniente crear un poco m¨¢s de expectaci¨®n hacia su figura, su candidatura y su discurso del s¨¢bado. Se hizo una primera invitaci¨®n con la abreviatura, se filtr¨® a tiempo, y ahora se lanza la segunda, todo bien calculado, con la definitiva. Y con las tres palabras del lema del acto: Escuchar, hacer y explicar. Puro Rubalcaba, aunque falta alguna idea m¨¢s para completar el retrato.

La estrategia viene marcada tambi¨¦n por una encuesta interna del PSOE, de muestreo bastante potente, sobre las virtudes y carencias del candidato. Su resultado confirma los datos de los sondeos de varias empresas privadas de demoscopia. El candidato Rubalcaba tiene tir¨®n, tiene buena imagen en un sector muy amplio de la poblaci¨®n (hombres, de mediana edad pero tambi¨¦n j¨®venes, de ideolog¨ªa centrada), y que le ensalzan como gestor capaz, preparado, solvente. En las respuestas cualitativas muchos valoran que tiene mejores cualidades intelectuales y oratorias para ser presidente del Gobierno que Mariano Rajoy. En el PP tambi¨¦n constatan con alguna preocupaci¨®n esos datos. Pero con tranquilidad. Entienden que la crisis es tan grande que esa losa no la levanta ni Alfredo ni P. ni Rubalcaba. Y la ocupaci¨®n en el PSOE es ahora c¨®mo transformar esa empat¨ªa de las encuestas en votos de verdad.