De cuatro a uno
El equipo Radioshack, marcado por las ca¨ªdas cotidianas, pierde a tres de sus l¨ªderes
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Cuando subieron a Chris Horner -la cara llena de peque?as heridas, la mirada vagamente perdida- en la ambulancia hab¨ªa overbooking y tuvieron que hacerle un hueco. Be?at Intxausti, que iba al hospital a que le revisaran el codo que le duele desde la ca¨ªda del primer d¨ªa -la radiograf¨ªa mostr¨® una rotura en la cabeza del radio, pero seguir¨¢ en carrera-, se sent¨® junto al conductor y junto a Horner, envuelto en material t¨¦rmico brillante y rojo, se sent¨® una enfermera. En la camilla no paraba de hablar Horner, un escalador norteamericano de 40 a?os que corre con el entusiasmo de un juvenil y que hoy decidir¨¢ si sigue en el Tour tras sufrir conmoci¨®n cerebral y fractura de nariz. "?Est¨¢s seguro de que he terminado la etapa?", preguntaba al m¨¦dico Pedro Celaya el reciente ganador de la Vuelta a California. "?Y Leipheimer ha llegado?". Grogui, desorientado por una ca¨ªda a 70 por hora en la que hab¨ªa volado hasta aterrizar en medio de una zanja, hab¨ªa terminado la etapa. Fue el ¨²ltimo, a 12m 41s de Cavendish. Y tambi¨¦n termin¨® Leipheimer, quien tras la ca¨ªda y cuando cazaba, pinch¨®, aunque perdi¨® menos, 3m 6s.
"No s¨¦ si podremos ganar solo con Kl?den, pero as¨ª es el Tour", dice Bruyneel
No muy lejos, Johan Bruyneel, el director del RadioShack, el equipo de Horner y Leipheimer y tambi¨¦n de Brajkovic, que se retir¨® el mi¨¦rcoles tras romperse la clav¨ªcula, prefiere la risa amarga al llanto. "Ten¨ªamos cuatro ases y hemos solucionado el problema de los celos. Hemos perdido a tres y nos queda solo uno, Kl?den", dice. "No s¨¦ si podremos ganar la partida con un solo as... Pero as¨ª es el Tour. Ha sido absoluta mala suerte, justo dos se han enganchado delante de los nuestros y no hay que darle m¨¢s vueltas".
Es el Tour, por supuesto, la carrera en la que lo extraordinario es lo m¨¢s normal del mundo. Durante los siete a?os que gan¨® el Tour con Armstrong, y tambi¨¦n cuando lo gan¨® con Contador, muy pocas ca¨ªdas afectaron al equipo de Bruyneel, lo que quiz¨¢s es tan extraordinario (o imposible de repetir) como la racha negativa que empez¨® a sufrir el a?o pasado, cuando Armstrong se cay¨® por primera vez, cuando dejaron de ganar el Tour. "Todo es por el viento. Cuando sopla de culo cogemos una velocidad excesiva, y cuando entra de lado, como hoy, solo o¨ªmos por el pinganillo que hay que estar delante, todo son nervios y acelerones. Es imposible que no haya ca¨ªdas", dice Haimar Zubeldia, corredor del RadioShack, que de esto sabe un rato y no solo porque este es su d¨¦cimo Tour. "Recuerdo que en el primero, hace diez a?os, me ca¨ª una vez a la semana".
Zubeldia se libr¨® de la ca¨ªda medi¨¢tica del d¨ªa -la que se llev¨® por delante las esperanzas de Wiggins y Horner, entre otros- justamente porque se hab¨ªa visto envuelto en una anterior, la que le toc¨® tambi¨¦n a sus compa?eros Popovych y Leipheimer. "Justo acab¨¢bamos de enlazar cuando nos topamos con esta, que pudimos eludir", dice el ciclista guipuzcoano, cuya misi¨®n es estar todo el d¨ªa con Kl?den. "Es uno que se desenvuelve bien delante, que sabe colocarse. El pelot¨®n es una ruleta, pasamos por delante, bajamos, volvemos a subir, es como hay que estar toda la etapa. A Horner y Leipheimer, que son m¨¢s peque?itos, les cuesta m¨¢s".
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